Salí de la biblioteca sintiéndome extraño pero a la vez inspirado...algo que no sucede con mucha frecuencia, las palabras acerca de la amistad quedaron profundamente grabadas en mi mente...realmente quién quiera que fuera el autor de las cartas, tenía fe en mí....algo que no podía creer y sin embargo podía verlo y sentirlo con esas cartas...el haberme arriesgado a contestarlas había sido mi mejor apuesta después de todo....pero ahora debía protegerlas de las "garras del Ministerio", ya había perdido muchas cosas buenas en mi vida y no iba a permitir que ésta me fuese arrebatada.
De repente caí en la cuenta de que en mi despacho estaban las otras tres cartas alrededor de varios pergaminos revueltos "¡Maldición!" pensé "¡Si Dumbledore o alguien más se entera de que las he estado escondiendo entre los pergaminos, esto terminará para siempre! ¡Y lo acabo de dejar ahí con las cartas! ¡¿Cómo pude ser tan estúpido?!". Corrí como un relámpago hacia las mazmorras implorando que el retrato de Dumbledore no se encontrara ahí, para mi buena suerte así fue...sabiendo que podía regresar de un momento a otro, agarré las cartas que estaban entre los pergaminos junto con el pergamino del espejo que al parecer Dumbledore había tenido la "decencia de dejármelo por última vez" y me dirigí al aula de Pociones que estaba vacía, de ahí me dirigí a mi armario privado donde guardaba todos los ingredientes exóticos y peligrosos para pociones, tomando la escalera, subí e inmediatamente empecé a revolver todo hasta dar con lo que buscaba: Una pequeña caja de ébano con el símbolo de Slytherin en el centro. Me la había regalado Lucius Malfoy en séptimo año como una muestra de "amistad" pensando que podría guardar cosas útiles, nunca había guardado nada ahí ya que la consideraba inútil y solo servía para acumular polvo...hasta ahora.
Inmediatamente la saqué de entre todos las cosas que estaban a su alrededor y soplé sobre ella para quitarle un poco el polvo de años, por suerte me había asegurado de cerrar la puerta de mi armario para que nadie me viera, abrí la caja y coloqué las 4 cartas adentro, la cerré y le coloqué varios hechizos de protección que sólo yo conocía. Una vez que terminé mi labor, la limpié con un paño cercano y la volví a colocar en su lugar, asegurándome de sobreponer objetos y frascos para que no se notara.
Ahora solo quedaba el asunto del espejo...pero..."¿¡Cómo demonios voy a mantenerlo lejos de las manos del Ministerio y del retrato de Dumbledore?!" Todas mis opciones rayaban en lo peligroso y ser descubierto. Me senté en un escalón de la escalera y me lleve ambas manos a mi cabello como si quisiera arrancármelo, de algún modo así era....estaba por rendirme cuando de repente la respuesta me llegó por serindipia.
Recordé que había querido conservar un fragmento de vidrio y del marco del espejo de Oesed por si meritaba la ocasión, la cual había llegado..Los fragmentos todavía tenían "un poco de magia" que podía notarse por la "energía que manaba de éstos", no tenía las mismas cualidades cuando el espejo estaba entero pero si el suficiente para convencer a cualquiera que todavía tenían magia. Todo lo que tenía que hacer era hacerles creer a Dumbledore y al Ministerio que quería "deshacerme del espejo" y darles una réplica exacta del espejo de los "portales astrales" utilizando los fragmentos del espejo de Oesed con el hechizo Gemino y un encantamiento de ilusión. Sonreí ante mi ingenio y astucia y me puse a trabajar en mi armario tan estrecho, pero sabía que la incomodidad de trabajar en un espacio pequeño daría frutos.
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Severus Snape y la magia astral (Lecciones de vida 1)
FanfictionLa guerra mágica ha pasado en Hogwarts y todos se disponen a continuar el legado que dejó Albus Dumbledore ¿Todos? No exactamente.....El famoso pocionista, Severus Snape en el Hospital San Mungo, se recupera de la mordida de Nagini pero su mente aún...