Capítulo 25

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Al abrir los ojos, Adele vio el pasillo frente a ella. Soltó el aire que estaba conteniendo y levantó la barbilla para mostrarse segura, aunque por dentro estaba más nerviosa que nunca. Nerviosa y emocionada. Era un día sumamente especial, el día más especial de su vida. Vio como todos la veían con una sonrisa mientras caminaba por el pasillo, felices por ella, pero no tan felices como ella.
Bajó la mirada y vio su falda blanca, no podía creer que estaba caminando hacia su prometido, hacia el amor de su vida.
Al levantar la vista volvió a fijarse en los invitados, le sonrió a varios, después se quedó paralizada. Howard, estaba en la primera fila, sonriendo y aplaudiendo.
—Vamos muchachita—dijo orgulloso.
Adele sintió como sus lágrimas empezaban a recorrer sus mejillas. Tiró el ramo y corrió hasta él para abrazarlo, pero no sintió nada, fue como si estuviera abrazando al aire.
—Es hora estrellita—dijo Howard separándose de ella.
Adele lo vio extrañada, no quería separase de él. Su abuelo señaló algo con la cabeza, Adele siguió la mirada de Howard y vio al hombre frente al altar.
—No... n... no—Alex estaba esperándola con una sonrisa—. Yo no... abuelo, no...
Adele volteó a ver a su abuelo pero ya no estaba. Todos habían desaparecido.
Sumamente confundida volvió su mirada hacia Alex para encontrarse con la sorpresa de que estaba con otra chica, con un vestido igual al de ella, poniéndose los anillos uno al otro.
Adele se sintió fuera de lugar, dio algunos pasos hacia atrás hasta que chocó con algo.
La madre de Simon la vio con cara de disgusto.
—¿Podrías moverte? Me impides ver a mi hijo...
Adele, atónita, volteó a ver a los novios. Alex y la otra chica habían desaparecido, ahora Simon y Chloe se besaban frente al altar mientras todos aplaudían.
—Simon...—susurró Adele extremadamente triste—. Simon por favor...
Su voz se fue apagando de a poco.
Las campanas de la iglesia empezaron a sonar. Adele tuvo que taparse los oídos para soportar El fuerte sonido.
Despertó.

El despertador sonaba desesperado por ser apagado. Estiró su brazo para apagarlo hasta que lo logró. Descubrió lágrimas en sus ojos. Las secó con coraje y se cubrió con las cobijas hasta la frente. Había sido un sueño muy extraño y horrible. El sopor estaba por vencerla pero no quería dejarse vencer, no quería volver a ese horrible sueño.
El ladrido de Louie la sacó de sus pensamientos. Se quitó las cobijas de encima y lo vio sobre sus piernas, viéndola fijamente y sacando la lengua de vez en cuando.
—Si Louie... ya me voy a levantar, gracias.

Toda la mañana estuvo pensando en el estupido sueño. El dolor de cabeza que se cargaba simplemente empeoraba todo. Había tomado demasiado la noche anterior y su garganta estaba más cerrada que de costumbre. Se dio una ducha, se tomó un té y un calmante y se fue al estudio.

—Las ventas...—Rose seguía diciéndole cosas mientras Adele caminaba hacia la oficina de Jonathan. No había escuchado nada en los últimos cinco minutos, solo asentía.
—Rose, ve a la farmacia y tráeme algo para la garganta. Ya no soporto está horrible tos—la interrumpió.
—Ah... si claro señorita, en seguida.
Adele continuó su camino hacia la oficina de Jonathan. Antes de llegar sintió que alguien le tocaba el hombro. Volteó y vio a Jack con una gran sonrisa. Adele no sonrió.
—¿Qué sucede?—dijo Adele acomodando sus lentes de sol.
—Hola, solo quería felicitarte por tu presentación en los Brit ayer.
—Gracias. Tengo algo de prisa—le dio la espalda.
—Si, últimamente la vida corre muy rápido ¿no? ¿No te dan ganas a veces de detener el tiempo y pensar mejor lo que vas a hacer?
Adele se detuvo. Volteó a verlo y lo observó en silencio por un momento.
—Si, a veces. Pero no hay tiempo.
—Si lo hay, pero lo usamos en otras cosas en vez de en las cosas que verdaderamente importan. Te recomiendo que lo hagas. Busca las prioridades.
—Jack, ¿a qué viene todo esto?—dijo exasperada.
—Nada, solo... quería decírtelo. Yo lo hice y me he dado cuenta de muchas cosas.
—Pues felicidades. Pero tengo que irme.
—Piénsalo.
Adele solo levantó el dedo pulgar sin siquiera voltear a verlo.

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