•Capítulo 18•

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Narrado por TN

Escuché cuando Germán se levantó para ir a la universidad. Normalmente él me despierta, pero esta vez no, solo vuelve a confirmar el hecho de que está molesto.

Me levanté cuando escuché que Germán se fue. Miré la hora y faltaba todavía media hora para que empezara mi primera clase. Hoy mis ánimos estaban por los suelos, no tenía la motivación de hacer nada hoy, así que decidí no asistir a clases el día de hoy. Cómo no planeaba asistir, no me apresure en levantarme, pero cuando finalmente lo hice decidí hacer algo productivo con no dia.

Busqué en linea vídeos de ejercicios cardíacos, tonificar el cuerpo y todas esas cosas, claro, como siempre no me moleste en desayunar nada primero. Pasé mínimo unas dos horas siguiendo cada ejercicio, por un lado me sentía orgullosa de mi misma por hacer todo eso, incluso si estaba exhausta a la mitad del camino.

Al terminar completamente, me sentía mareada. Creo que he estado llegando un poco lejos, creo que es hora de recompensar mis esfuerzos por comer algo decente.

No te recompenses con comida, ¡No eres un perro para estarte dando premios cada vez que haces algo bien!

¿Entonces qué hago?

Ve a tomar una duchasiéntate a ver la televisión o algo, no importa qué, pero no te vayas a recompensar con comida.

Eso era una mejor idea del que yo tenia, fui a darme un baño, pero termine apresuradamente porque me altero un sonido que provenía de la entrada de la casa. Cuando ya me había vestido completamente, me dirigí a la sala de estar. Me calme al ver que solo era Ashley junto a su hija Natalia, no era nada extraño verla aquí, lo que sí era extraño era que yo estuviera aquí a esta hora

Ashley:¿No tendrías que estar en la universidad?

Yo:–sacudo los hombros– No tenía ánimos de ir

Ashley:¿Quieres hablar de ello? –me toco el hombro, yo asentí, quería desahogarme con ella 

Ella colocó todas las cosas que tenía con ella para cuidar al bebé a un lado, para sentarse a un lado mío en el sillon. No me dio tiempo de decir ni una sola palabra, porque natalia empezó a llorar, como es de esperarse Ashley tenía que atenderla. Siendo la madre primeriza que es, no sabía mucho de lo que estuviera haciendo, así que tampoco sabía porque lloraba. Sobre los lloridos de Natalia me decía "Lo siento, pronto se calmara". Asentí y esperé a que dejara de llorar, pero no dejaba de hacerlo.

Ashley:Perdon ________–empieza a recoger sus cosas– Será mejor que me lleve a Natalia a casa, ahí puede que se controle. Prometo que hablaremos pronto ¿Okay? –de verdad se veía que se sentía mal al dejarme

Yo:No te preocupes, tu familia es primero. De seguro, hablaremos después –me toca el hombro, dándome una pequeña sonrisa, para después irse.

Ahora me recosté libremente en el sillón, manteniendo la mirada fija en el techo, nada más que mis pensamientos me acompañaban, que para mi es la peor compañía. En realidad, estando sola no es nada nuevo.

Sin esperarmelo, se escuchó a alguien tocar la puerta ¿Había regresado Ashley? Si es asi, me alegra tanto de no tener que seguir sola. Con cierto entusiasmo abrí la puerta, pero mi sonrisa desapareció y se convirtió en asombro mezclado con un poco de miedo.

Nathan:_______, ¿Puedo pasar? –me habló en una voz persuasiva

Me quede paralizada, ¿Esto estaba pasando? ¿Nathan estaba justo fuera de mi departamento pidiendo pasar?

Nathan: ¿Tomo tu silencio como un si?

Yo:Si –repetí estúpidamente

Cuando ya me di cuenta, estaba adentro solo observando el lugar, como si le fascinaba lo que veía o algo. De la nada apareció Toby, que se puso en una posición defensiva y le empezó a ladrar, como aún se le puede considerar un cachorro, no tenía mucha fuerza como para hacerle daño a nadie. Por eso me dio un poco de risa cuando le empezó a jalar el pantalón a Nathan, lo aleje poco después, cargando en mis brazos.

Yo:Toby no hace nada, solo esta jugando un poco –el sonrio, pero parece ser muy falso. Recordé la situación– Espera, ¿Que haces aquí en primer lugar? ¿Como sabes donde vivo?

Nathan:Tú me lo habías dicho –¿Lo hice?– ¿No lo recuerdas?

Yo:Para ser honesta no.

Nathan:–frunció el ceño–Venía porque...no se, ¿No puedo visitar a una amiga? 

Yo:Supongo...–dije un poco incómoda

Nathan:Esa era tu amiga ¿La que acaba de salir? Me habías contado de ella, ¿Ashley, verdad?

Yo:Si, solo que se tuvo que ir, ya sabes, esta muy ocupaba siendo mamá como para quedarse aquí conmigo

Nathan: Pues entonces esta bien que yo haya venido, se nota que necesitabas a alguien con quien hablar

En eso tenía razón. Eso fue lo que hicimos, solo hablamos libremente, ya sabíamos que ninguno de los dos íbamos a juzgar lo que decíamos. Pero en un momento Nathan saca un cigarrillo y empieza a fumar, como ha había notado que hacía.

Yo:Pensé que habías dicho que ibas a dejar de fumar. –para ser sincera no me gustaba él hecho que lo estuviera haciendo dentro de mi casa– ¿Porque lo haces? Es un mal hábito que terminara matándote

Nathan:Todos tenemos malos hábitos que terminarán matándonos ¿O me equivoco?

Yo:– asentí levemente– Creo que las cosas malas nos hacen sentir mejor

En cuestión de minutos la habitación apestaba a humo de cigarro. Empecé a toser como loca.

Nathan:No estas acostumbrada a esto ¿cierto?

Yo:La verdad, no

Nathan:Eso se puede arreglar. –de su bolsillo saca otro cigarro, me lo frota delante de la cara– Ten, pueba.

¿Era enserio? Por un momento pensé que estaba loca porque estaba de verdad considerando tomarlo. Si apenas he tomado un par de veces y ahora ¿un cigarro? Con mi mano temblorosa tomo el cigarro, era una textura un poco extraña, era la primera vez que sentía uno. Ni siquiera tengo idea de como se fuma un cigarro.

Él sonido de la puerta abrirse me espantó, pero me dio el suficiente tiempo como para esconder él cigarro que tenía en mis manos en mi bolsillo, fuera de vista.

Detrás de una máscara (Germán Garmendia y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora