CAPITULO 7

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- Las manos dónde pueda verlas- grito Miriam.- o los mato a todos.

Sólo había 4 personas al rededor de la fogata, no se distinguían bien, el brillo de la fogata cegaba a Míriam completamente, pero con solo ver sus siluetas sería fácil vencerlos.
La silueta más alta  (Miriam observo que traía algo en la cabeza) fue el primero en advertir el peligro.

-!Alto!- le grito.- somos del mismo equipo.

Miriam observo los overoles, verde claro. Estaba a salvo.

-pues en ese caso, que bien, por fin los halle.

El humo no le permitía a Míriam visualizar bien a los otros, aparte del chico con el sombrero pudo ver a dos hombres, alguno debía de ser el que la salvo la otra vez, suponiendo que hubiera sobrevivido. Miriam aún desconocía el número de jugadores en el juego. Y a lado suyo una silueta femenina.
  -Hola chica del bosque- me dirijo la chica. - ven a conocernos.

Míriam se metió al área de la fogata, al rededor de ella.

La muchacha un poco más joven que el de sombrero, de tez blanca y cabello castaño claro recogido en una coleta, si cabello era tan largo que lo tenía sobre su hombro hacia delante.

El otro joven era delgado, muy blanco, sus ojos eran oscuros y su cabello negro y lacio estaba despeinado. Se parecía al que la había salvado pero no era el.

El otro hombre estaba sacando algo de su mochila, su overol le quedaba ajustado y tenía muchas manchas cafés.
Se levanto y la volteo a ver...

Miriam tenía la sensación de que los conocía a todos, pero a aquel, definitivamente lo había visto, era el hombre de entre unos 40 o 50 años que estaba con los malos, vio si cabello ondulado y gris sobre sus lentes, recordó el nombre que había escuchado.

  - Frank...- dijo mientras tomaba lentamente la katana.

TIERRA MUERTA  (BOCETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora