Capítulo 4: Invitación

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De aquel suceso con el amigo de Yuri habían pasado días

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De aquel suceso con el amigo de Yuri habían pasado días. Decidí no hacer contacto durante dicho tiempo para tratar que olvidara el asunto.

Tal vez debí eliminarlo del mapa, pero imaginar el rostro de mi adorable niño lleno de lágrimas hacía que desechara la idea al instante, lo último en mis planes era herirlo de alguna forma. Justo eso es lo que odiaba de este sentimiento, lograba hacer que dudara de todo acto con el fin de tenerlo siempre feliz.

De regreso al presente, me encuentro sentado en lo más alto de las gradas, contemplando el transcurso de la práctica habitual de patinaje mientras juego con el teléfono entre mis manos, la monotonía empieza a cansarme. Han sido años de espera, quisiera tenerlo a mi lado ahora pero estoy consciente de que en caso de apresurarme y no llevar a cabo correctamente la secuencia planteada, estaré arruinado antes de siquiera tocarlo.

Esfumando cualquier pensamiento, presté atención al grupo de amigos. Habiendo dejado el hielo, la locación permanece en un ambiente de murmullos bajos. Seguro hablando de trivialidades o poniéndose al día de la vida de todos, aunque yo solo mantengo la mirada puesta en el nipón despreocupado. Fue entonces que contra todo pronóstico mi celular empezó a sonar, rompiendo al momento aquella atmósfera recién formada, ocasionando el notar de mi presencia.

Mierda, mierda, mierda. Pienso, furioso conmigo mismo y con el idiota que aparece por nombre iluminando la pantalla. No había recibido llamada suya desde hace bastante y de todos los malditos momentos, es exactamente en este que se le ocurre contactarme.

Cuelgo como puedo la llamada. Sus miradas están puestas en mí, especialmente la de aquel chico tailandés. Me levanto y emprendo camino hacia los costados de las gradas para descender los interminables escalones hacia la salida, o al menos así los siento ahora mismo, no obstante una voz detiene mi huida.

—¡Oiga! —Escucho a la par que veo cómo Phichit se dirige hacia mí—. Hola, no pensé encontrarlo aquí —comenta con asombro, mostrando una sonrisa.

—Hola de nuevo, yo tampoco creí verte por acá —Miento, fingiendo la misma sorpresa.

—Qué alegría poder encontrarlo —dice—, ¿qué tal si le presento a mis amigos? ¡Chicos, vengan! —Propone, agitando los brazos hacia su dirección para hacerlos venir.

Entre ellos, Yuri.

Mi corazón toma un ritmo frenetico al igual que el sudar de mis manos. Había esperado por ello pero nunca creí que se presentaría de dicha manera.

—Phichit —llama, una vez cerca—. ¿Quién es él? —pregunta refiriéndose a mi persona.

—Oh, ¿recuerdan que les comenté casi muero de no haber sido empujado por alguien? —Todos asienten—. Él es la persona que me salvó aquella vez.

Mi adorado japonés es el primero en reaccionar y acortar la distancia para abrazarme al tiempo que agradece por tal acto de mi parte, obviando el gran afecto que profesa hacia su amigo.

Permaneciendo en un estado de parálisis. Dejándome rodear por aquellos brazos que tanto he añorado, esa calidez que solo él me hace sentir. Hasta que este se apartó.

—Lo lamento, me dejé llevar por las emociones —Se disculpa retomando la compostura, dando pasos atrás—. Él es mi mejor amigo y de solo pensar que si usted no se hubiera encontrado allí, Phichit tal vez ya no estaría con nosotros —comenta con profunda tristeza—. Por eso, ¡muchas gracias! —exclama haciendo una reverencia.

—No tienes porqué agradecer, es algo que cualquier persona en mi lugar habría hecho —explico nerviosamente. Si supiera que en realidad dudé.

Los demás igualmente mostraron su gratitud por el acto, pero de forma más amena, para después proponerme ir a comer con ellos, lo cual rechacé, aunque al ver tanta insistencia, incluida la del japonés, terminé aceptando esa vez.

Acabamos yendo a un local cercano. En cuanto tomamos lugar en la mesa las preguntas no se hicieron esperar, alcanzando tal punto de hostigamiento que creí no aguantaría, pero al final respondí a todo, evitando ciertos detalles claro.

Yuri fue el único que no parecía querer preguntar algo, sin embargo, se mantuvo atento a cada cosa que yo decía. Poco a poco fui sintiéndome en mayor comodidad, desviando algunas veces los ojos hacia la figura del nipón, hasta que nuestras miradas se toparon. Fue breve, ya que en seguida la apartó, comenzando su rostro a colorearse de un tono carmín. Al menos no le soy indiferente, pienso, o simplemente fue por el hecho de atraparlo viéndome.

Deseaba fuese la primera opción, pues pondría las cosas más fáciles.

Al terminar la comida, salimos del recinto ya pagando cada quien lo correspondiente. Me invitaron a volver para reunirnos otro día, a lo cual contesté que lo iba a pensar. A pesar que es más que claro que aceptaré con tal de ganarme la confianza del grupo.

Sin siquiera tener contemplado algo así, he avanzado más de lo esperado. ¿Por qué no sacar provecho de ello?

 ¿Por qué no sacar provecho de ello?

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N/A (Abril 2017):

Gracias a todos por leer, no sé si alguien se tome el tiempo de checar estas notas(? Siempre me lo he cuestionado, a veces pienso que hablo sola XD
Saludos.

Tarde. | Vikturi (Marzo 2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora