Hola me llamo ________, tengo ojos azules, el cabello marrón largo hasta la cintura, además tengo un cuerpo feo...
Espera, espera, eeespeeeraaa... ¿Enserio vas a empezar así? "Tengo un cuerpo feo" ¿Es enserio? Así no puedes comenzar una historia, debe comenzar fuerte, con algo que en realidad importe, "Me llamo ________" ¿Qué acaso no tienes un nombre real? ¿El escritor fue tan flojo para no inventarte un nombre? Además, esto no se trata de ti, ya lo hablamos... Debemos contar la historia más interesante, y esa mi amor, no es la tuya.
Así no debe comenzar una historia, mejor, deja que comience yo...
Danny Oliver Carson, un chico normal -que digo normal-, un bastardo, haciendo parir a los profesores y rompiendo las instalaciones del colegio, era la pesadilla de cualquier persona, todo un capullo como dicen en España.
Acababa de mudarse a La Villa, pero no crean que es porque su madre consiguió un mejor trabajo, no, no... Lo expulsaron de su antiguo colegio, ¿Por qué? Se preguntarán, bueno, digamos que el hijueputa quemó los pelos de su profesora, lo grabó y ¡Lo subió a YouTube! Debería estar en la cárcel, pero como es menor, nadie puede hacer nada.
Mejor continúo con la historia... ¿Cómo es que seguía? Ah ya me acordé; Acababa de mudarse a La Villa, un pequeño pueblo a las afueras de la provincia de Córdoba, un pueblo dominado por ricos y de eso, se dio cuenta apenas llegó.
Su casa era una de las más pequeñas, pero por dentro estaba llena de lujos, él sabía que quemar esos mechones era lo mejor que había hecho en toda su vida.
Su madre lo empujó hasta las escaleras, donde hizo que llevará las grandes y pesadas valijas hacia las habitaciones.
—Vieja pesada...—Murmuró mientras dejaba la maleta sobre la cama de su madre.
Ya era de noche, y aunque trataba de no pensar en ello, sabía que a la mañana siguiente iría a su nueva escuela, por un lado, estaba feliz, tenía todo un nuevo lugar para destruir, nuevos alumnos que molestar y nuevos profesores a los que hacerle bromas.
Miró su Nokia 1100 y luego colocó la alarma, no tenía apetito, ya que, en el camino, se había comido una bolsa entera de papas fritas, bueno, un cuarto de bolsa, porque todos sabemos que lo demás es puro aire.
Se despertó la mañana siguiente con la música de su madre, estaba practicando una nueva forma de adelgazar, se paraba frente al televisor y comenzaba a imitar a la mujer de la pantalla, y como siempre, debía tener el volumen al mango.
Se vistió y se colocó el incómodo uniforme, en su antigua escuela no utilizaba, pero esas eran las reglas y debía seguirlas, aunque sea, por el primer día.
Después de desayunar la tostada quemada que su madre le hizo salió caminando hacia lo que se supone era el colegio más prestigioso del pueblo.
Los autos le pasaban al lado a gran velocidad, ya que su casa estaba cerca de la autopista, entre puteadas e intentando de que no lo cagaran pisando llegó al colegio.
Al entrar por la puerta principal sintió un olor desagradable, se cago el gordo puto este, pensó al ver al chico que caminaba frente a él.
Caminó hasta la dirección y sin tocar la puerta entro a la misma, allí vio al que se suponía que era el director, mirando por la ventana y sacando fotos.
—Qué lindo culito...—Le escuchó decir al hombre, ¿Acaso le estaba tomando fotos a las chicas?
—¿Qué mierda hace? —Preguntó mirándolo con asco.
—¿Y vo' wacho quién so'? —Cuestionó dándose la vuelta con rapidez, estaba cagado hasta las patas, Danny había descubierto su "secreto".
—Eso no importa, ¿Pero no cree que ya está viejo para esas cosas? Ninguna mina va querer estar con un viejo como vos.
ESTÁS LEYENDO
Las crónicas del cliché ©
HumorYa nada será igual. Prepárense para una historia que les va a dar demasiado cringe. Llena de clichés les traigo una historia de humor argentino que rompe las barreras de todos los géneros. ¿Estás dispuesto a reír conmigo?