Luce entre barrotes de transparente cristal el motivo de mi risa y de mis ganas de llorar, simple realidad, jaula que nos encierra y corta nuestras alas para impedirnos así volar. Malditas columnas de fino cristal, cuan cerca de vos estoy, y a la vez tan lejos que no os puedo tocar. Siéntome en aquel pedestal desde donde os observo día y noche mas no me puedo acercar. Vos que fuisteis mi luna mi guía en mi profundo mar, vos que fuisteis mi día mi noche y también la fuerza para aguantar otro día más.
Creerán que yo soy un loco que mira día y noche una cúpula de cristal, mas nadie sabe que allí es donde las promesas rotas se reúnen para llorar, porque allí es donde yace mi única dama de verdad.
