Prólogo

17.5K 1.1K 41
                                    

Los vio entrar uno a uno. Eran los cinco hombres más atractivos que conocía, eran altos, el color del cabello variaba del castaño oscuro al castaño dorado, casi cobrizo. Si uno los miraba superficialmente no encontraba parecido entre ellos, sólo si se los observaba en detalle se encontraban puntos en común.Las pestañas largas, los pómulos, la sonrisa, muchas cosas que uno era capaz de apreciar cuando los veía juntos.

Tampoco sus personalidades eran similares, eran una mezcla interesante, desde el hombre serio de negocios hasta el juvenil artista.

Los amaba y al mismo tiempo eran su peor pesadilla.

Cassy, soltó un suspiro al verlos entrar cargando sus bolsos.

-¿Qué hacen aquí?- preguntó aunque ya sin esperanza.

-¡Cass! –exclamaron casi al unísono y la chica retrocedió evitando que se arrojaran sobre ella y la aplastaran en un mar de abrazos.

-Vinimos de vacaciones – contestó uno de ellos con una sonrisa seductora..

-¡Oh no! ¿todos?– gimió ella y un par de ellos, no supo quienes largaron la carcajada.

-¿No creíste que íbamos a dejarte sola, verdad? – preguntó otro y ella revoleó sus ojos.

Sí , por una breve tiempo había tenido esa ilusión, pasar un tranquilo tiempo a solas consigo misma. Sus padres se habían ido a un crucero por el caribe y ella se había dispuesto a tomarse unos días del trabajo y descansar.

Pero debió suponer que ellos no se lo permitirían.

Desde su metro sesenta observó a los cinco hombres con la mirada más furiosa que pudo conseguir. Y desde su más de metro ochenta ellos la miraron como a un gatito indefenso.

Los amaba tanto, pero estaba segura de que su paz mental acababa de ser arrastrada por un huracán. Eran la peor pesadilla de cualquier mujer, cinco hermanos mayores que creían que aún cuando tenía veinticinco años debían cuidar de ella.

Adiós a sus vacaciones soñadas, con aquellos cinco allí volvería a convertirse en la mascota. La televisión dejaría de pertenecerle , escucharía peleas sobre si era mejor la música clásica o el rock, aparecerían cosas tiradas en los lugares más inverosímiles, deportes, películas de acción, comida chatarra y litros de cerveza.

Si era sincera aquello no era lo que le molestaba, después de todo estaba acostumbrada a convivir con esos cinco hombres y sus costumbres, lo que le molestaba realmente era que el quinteto O'Bannon iba a meterse en su vida.

Ellos la habían criado, le habían enseñado a jugar basket y béisbol, le habían enseñado a trepar árboles, a arreglar autos y miles de cosas más que el resto de las chicas ignoraban. Ella no había usado un vestido hasta los catorce., cuando finalmente el deseo de su madre se había impuesto a la influencia de los hombres de la casa. Desde el día que había nacido aquellos cinco habían decidido que debían cuidarla y orientarla en la vida y ahora que tenían tiempo libre volverían a hacerlo.

-¡C.K!, vuelve en ti...-Llamó su hermano Brendan sacudiendo su mano frente a ella.

La chica parpadeó al tiempo que se preguntaba si alguna vez usarían su nombre completo. Siempre la llamaban Cassy o C.K, jamás usaban Cassandra Kaitlin para referirse a ella.

-Es muy de niña – Había dicho Kenneth una vez mientras ella gritaba "¡Soy una niña!" sin obtener resultado alguno. Kenneth definitivamente era obstinado.

Claro que a veces hasta a ella reconocía que era un nombre demasiado presuntuoso, y con el correr del tiempo se había acostumbrado a aquel C.K O'Bannon con el que firmaba sus trabajos.

Sus abuelos eran irlandeses , así que además de muchas historias todos ellos habían heredado nombres provenientes de Irlanda. Sus hermanos se llamaban Brendan, Kenneth, Dylan, Liam y Garret y a ella le había tocado en suerte el musical Kaitlin .Claro que en un vuelo poético su madre había recurrido a los textos griegos y por ello al nombre celta se le había sumado el exótico Cassandra.

-¿No hay nada para comer? – preguntó Garret y aquello la sacó de sus pensamientos.

Quisiera o no, sus hermanos estaban en casa.

Lo mejor que podía hacer era disfrutarlos, después de todo era una mujer adulta y no podía ser tan malo tenerlos cerca .¿O sí?

Operación CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora