Capítulo cinco.

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Unas risas inundaban la casa y eso hizo que me despertara. Sentí un peso fuera de lo habitual en mi pierna. Cuando desvié mi vista hacia abajo me encontré con dos brazos sosteniendo mi abdomen,  Justin seguía allí. Las risas continuaron sonando, trate de zafarme de Justin, pero me sujetaba fuertemente, lo empuje despacio y acto seguido me soltó para darse la media vuelta y seguir  durmiendo. Me levante con cuidado y seguí a las risas, están me dirigieron a la puerta al final del pasillo, era de madera de roble y hace un año no entraba en ella.  Cuando coloque la mano en el picaporte este ardía que hizo que sacara la mano rápidamente, pero las risas continuaban, sé que me iba a ser mal entrar allí pero ¿Si alguien de verdad estaba allí? Si por una de las locuras de la vida, ¿Estaba Tony? Al pensar eso, abrí la puerta sin importar las consecuencias. Y allí estaba parada, en su cuarto, las risas se fueron esfumando entre las paredes. Su habitación olía a su colonia, mire su cama sus sabanas blanca estaban impecables, sin una pizca de suciedad. Su mesita de luz contenía una foto de nosotros dos juntos, me acerque con delicadeza y la tome entre mis manos, la mire con atención estábamos los dos vestidos de galas, mirando a la cámara fijamente. Me dirigí al centro de la habitación y me senté. Millones de recuerdos vagaron por mi mente.

Tenía 5 años y el 10,  habíamos roto un jarrón de la abuela difunta, sabíamos que nos iban a regañar y nos dirigimos rápido a su habitación. Cuando escuchamos gritar a nuestra madre, Tony me metió adentro de su armario y solamente lo regañaron a él. Una vez, yo me había lastimado y estaba llorando, el me llevo a su habitación y me enseño todos sus muñecos de acción y me dejo jugar con ellos cuando nunca antes lo había hecho. Él había elegido esa habitación porque era la única que no tenía baño propio, me había dicho “Tranquila Eff, ¿Para qué necesito uno en mi pieza? Vos si lo vas a necesitar cuando seas adolecente y quieras tu privacidad”. El siempre fue un chico inteligente, astuto y maduro. Sabía lo que quería y cuando lo quería, si le importaba alguien nunca lo iba a dejar ir y sobre todas las cosas protegía a su hermanita menor. Las lágrimas recorrían mis mejillas. No  podía dejar de mirar la foto, era mi vida, sus abrazos, sus miradas cómplices, sus sonrisas

-Eff, ¿Qué pasa?-

Creo que la palabra más pronunciada de Justin en estos días fue “Eff, ¿Qué pasa?”, lo mire directamente a los ojos, me miraba preocupado y a la vez miraba toda la habitación. Solo se sentó a mi lado y apoyo una de sus manos en mi pierna y le hacía masajes delicadamente.

-Lo extrañas-

-No te imaginas cuanto, Justin-

-Te entiendo-

-¿Si?- lo mire

-Si Eff, extraño a mi padre, más que a nada en el mundo- -

Es una sensación horrible-

-Cierto, pero no debes entrar a su habitación, te hace peor-

-Es la primera vez que entro desde hace un año-

-¿Por qué entraste?- Mire hacia abajo- Escuche risas que llegaban hasta aca-

-¿Las voces?-

-Puede ser- lo mire- Ellas nunca me molestaron cuando él estaba acá-

-Al irse, dejaste toda tu fuerza con él-

-Toda no-

-¿Cómo sabes?-

-Si hubiera dejado toda mi fuerza al irse  Tony, no estaría hablándote ahora-

- Capaz  por alguna razón teníamos que encontrarnos-

-¿Después de un año Justin?-

-Si Eff, después de un año-

-No creo, ni sé como empezaste a hablar conmigo-

Nunca me dejes {Fan Ficción Justin Bieber} (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora