Capítulo XVII

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Narra Slash.

Después de dejar a Mandy en casa, fui a buscar a Steven para hacer lo que mejor sabíamos hacer: tomar y drogarnos.

Pasaron varias horas en el bar donde nos encontrabamos hasta que llegó una colorada con todo lo que me gustaba en una mujer, pero había un problema, ella no era Mandy.

De igual manera me acerqué a ella y quizás poder hacer lo que tanto necesitaba, olvidar.

Me levanté a la mañana siguiente y tenía a la bella colorada durmiendo desnuda al lado mío. Se ve que la pasé bien anoche.

No recuerdo como llegué a la casa, ni donde estaba Steven o directamente que pasó anoche.

Ahora solamente tenía que sacar a esta mujer de acá porque a alguien no le va a gustar que haya traído a mi aventura de la noche a su preciada casa.

Así que moví a la señorita y ésta se despertó dandome un beso que yo no esperaba.

- Hola bombón, ¿Cómo estás de anoche?
- ¿Qué pasó anoche?- Me encontraba más que perdido.
- Estabas demasiado borracho que tu amigo nos trajo y después ya te imaginaras que pasó.- Ahora que ella lo decía comenzaba a recordar todo.

- Bueeeno, creo que es hora de irte... ¿Cómo te llamas?
- Perla.-Dijo entre risas mientras agarraba sus cosas.
- Claro, Perla, lo sabía.
- ¿Tienes que hacer algo ahora?
- Ehh, creo que no, ¿Por qué?.-Dije sin comprender.
- Podríamos ir a desayunar juntos, si queres claro.
- Genial, vayamos a una cafetería que está a un par de cuadras.

Teníamos que salir antes de que Mandy despertara así que la agarre de la mano y la llevé hasta la puerta.

-Tengo que buscar las llaves, espera acá. - Ella asintió para luego darme un beso bastante fogoso.

Luego del intercambio de babas fuimos a la cocina y segundos después se escuchó un fuerte puertazo. Parece que Mandy ya se había levantado y no con el pie derecho precisamente.

Después de desayunar junto a Perla, la dejé en su casa y quedamos en vernos para  ir a cenar.

No era para nada desagradable, es más, era muy abierta con lo que pensaba y tenemos varios gustos en común. Creo que hasta podría interesarme estar con ella de una manera que no sea amigos. 

Cuando llegué a casa me encontré con Izzy mirando una película de terror así que me uní a él.

Una vez acabada, Izzy apaga la televisión y me queda mirando expectante como si esperara que le dijera algo.

- Y bien...- Comenzó a decir.
-¿Qué? - Seguía estando confundido.
- Mandy me contó lo que pasó, ¿cómo estás?.
- Bien, espectacular, magnifico, el mejor momento de mi vida. - Se sentía en el aire el sarcasmo.
- No hace falta que me mientas, no soy Steven para creerte. Ella no quiere a Duff como vos crees...- Lo interrumpí, no quería escuchar todo esto.
- Ya Izzy, no quiero hablar más de esto. Es algo que se terminó, que suerte que tiene Duff por tener a una persona así ahora yo quiero conocer a mi persona también.

Cuando ya me estaba levantando para retirarme sonó el timbre, me dirigí a la puerta y no se trataba de nada más ni nada menos que del señor que estábamos hablando hace segundos atrás, McKagan.

- ¿Qué onda chicos, vamos a un bar?.- Entró diciendo.
- Son las 10 de la mañana, maldito alcohólico.- Gracias Izzy decía en mi interior.
- Alguien esta de malas, ¿Y vos rulitos? ¿Vamos por unas cervecitas?
- Yo me voy.- Dije dejándolo parado sin entender nada mientras que yo me iba a buscar a Steven como siempre.

Una vez que llegué a la casa de la abuela de Steven, me dirigí a su habitación donde me encontré con un Steven tirado en el piso. 

- Maldita sea idiota, ¿Otra vez durmiendo en el piso Steven?, Ya te dije que para eso tenes cama.- Dije en tono divertido pero este no reaccionaba.
- Ya, vamos Steven, no es gracioso.- Comencé a moverlo pero no había caso.- STEVEN SI NO TE LEVANTAS AHORA MISMO,  NUNCA MÁS TE LLEVO A UN BAR.- No recibí respuesta lo cual me alarmaba. No sabía que hacer hasta que se me ocurrió llamar a una ambulancia.

Una vez llegada la ambulancia subieron a Steven, su abuela estaba desconsolada así que preferí ir yo en su lugar. 

En cuanto llegamos al hospital, entraron a Steven a una sala la cual no me dejaron pasar. Lo único que hice fue sentarme en una silla de la sala de espera para recibir noticias.

- Maldita sea Steven, te dije que tuvieras cuidado con lo que hacías.- Me lamentaba entre lágrimas.

                                             ✩✩✩✩✩✩✩

Holaa señorxs, se que pasó mucho tiempo pero la historia va a continuar y por supuesto, tener su respectivo final, espero poder terminarla antes de marzo. Gracias a todxs los que continuaron leyendo la historia y sobre todo, por el apoyo que recibe.

-m.j.

El profesor HudsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora