Capítulo 7

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Ambos habían visto...

Na, ahora esperan.

Aria y Danny se encontraban en la plaza central, sentados en el pasto, aún shockeados por lo que habían presenciado, no para.

Así no. ASÍ NO.

Los dos estaban re cagados hasta las patas, ósea, no podían creer lo que habían visto, se les había fruncido el culo al ver tal escena.

Estaban cagados, si. Arrepentidos, of course not -ojo mi english-.

—No lo puedo creer —Dijo Aria.

—¿Vos te crees que yo sí? —Respondió Danny.

Un silencio re incómodo así como cuando te tiras un pedo y disimulas inundó la plaza.

—Esto lo cambia todo...

—¿A que te refieres? —Preguntó la joven inteligente, que, al parecer, de inteligente no tenía nada.

—Boluda posta, ¿No te das cuenta? No podemos hacer nada contra él.

—Claro que si... —Contradijo. —Conocemos su punto débil.

El la miró sin entender.

—¿Qué no recuerdas?

Y entonces Danny levantó la mirada y miró fijo hacia un palo borracho, tratando de recordar con lujo de detalles.

Y entonces lo logró, se visualizó en la cueva junto a Aria, acercándose a esos extraños sonidos que provenían desde allí.

Y entonces, lo vieron, Eduardo estaba desnudo, completamente, ósea, cuando te digo completamente es COMPLETAMENTE, sin siquiera bóxer eh.

Bueno, estaba desnudo, de espaldas, tocando con ambas manos un cristal que brillaba intensamente.

Aria se tapó los ojos y Danny tapó la boca de esta pa ke no gritara.

Eduardo decía cosas extrañas, algo que nuestros protas no podían entender.

Pero entonces, cuando estaban por irse, lo vieron darse la vuelta, así todo re loco. Su boca estaba llena de sangre y su parte íntima estaba tapada con una puta hoja, ósea posta, una simple hoja.

Ambos se escondieron a tiempo, Eduardo no los había visto.

Y fue cuando todo se fue al carajo bien bien.

Un pequeño conejo apareció en la escena, pasó por enfrente de Danny y Aria y fue hacia Eduardo.

Y ocurrió algo imposible, el adolescente desnudo se despegó del piso y voló hacia el animal, lo tomó con sus manos y lo presiono hasta que dejó este mundo, luego, lo llevó a su boca y lo ingirió por completo.

No jodamo... Dijo Danny en su cabeza.

Aria tomó la mano del chico y lo arrastro fuera de la cueva, estaba re cagada, su cuerpo temblaba y sus ojos miraban en todas las direcciones.

Al salir, ella suspiró, jamás flashó con encontrarse con algo como eso, ni cerca, pero bue ahre.

—Sigo sin entender —Confesó Danny, terminando con el recuerdo mutuo mientras arrancaba pastitos del suelo.

—Uh pero sos re pelotudo, ¿Enserio no te das cuenta? —Exclamó re enojada, estaba re colorada viste, como un tomate bien maduro. —¡Si destruimos ese cristal perderá su poder!

—Awantia Sherlock —Dijo el, levantando su mano para callarla. —¿Dedujiste eso por qué...?

—Porque soy lo más... —Respondió levantando la cabeza orgullosa.

Las crónicas del cliché ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora