Capítulo 23

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~Narra Adele~

Ver a Simon en el estudio de fotografía en verdad me sorprendió. Hace meses que no lo veía. Su asombro es entendible, supongo que he cambiado bastante desde la última vez que nos vimos. A pesar de que fue bastante extraño verlo ahí, no dejé que eso me distrajera durante la sesión de fotos. Me tomaron un millón de fotografías y hasta Louie fue protagonista. Después de eso me fui directo a mi casa a tomar un baño y a descansar.

Al día siguiente, me despertó el teléfono del interfono. Me levanté con dificultad por el sopor, me puse mi bata y caminé hasta el teléfono, con Louie detrás de mi.
Levanté el teléfono sin ver la pantalla, que me muestra lo que graba la cámara de la entrada.
—¿Si?
—Señorita Adkins, la busca una chica que se hace llamar Lau...—comenzó el guardia.
—¡Déjame pasar!—gritó Laura.
—Déjela entrar—dije sin ánimos de discutir. Aún tenía sueño.
Fui al recibidor a esperar a que Laura cruzara el gran jardín delantero. Minutos después escuché como Laura tocaba el timbre de forma insistente. Abrí la puerta para encontrarme con una Laura furiosa.
—¿Dónde está Adele?—dijo enfadada.
—Estoy aquí—dije viéndola extrañada—. ¿Por qué...?
—¿No sientes como que se te olvida algo?
—No... no que yo sepa.
—Daisy estuvo esperando tu maldita llamada todo el día de ayer. Y recibió tu estupido regalo—Laura me dio la caja que le había mandado a Daisy—. Gracias Adele, pero Daisy no necesita un maldito sartén.
—Creí qué tal vez le sería útil—mentí—. No seas  malagradecida jaja.
—No es gracioso. Era toda su ilusión verte Adele, o por lo menos escucharte. Y ninguna de las dos cosas sucedió. Y después va abriendo tu jodido regalo. No es justo Adele. Tu eres la malagradecida.
—¿Yo? ¿Por qué yo? Fui yo la que gasté mi dinero para comprarle un obsequio y...
—¡Uy! Si Adele, gracias por gastar en un jodido sartén. Ahora todo lo que te importa es el dinero. Nosotros queríamos cosas que no te iban a costar nada. Eres una malagradecida porque nosotros te ayudamos cuando lo necesitabas y ahora eres una vil perra. Por eso te pregunto qué dónde está mi Adele, porque tu.... tu no eres mi Adele.
—Si solo viniste a mi casa a gritarme puedes volver por donde entraste.
—Oh si no te preocupes, ya me voy. Solo quería dejar bien claro que no quiero volver a verte hasta que vuelvas a ser tu.
—Bien, quedó claro Gracias.
Laura soltó un grito de frustración.
—Date cuenta de lo que estás haciendo Adele. Te estás convirtiendo en una Jessie, estás haciendo lo mismo que Jack y que cualquier rico jodido. Estás dejando que tu maldito ego se infle y después no podrás ni contigo misma.
—No lo estoy haciendo. Solo quiero sacarle provecho a mi trabajo. ¿Por que estar igual de jodida que siempre si puedo tener buenas cosas?
—Una cosa es tener "buenas cosas" y otra es actuar de esa manera. ¿Por qué actuar así? ¿Por qué volverse una maldita?
—Por que para que no te rompan el corazón, debes de actuar como si no tuvieras uno—grité enojada. Laura se quedó en silencio por un rato, después soltó una risa irónica.
—Estás muy equivocada Adele. Sumamente equivocada. Está no es la solución, claro que no lo es. ¿Lo dices por lo que te hizo Alex? Es un jodido imbécil. ¿Lo dices por Simon? Es pasado ya. Tal vez ninguno de los dos era el indicado, pero eres tan aferrada y subordinada que te dejas llevar por tus instintos y emociones y...
—Laura, lárgate antes de que llame a mi guardaespaldas.
—¿Es en serio? ¿Piensas hacer que me echen?—su voz era dolor puro. Creo que pude ver una lágrima recorriendo su mejilla.
Yo estaba furiosa, no podía controlarme.
—Vete—fue lo único que me permití decir. Sino, hubiera sido una pelea sin fin.
—Claro. Me largo—abrió su bolso y sacó algo del interior—. Se feliz con tu trabajo, tu dinero y tu soledad—lanzó mi disco al piso con fuerza y enojo. Éste se rompió justo frente a mis pies.
Louie empezó a ladrarle a Laura.
—Cállate, ya me voy. Y no pienso volver—le dio Laura—. Cuando te quedes completamente sola y no puedas con tu propia tristeza... llámame, tal vez te perdone.
Dicho eso se dio media vuelta y salió, dando un portazo.

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