Al siguiente día, Eve y yo habíamos discutido, se enojó tanto que iniciamos una pelea, creo que estábamos empatados. -¡No me vuelvas a decir eso!- dijo Eve sobre mi cuerpo, ahorcándome. -Se-Sebastian, a-ayuda- dije tratando de respirar, yo estaba en el suelo. -Que hacen?- dijo saliendo de su biblioteca. -A-Ayúdame - traté de decir. -Eve, déjalo, lo estás matando- dijo separándolo de mi, recuperé el aliento. -Es que él empezó, dijo que a mi me gustaba un amigo, sólo porqué nos conocemos desde la infancia- dijo mirando a Sebastian, me senté en el suelo. -No tiene nada de malo si te gusta o no- dijo Sebastian. -No me digas eso tú también, yo no soy como ustedes- -Eve, lo siento mucho si no te gustó que te dijera eso... No lo volveré hacer- dije. -Lo ves, ya se disculpó, todo está arreglado- -Como sea, mejor me voy a mi casa- -Bueno, si necesitas algo, no dudes en venir, siempre serás bienvenido- dijo Sebastian y Eve salió.
Sebastian volteó a verme. -Creo que no sabes pelear- dijo. -Estoy en contra de la violencia- dije levantándome. -A Eve no le gustan los temas de sexualidad, lo hacen sentir incómodo y lo ponen de mal humor- -Ya lo noté, y creo que me lo dejó claro- -Quieres té?- -Por favor- dije, caminó hasta la cocina y sirvió en dos tasas, regresó a la sala principal donde yo estaba sentado en el sofá, me dio una tasa y se sentó en el sofá que estaba frente mío, no apartaba la vista de mi, yo sólo miraba mi reflejo en el té. -Ayer, en el restaurante, Eve me preguntó algo- dije sin poderlo ver a los ojos. -Qué fue lo que preguntó?- -Que si... tu y yo... estábamos... saliendo- dije y murmuré lo último. -Y qué le respondiste?- -Que no sé... Yo creo que no tiene importancia, lo de aquella vez fue sólo... algo... sin importancia- dije sonriendo, pero él no. -Eh? Ah, si- dijo serio y volteo su mirada a otro lado, bebí de mi té. -Creo que empezaré a escribir el libro- dijo levantándose del sofá. -En serio? Y de que tratará?- pregunté emocionado. -Es secreto- dijo entrando a su biblioteca y cerró la puerta. Dije algo que no debía? Se puso serio tan de repente. Lo hice sentir mal? Bebí todo mi té, me levanté y caminé hasta la puerta de la biblioteca y toqué. -Sebastian, ya me voy- -Está bien, te llamo después- dijo desde el otro lado de la puerta. -Adiós- dije y salí del departamento, iba caminando directo a casa.
Antes, al estar a lado de Sebastian, me sentía nervioso, me sonrojaba a cada instante, pero, ahora que lo pienso, ya no es así, hay más confianza y hablo con más naturalidad. Comenzó a nervar, los niños se emocionaban y las mujeres abrían los paraguas. No sé que son los sentimientos que tengo hacia Sebastian, no podría decir que una amistad, por lo de aquella vez, y no podría ser que un romance, porqué soy hombre, pero, aún así, lo admiro. Ahora que recuerdo, esa vez me dijo algo : ("-James, te quiero-") recordé y me estremecí. Él me dijo eso, y yo no le contesté. A caso lo dijo de verdad? Realmente lo siente? De verdad me quiere? No, no, no, no, imposible, debió estar pensando en otra cosa que no sabía lo que decía. Aunque, sería genial que lo dijera en serio. ¡Qué?! Que cosas estoy pensando? Ya debo estar loco, perdí la cordura en ese viaje.
Llegué al departamento, entré y miré algo que no podía creer...
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Mientras Inglaterra duerme.
Genç KurguÉl era una persona increíble, en toda la extensión de la palabra. Y pensé : Todos desean un amor para vivir, yo deseo que esta vida me alcance para amarlo.