Capítulo 3

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Llegó puntual por mi, fuimos a un bar que estaba en el centro de la ciudad, Bar Still, ese era el nombre. Cuando entramos, había música y como unas 30 personas a simple vista, caminamos hasta una mesa y nos sentamos.        -Yo quiero un whisky- dijo Sebastian al camarero. -Yo también, por favor-      -En seguida traigo las bebidas- dijo el camarero y se retiró. Me sentía algo nervioso, no sabía que tema de conversación iniciar.        -Dime James, qué haces en tus tiempos libres?- preguntó.       -Oh, bueno, a veces leo algunos libros, una manera decente de matar el tiempo. Salgo a pasear, o estudio- dije.       -Bueno, me pareció bien lo de los libros-          -Usted cuantos libros lee a la semana?- pregunté.          -Depende, a veces, ninguno- dijo sonriendo. El camarero regresó con las bebidas.        -Tienes familia? Vives con tus padres? Alguna novia? Esposa? Hijos?-        -Son muchas preguntas- dije.       -Lo siento, es que, quiero saber más de ti-        -Bueno... Vivo solo en mi departamento, no tengo novia, ni esposa, mucho menos hijos-          -Es un alivio-         -Y usted? Ya debe tener esposa e hijos-       -Nada, estoy igual que tu- dijo, no sé porqué o cómo, pero me sentí feliz al oír eso. Seguimos hablando y bebiendo, él era una persona increíble, tal y como lo esperaba.    -Entonces provienes de una familia adinerada- dijo.      -Sii, y a veces eso es algo malo- dije mirando mi vaso.       -Porqué lo dices?-         -Porqué a esta edad, mi madre no tardará en buscarme una pareja para casarme- dije, y noté que su sonrisa se borró.      -Para casarte?- dijo.         -Sii, pero aún falta para que eso se le meta en la cabeza a ella, por ahora todo está bien- dije. En eso pasaba un camarero con unas bebidas, y una mujer tropezó con él haciendo que las bebidas cayeran a Sebastian.        -Lo siento mucho señor- dijo el camarero disculpándose, me asusté un poco.     -No te preocupes, todo está bien, fue un accidente, no?- dijo Sebastian limpiando su camisa con una servilleta.       -Creo que tengo que ir a cambiar de camisa, me acompañas?- me dijo. Conoceré su casa, me siento feliz.      -Claro- dije. Salimos del lugar y subimos a su auto. Condujo hasta un edificio, entramos y subimos hasta su departamento, al entrar, miré que era más grande que el mío, claro, es alguien famoso.

-Puedes sentarte- ofreció.      -Gracias- respondí, me senté en un sofá color gris y de gamuza, voltee a verlo y se estaba quitando la camisa, tenía buen cuerpo y era delgado, sentí un pequeño estremecimiento por todo mi cuerpo y mi rostro se sonrojó. Entró a su habitación y regresó con una camisa color guindo en sus manos, me miró.        -Oh, está... erecto- dijo.     -Eh? Aaah... Por-por favor voltease. No-no mire- dije tapando mi erección con mis manos, él caminó hasta mi.      -No te preocupes, pero, tienes que venirte aunque sea una vez, o si no será doloroso- dijo suavemente.       -Eeh? No haré eso aquí, en su presencia-      -Sólo relájate- susurró en mi oído. Bajó hasta donde estaba mi erección.       -Qué va hacer?- pregunté nervioso.      -No te preocupes, no será nada malo- dijo, desabrochó mi cinturón y mis pantalones, sentía toda mi cara caliente, esto era embarazoso.    -Deténgase, usted es hombre, y yo también- dije tratando de alejarlo pero él se resistía.     -No existe diferencia de genero en el placer- dijo. Oculté mi rosotro en mis manos, y sentí como lo chupaba. Todo se sentía realmente fantástico, hizo unos movimientos suaves y firmes, y me vine, voltee a verlo y algo de semen había caído en su cabello.       -Lo-lo lamento, en serio lo siento- dije limpiando su cabello con un pañuelo, él rió un poco.       -No te preocupes, es normal- dijo sonriendo. Me sentía terriblemente apenado. Hice el pañuelo a un lado, y me besó, pasó sus manos por mi abdomen subiendo mi camisa.     -Qué hace?- pregunté durante el beso.      -Ahora yo estoy excitado- dijo suavemente en mi oído.      -Lo siento- dije alejándolo, bajé mi camisa, subí mis calzoncillos y mi pantalón abrochándolo junto con el cinturón, corrí hasta la puerta.      -Lo veo después- dije saliendo.

Mientras Inglaterra duerme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora