Capitulo 8

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Cuando le hablé a mi madre de ello puso el grito en el cielo.

- ¿Cómo vas a irte a la otra parte del mundo con un hombre que ni siquiera conoces?

Podría pasarte cualquier cosa. No lo veo una buena idea. Creo que es una auténtica locura. No me convence esto de te vayas a América a conocer a un hombre extraño de internet. Hay una cantidad de engaños y secuestros en el mundo, no te confies _________, no seas tonta-.

- Conozco a Nick mama – le dije ciertamente exaltada – es imposible que este hombre me falle. Es un hombre práctico e incluso bastante espiritual. Y no quiere nada de mí. No soy una chica de dieciocho años a la que se le pueda sacar partido-.

- No me gusta. Estas bajo terapia psicológica. Hablaremos con el psicólogo y le preguntaremos que opina de todo esto. Quiero saber si estas preparada para irte a la otra parte del mundo sola. ¡Madre mía, cruzar todo el Atlántico!. Si al menos viviera en este continente. Porque si te pasa algo, será muy difícil que pueda ayudarte desde tan lejos-dice exaltada.

Si mi madre supiera las veces que he estado a punto de morir viviendo a unos cuantos kilómetros de su casa... se quedaría de piedra.

Mi vida corría más peligro en Inglaterra que alla con Nick. De eso no había ninguna duda. Y eso el psicólogo lo sabía bien, aunque debido a su secreto profesional, no podía revelarlo directamente.

Cuando llegamos a la consulta del médico, mi madre y yo le dimos la mano. Apenas mi trasero había tocado el asiento cuando se lo solté todo de golpe:

- Ya sabe bien que estoy saliendo con aquel hombre que le expliqué por internet, y que desde entonces me encuentro mejor. Pues me ha invitado a pasar con él dos semanas a su país, sé que mi madre me está pagando el sustento, pero a pesar de eso soy mayor de edad y no pienso pedir permiso para irme, lo haré, me marcharé pese a cualquier opinión, porque no tengo que pagar nada, ni le ocasiono gastos a nadie. Así es que aunque diga que no... me voy a ir igualmente. Eso es algo que no es negociable para mí- dije casi asegurando que el diría que no.

- Primeramente tranquilízate – me pidió el médico suspirando – yo todavía no he dicho nada. Si quieres irte no veo el motivo por el cual no debas hacerlo.

El corazón empezó a latirme con una felicidad tremenda.

Le hubiera besado, pero no lo hice, porque lo hubiera considerado un síntoma de inestabilidad probablemente, no lo sé, pero por si acaso, mejor no.

Mi madre se quedó a cuadros, atónita. Pero la opinión de este hombre era clave para ella.

- Pero su padre – empezó a insinuar ella en voz muy baja – va a armar un escándalo cuando se entere, y toda la familia se pondrá en mi contra.

- No sé de qué me está usted hablando señora. La salud mental de su hija hace tiempo que está estable. Puede hacer este viaje perfectamente y ya es mayor de edad como para preocuparse por opiniones ajenas.

Siiiiii. "Así se habla" pensé yo con ganas de hacer un gesto de triunfo con el puño. Pero me mantuve bien callada sin poder evitar marcarme una de mis mejores sonrisas. Y es que no era para menos.

- Entonces es mejor que no lo empecemos a decir o se armara escandalo. Ya lo diremos a la vuelta – me dijo mi madre.

- Me parece bien – le dije sin pensar demasiado en ello. Yo solo me imaginaba volando hacia Nick.

El médico sin embargo ponía cara de alucinado. No entendía nada de eso de los permisos que yo tenía que pedir, ni de clanes familiares de padre, tíos y primos, a los que se refería mi madre. Solo entendía de estabilidad o inestabilidad.

Todo lo demás como el secretismo que planteaba mi madre y del que yo estuve de acuerdo, él lo vio una locura, una payasada. Se lo vi en sus ojos. Fue como si estuviera contemplando una escena de una película de mafiosos como "El Padrino", si algo pasado de moda al tiempo en el que vivimos pero con mi madre se trataba de eso, de negociar y todo eso por el dinero. El maldito dinero que lo cubría todo como un manto de realidad, estabilidad, personalidad y logro.

Tenía que hacer algo. Pensar como bien decía Nick. Gestionar bien el tiempo y obtener el dinero necesario no necesariamente para vivir como una marquesa. Era más que suficiente tenerlo para no molestar a nadie y ser por fin libre.

Sí, solo quería el dinero para eso para ser libre.

El tiempo lo quería para entregar mi pasión al mundo. Para ofrecer lo mejor de mí. Eso me curaría del todo. No necesitaría ir a ningún loquero para que me frenara las ganas de marcharme de este mundo, porque sentiría por fin que este era mi lugar y no otro.

La pregunta era ¿Cómo podía conseguir todo eso? La teoría era de lo más genial, pero lo que necesitaba eran hechos.

Nick tenía razón al decir que lo primero de todo era definir lo que quería para poder dirigir mi atención hacia una meta.

Ok, Mi meta era la fotografía y lograr captar los más increíbles sentimientos con la cámara. Eso era lo que siempre había soñado.

Enseñar el amor al mundo mediante la fotografía, mediante las imágenes de las sonrisas, las caricias y los besos. Pero también necesitaba dinero para ser libre...

Still Falling For You ---- NICK JONAS Y TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora