CAPITULO 6

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Miriam

Caí... Por un par de minutos estuve rodando colina abajo, aunque a mi parecer fueron horas.
La pendiente estaba muy empinada, por lo cual me. Era imposible dejar de rodar ahora a una rapidez mucho más alta. Y no se detenia, ¿ porqué ?.
Incluso el terreno parecía estar hecho para hacer sufrir a las personas y por esa razón esperaba no encontrar algo mejor al final de la pendiente.

    !PAST¡

Mi cuerpo choco contra una roca y después seguida por la inercia producida por la caída, volé hasta caer en un pequeño estanque.

Por suerte ninguno de los diversos artículos se lastimo o perdió durante la caída, aunque aún tenía mucha curiosidad de ver qué más cosas había en la mochila. Lo único malo es que ahora estoy  completamente empapada de pies a cabeza. Mi entorno no ayuda mucho, puesto que los árboles se cierran sobre mi impidiendo que alguna rayo de luz entre para secarme.

Camino un rato por el bosque. claramente de esta manera no voy a hallar nada, confío en que tendré más suerte después.

Debí haber hecho más preguntas antes de aceptar aquel trato. Ahora estoy perdida en este bosque sin conocer nada, ni a nadie.
Claramente se que esto es mil veces mejor que estar encerrada en aquella habitación.

Muevois pies otro rato en cualquier dirección, esperando encontrar más overoles verdes.

Después de un rato llego a un claro en donde me es posible ver el terreno bajando una colina. Lo que veo me sobresalta porque no sé si es real. De detrás de unos árboles colina abajo, esta saliendo una línea de humo, ruego por que sea una fogata, pero sería algo estúpido puesto que estás invitado a los demás a llegar ahí, así como yo en este momento. Ruego porqué sean del overol verde, ya que en estos momentos no tengo las fuerzas suficientes para luchar.

Antes de bajar, tomo un poco de agua de una botella en mi mochila, tengo un par, pero las ocuparé para después. Desenfundo mi katana y la cojo con las dos manos, ahora sí estoy lista o eso creo, para enfrentarme a alguien.

Me escabullo por los árboles hasta llegar a la fogata, parece estar en otro claro, pero aún así mi visibilidad es baja por la cantidad de árboles por todos lados.

Llego a la frontera de árboles que delimita el claro y sin pensarlo, salgo sosteniendo mi espada dispuesta a todo.

-bajen sus armas y pongan sus manos en donde pueda verlas- digo en voz alta, palabras que jamás pensé que oirá de mi boca claramente sacadas de algún programa policíaco en la televisión.- o los mato a todos.

TIERRA MUERTA  (BOCETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora