CAPITULO 5

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Ante los ruidos Miriam se acerca a la seguridad que le proporciona el árbol en donde esta la nota, claro es una seguridad más simbólica que nada y sabe que eso no la va a ayudar en esta situación.
Se agacha para escabullirse entre los arbustos, para así, escapar sin ser notada.
Tres hombres salen de los árboles, el que va a la cabeza, el líder, tiene su overol a la cintura dejando al descubierto un tronco y brazos misculosos, su cabeza está pelona exceptúando una espesa moicana y un par de tatuajes que marcan la circunferencia de su cabeza, detrás de él hay dos hombres, uno tal parece de la edad de Arthur pero más demacrado por el tiempo, una gran cabellera china y gris cae casi hasta sus ojos en los cuales lleva lentes.
El otro es un flacucho, con unas gafas parecidas a unos gogles de natación sostenidos fuertemente por un listón que le rodea la cabeza, la cual también está pelona y repite el mismo patrón de tatuajes.
Sus overoles son de un color morado claro con un sino de prohibido rojo a la altura de el pecho.
-les juro que escuché algo por aqui- dice el hombre con pelo.
-claro Frank de no ser asi te cortaré la yugular de un tajazo con mi cuchillo.
Frank, el hombre con cabello, traga saliva asustado.
-miren ahí hay algo- anuncia el hombre de los googleando.- pegado en el arbol.
La carta !La maldita carta!, Miriam la había devuelto a su lugar de origen y ahora eso la había delatado. Busco en su mochila la arma, pero sólo hallo el cuchillo y las granadas, se las guardo en su bolsillo laterlar, en caso de que las ocupará. Recordó el estuche largo, de seguro esa era el arma; lo tomo y de ella extrajo una larga y delicada katana, se colgó el estuche y antes de que llegarán los hombres, recibió sus cosas las tomo y salió corriendo, advirtiendo así a los hombres de su presencia.
-!Tras ella!- grito el misculoso.
Corrió con todas sus fuerzas, pero no era suficiente, aquel hombre la iba a alcanzar y ella sólo sabía que se hacía con las katanas, pero no como utlizarlas bien.
La carrera por el bosque se prolongo un poco más cuando los cuatro se cansaron y bajaron un poco el ritmo, pero Miriam sabía que ese podía ser su fin.
En eso una figura se entre puso a Míriam y sus atacantes, chocando así con el mas musculoso. Un joven delgado de cabello largo, con cara Fina pero temerosa, Miriam supo que era de su equipo por el overol verde claro. Los otros dos hombres pararon en seco y....
Miriam no vio mas, se tropezó con una raíz en una pendiente y cayó por ella, perdiendo así su conciencia una vez mas.

TIERRA MUERTA  (BOCETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora