Oh.. Rayos

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- ¿Estás bien Princesa? - Pregunté a modo de interés.

- S-si - Contestó.

- En serio yo.. no quería incomodarte.. Le rogué a papá que no publicara esas fotos.. - Expliqué aún acariciando su muslo.

- N-no es eso.. - Soltó una risita - E-es solo.. - Observó mis labios, lo cual me puso un poco nervioso -.. Yo.. - Su expresión era cada vez más deseosa y el color carmesí de sus mejillas me seducían a un níveo inexplicable.

- Mari... - Ya no había nadie al rededor, solo éramos ella y yo en un coqueteo brusco.

Creí que no iba a soportar más y en cualquier momento me abalanzaría sobre ella y perdería el control. Pero no quería incomodarla.

Ella miraba mis labios y yo sus ojos.

Pero lanzó una mirada rápida y traviesa a mi entrepierna, lo cual me hizo sonrojarme por todos lados, podía sentirlo, probablemente quería comprobar lo de la imagen en la revista.

Antes de que pudiera decir algo se lanzó sobre mí y comenzó a besarme. Incluso creí que podíamos desvestirnos ahí mismo y hacer el amor; su lengua exploraba mi garganta y mis manos encarcelaron su cintura.

- ¡SEÑORITA DUPAIN! ¡SEÑOR AGRESTE! - Escuchamos gritar a la profesora al entrar al salón, intercambios miradas al dejar de besarnos y nos sentamos adecuadamente, "Valla.. Marinette va a volverme realmente loco.." nos acomodamos la ropa - ¡Vayan inmediatamente a la oficina del señor Damocles! - Dijo señalando la puerta. Salimos del salón y está se cerro estruendosamente. Nos dirigimos al lugar mencionado. Noté que en realidad no había nadie al rededor y las ventanas de los salones comenzaban a la altura de mi nuca, incluso un poco más, entonces hice algo instintivo.

Tomé a Marinette por la cintura y comencé a besarla como lo hacíamos antes de ser interrumpidos por la profesora.

- ¡Ahh! ¡Adrien! - Gimió apenas comencé a besar su cuello - Basta - Obedecí - En mi casa, esta noche; por mientras inventemos una cuarta da para Damocles - Me soltó y tomó mi mano para guiarme a esta. Una vez parados frente a la puerta me soltó la mano y entramos. Saludamos y dejé que ella hablara, la verdad no me concentré en lo más mínimo que decía y parecía segura, solo me limité a observar sus labios e imaginarlos mojados en mi saliva.

Salimos con vida, aún faltaban cinco clases para acabar el día y no podía faltarme por más que quisiera.

- Bueno.. Estuvo cerca .. - Suspira al salir.

- Si.. - Reí tomando su mano.

- Esta vez tendremos más cuidado.. - Me dedica una sonrisa -.. En lugares menos recurridos como.. - Hace una mueca algo graciosa - mi casa - Me besa la mejilla y entramos a la clase para tomar asiento.

Pasé todo el día esperando a que suene la campana que cuando lo hizo grité de alegría, solo me miraron raro y no dijeron nada. Salí con Marinette y en silencio me llevó a su casa, en donde estaba .. nadie. Todo era perfecto. Ella me dejó en la sala y subió a su habitación.

Mi celular suena.

-¿Aló? - Contesto.

- ¿Dónde estás? - La voz de mi padre.

- En casa de Marinette ¿por qué?

- Tienes cita con el psicólogo, y ayer faltaste ¿ no querrás que publique otra foto como la publiqué hoy, verdad?

- ¿¡f-fuiste tú !?

- En efecto.

- Rayos, en unos minutos voy para ahí.

ELLOS VAN A LAMENTARLO #1 (Yandere Boy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora