Capítulo 4

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Llegué rápidamente a mi casa, no sabía exactamente como me sentía, sólo, no quería verlo. No podía creer que, él, una de las personas que más admiro, hiciera eso. Cuando salí de bañarme, revisé mi celular, tenía 5 llamadas de él y varios mensajes, no quería leerlos, pero la curiosidad se apoderó de mi.

"Estás bien?" "Siento mucho lo de hace rato, pero no me pude contener". "Estoy tratando de llamarte, pero no contestas". "Entiendo si estás molesto conmigo, tienes todo el derecho". "Quiero hablar contigo, por favor". "Sé donde vives ;p".     -Maldición- dije, y seguí leyendo. "Iré a verte". Escribió por último.

Se me había olvidado que él sabe donde vivo, en eso, tocaron la puerta, me puse una camisa y caminé hasta ella.      -James, soy yo, abre por favor- dijo Sebastian del otro lado de la puerta, me sentía nervioso.      -A qué a venido?- pregunté.      -Sólo quiero hablar-     -De qué?-       -... Buena pregunta. No preparé un tema de conversación-        -Estoy cansado, y ya son las 11:45 de la noche-        -Cansado? De qué?-       -Sólo....-        -James, déjame entrar- dijo muy serio, tanto que hasta me dio miedo. Quité el seguro y la cadena, abrí la puerta y ahí estaba.       -Pase- dije sin mirarlo a los ojos.    -Gracias- dijo sonriendo y entrando. Caminamos hasta la sala, él se sentó en el sofá que estaba frente a mi.      -Tienes un bonito departamento- dijo mirando alrededor.     -Gracias- dije. Se hubo un silencio algo incómodo, quería irme.       -Si... Ya no, quieres seguir hablándome, está bien, lo entiendo, yo tuve la culpa...-        -Porqué lo hizo?- pregunté interrumpiéndolo.       -De verdad quieres saberlo?- dijo. No estaba seguro, lo mejor será...       -No- dije.      -Bien... Realmente ya no sé qué decir...-         -No quiero dejarle de hablar. La verdad es que, me agrada mucho, a pesar de que es uno de mi autores favoritos...-      -Uno?-       -Sería tonto que desechara esa oportunidad- dije algo nervioso, y él sonrió.        -Lo siento- dijo levantándose del sofá, yo retrocedí dos pasos, él camino hasta la puerta, y dio un gran suspiro.       -Que alivio, ya todo se arreglo. Que te parece si mañana vienes a mi departamento, quiero darte algo que sé que te gustará- dijo.       -emm... No lo sé, quizás, después- dije.       -No seas tonto, son las historias que escribí cuando tenía 17, y jamás las publiqué- dijo. Es verdad? Es un sueño? A caso estoy dormido? No lo podía creer, me regalará sus historias que escribió durante su adolescencia, y que jamás las publicó. Es como si Leonardo Da Vinci tuviera una pintura escondida y que jamás mostró al mundo, ese sentimiento que sólo tú puedes tener, es inaudito.      -James?- volvió a decir.       -Claro que iré - dije sonriendo.      -Bien, te espero como a las, 10:00, si quieres puedes desayunar allá-      -Claro, gracias- dije. Nos despedimos y salió del departamento.

Corrí hasta mi cama y me lancé sobre ella, abracé con fuerza una almohada. -Estoy muy feliz- dije.

Mientras Inglaterra duerme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora