•Capítulo 34•

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Narrado por Germán

Tal y como me había aconsejado mi mamá, salí de las cuatro paredes que me impedían salir, que irónicamente yo mismo había construido. Lo primero que hice fue dar vueltas por el vecindario, aclarar un poco mi mente.

Ande por lo menos una hora, como consecuencia mis pies empezaron a doler. Seria mejor si buscara un lugar donde sentarme un rato y descansar. Muy cerca del edifico encontré un restaurante, ya lo había visto antes y creo que solo he ido una o dos veces, pero ya no me acuerdo de mucho. 

Entré, el lugar estaba bastante lleno, se ve que es un buen negocio. Me senté en uno de los taburetes que estaba desocupados en la larga mesa casi frente de la cocina. Pensándolo mejor, este lugar parecía mas un diner. Me toco sentarme a lado de una mujer, joven, típica alta con pelo rubio y ojos azules. Si no me equivoco, me lleva viendo desde que entre por la puerta, pero cuando yo la volteaba a ver, desviaba la mirada para que no me diera cuenta. No lo tome mucho en cuenta. 

Un señor me vino a tomar la orden, solamente quería un vaso de agua, no es como si tuviera mucha hambre. Minutos mas tarde el señor regreso, pero el estaba tan agobiado que en ves de darme el vaso con agua a mi, se lo dio a la mujer a lado mio, para después irse sin darse cuenta de su error. Ambos levantamos la vista y nos volteamos a ver. 

x:Oh, um...creo que esto es tuyo –deslizando el vaso hacia mi– Wow, buen servicio ¿No lo crees? –bromea– No, pero para ser honesta, el lugar esta bastante lleno, debió de haber tenido algo más en mente

Germán:Me pregunto que es lo que tiene de especial este lugar para que venga tanta gente –siguiendo la conversación 

x:Bueno, la comida esta muy buena... –dudo por un momento– En realidad, no se a quien quiero engañar. Probablemente porque es el lugar menos costoso de esta área, aunque la comida no sea la mejor.

Germán: –me rió levemente. Tengo que admitir, tiene un sentido del humor– Umm, me llamo Germán, ¿tu nombre es...?

x:Audrey –sonríe con mas confianza

Ella no parecía una mujer fuera de lo común como para estar en un lugar tan barato como ella lo describe. Por su estado, ropa, actitud y demás, tampoco parecía alguien de pocos recursos para estar en un lugar como este. Parece muy normal

Germán:Entonces Audrey, ¿Que te tiene comiendo aquí si la comida es tan mala como crees? Igual ¿Es porque es el lugar mas barato que pudiste encontrar? 

Audrey: –se vuelve a reír– Para ser honesta, no lo se. Algo solamente me trajo aquí hoy, quería pasar un tiempo a solas, incluso si es un lugar tan barato como este.

Germán:Oh, perdón. No sabia que querías estar sola; aquí estoy yo, hablándote. ya te dejare en paz...-

Audrey:¡No! No te disculpes, en realidad, aunque haya sido una conversación de la nada, me alegro un poco el día.

Dicho eso, seguimos hablando, mucho. Era un poco de platicas sin sentido, pero por otra parte estaba conociendo un poco mas de ella y ella de mi. Tengo que admitir que mi mama tenia razón al decir que rodearte de personas en un mal comento es un buen remedio.       

Desvié la mirada y mi atención de nuestra conversación, tenia la sensación de que alguien mas nos estaba viendo. Del otro lado del lugar, era ________ quien nos estaba viendo.

¿Que hace aquí? No faltó más de unos segundos de darme cuenta de la respuesta. Nathan estaba ahí también. ¿Que estaba haciendo con ella? El no se dio cuenta que nos estábamos mirando, se la llevo, subiéndose a unas escaleras que no se a donde llevarían.

Detrás de una máscara (Germán Garmendia y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora