Capitulo 29: Quién Se Lo Haya Dado.

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Carl me deja en la silla de ruedas y yo me he quedado observándole embobada. Al parecer, él lo ha notado y baja la cabeza, dejándome como la acosadora de todos los tiempos, o así lo veo yo. El Sheriff se coloca detrás de mí y comienzo a transportarme por medio de la silla de ruedas. Me siento muy cómoda aquí. Y algo me dice que Carl también lo está.

-A dónde vamos Sheriff?- pregunto utilizando el apodo de Carl. Sé que está de espalda, pero estoy más que segura que está sonriendo.

-A pasear.- me responde apoyando la silla en el asfalto de las calles de la bella Alexandría.

-Valla, no tiene secreto.- digo riendo y él me acompaña.

Jamás había observado toda Alexandría con tanto detenimiento. Carl me pasea en la silla a un ritmo muy lento y eso me tranquiliza demasiado. Puedo sentir la brisa de otoño chocándome directamente en la cara. También veo cientos de hojas secas en las veredas de las hermosas casas que hay en nuestro alrededor. Todo esto es tan irreal. Quién diría que después de mucho sufrimiento afuera de los muros terminaríamos todos aquí, en este hermoso lugar habitado por personas amables y atentas. También débiles. Pero yo me haré cargo de que no lo sean. O eso intentaré.

-Cómo va todo con... Matt?- pregunta Carl de la nada. Matt? Enserio me estaba preguntado sobre él? No tengo palabras.

-Qué? No lo sé.- respondo con frenesí. Que él esté hablando de Matt, me resulta muy extraño e inusual. Es como si yo le pregunte de... No lo sé. Gabriel?

-Y August?- pregunta y hace que se me corte la respiración por una décima de segundo. No lo había visto desde la conversación en la casa del grupo.

-Qué pasa con August?- pregunto temiendo a su respuesta.

-Está algo raro. No es, en cierta forma, el verdadero August. Está mucho más callado y no suele hacer sus estúpidos chistes.- dice y hace que se me dibuje una sonrisa por lo último que ha dicho. August suele ser muy gracioso cuándo se lo propone. O más bien, solía ser muy gracioso. Enserio le ha afectado todo lo que le he dicho?

-No te ofendas, pero cuándo ha terminado de hablar contigo ayer, le ha cambiado drásticamente todo su humor.- dice sin tapujos. "Has dañado a August!" dice mi atrevida y odiosa subconsciente. En parte es cierto. Si es verdad que ha cambiado un poco cuándo terminó de hablar conmigo, entonces es mi culpa por decirle tan rápido lo que planeo hacer o... no lo sé, pero si sé que tengo una gran parte de la culpa y eso no deja de torturarme desde que me lo ha dicho Carl, hace unos minutos.

Nuestra conversación fue interrumpida por un gran silencio, en el cual ambos, no la pasamos viendo a nuestro alrededor como si nunca hubiésemos visto las casas enormes, los árboles desprendiendo hojas de distintas tonalidades de café, o a los niños corretear por ahí. Sólo lo hacemos para no sentirnos incómodos, cosa que no funciona muy bien.

Todavía estoy pensando en lo que tengo que decirle al grupo. Es más que obvio que digan lo que digan no me detendrán. Tengo que buscar a mamá y cuándo la encuentre contarle muchas cosas. Por qué dejo que esos estúpidos hombres se la llevaran tan rápido y de la nada? Por qué me dijo semejantes palabras emotivas cuándo esos hombres se estaban saliendo con la suya, sabiendo que nos volveríamos a encontrar? Bueno, ella tal vez no lo sabía, pero desde que ha pasado ese accidente, no paro de repetirme en la cabeza que la encontraré, que la volveré a ver, pase el tiempo que pase, estoy más que segura que lo haré.

Lo que me hace sacar de mis pensamientos es la tierna imagen de Ron abrazando a Enid. Enid ve a Carl. Luego a mi. De nuevo a Carl. De nuevo a mi. Parece no corresponder muy segura al abrazo pero al final lo hace y yo le dirijo una sonrisa cerrada desde mi silla de ruedas. Ella voltea la mirada a Carl. Este acelera el ritmo de la silla de ruedas. Que extraño.

El Sheriff de Mis Sueños (Carl Grimes y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora