Parte I

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En una de las pocas bancas situadas en las internas del parque, se encontraba un chico de cabellera morada, piel pálida y ojos carmín que se encontraban cerrados. Recargado en la orilla de esta sentía como el viento acariciaba su piel y despeinaba algunos de sus cabellos de forma relajante.

El sonido de las pocas aves que se encontraban silbando hacían que fuera un lugar para descansar de los problemas, el cual admitía le gustaba visitar cuando sentía una enorme presión, pero esta vez no sería igual a las demás.

El sonido de un –¡Ouch!– hizo que el pelimorado abriera lentamente los ojos para encontrarse que no tan lejos de él había un chico que llevaba una guitarra, era de piel morena y pelo azul turquesa, este se encontraba sobando su frente con rapidez.

–Ay ay ay.... Es sólo un maldito árbol– dijo mientras tocaba el objeto con el que se golpeó.

Hubiera sido muy cómico y poco decente reír por la desgracia que el otro estaba pasando, más un pequeño detalle fue lo que lo detuvo de hacer cualquier cosa, y es que notó llevaba una venda pasando por su cabeza cubriéndole los ojos, ante esta intriga siguió con la mirada al peliturquesa que se guiaba torpemente con sus manos hacia una banca donde podía estar cómodo, acto seguido desenfundó su guitarra, la acomodo en sus piernas y comenzó a poner sus dedos en las cuerdas para empezar a tocar una melodía lenta que rápidamente reconoció el pelimorado.

El oji-carmín asombrado se acercó a paso lento para oír mejor, cuando quedo a unos centímetros de él miro detenidamente al chico que sonreía feliz metido en la música.

La canción acabó rápidamente a perspectiva del violáceo.

–¡Bravo!– coreo al mismo tiempo que aplaudia levemente asustando al otro –Je je je, perdón–

–Descuida debí haberte escuchado yo– contestó una vez se tranquilizó

–Y... ¿Puedo sentarme contigo?– preguntó queriendo evitar algún silencio incómodo

–¡Claro!– dijo el peliturquesa mientras se movía para hacerle un espacio

–¡No te muevas!– alertó deteniendo al otro en seco –si te vuelves a mover te caerás– explicó

Y era cierto pues estaba a escasos milímetros de caerse si no lo hubiera detenido.

–Que torpe soy, debí haberlo sentido... pero ven siéntate– palpo el espacio sobrante que estaba a su lado.

Cuando el otro hizo caso a esto, sonrió ligeramente para reclamarle lo bien que tocaba.

–Gracias– contestó apenado –pero te aseguro que no lo hago tan bien– completo dirigiendo su cabeza al piso

–Estas bromeando ¿no? Eres la primera persona que conozco que toca bien una guitarra acústica–

–Basta que me ruborizas... ¿Tú sabes hacerlo?– cambió de tema

–Sí, pero solo toco guitarra eléctrica y siempre que quise tocar una acústica no me salía. ¿Cómo aprendiste?–

–Mi madre me metió a clases hace ya bastante tiempo, primero comencé con una acústica ya que era la única que tenía, pero no es tan diferente a tocar una eléctrica–

–Con que sabes tocar ambas... ¿Podrías tocar otra canción? Me gustaría escucharte– mencionó con un leve brillo en los ojos esperando la respuesta afirmativa

–¡Claro! ¿Quieres una en particular?– preguntó tartamudeando un poco

–La que sea está bien, solo quiero escuchar– dijo suavemente recargando su cabeza en sus manos cerrando los ojos para oírlo mejor.
Mientras que el chico de cabellos turquesa volvía a acomodar su guitarra comenzando a tocarla con un rasgueo suave, cantando a voz baja unos segundos después de iniciar.

–¡Eres fabuloso! No solo tocas la guitarra si no también cantas muy bien– alago con felicidad por las emociones que le recorrieron mientras escuchaba, su opuesto no evito sonrojarse –¿podrías enseñarme a tocar así? Por favor- suplicó juntando ambas manos

–Ah... Bu...bueno... ¿Por... Por qué no?–

–¿en serio? ¡Gracias maestro!– gritó rodeando al chico en un abrazo –Te veré mañana en la tarde cuando den las 3– sentenció para levantarse y empezar a caminar.

–¡Espera!... ¿Cuál es tu nombre?– alzo una mano esperando detenerlo

–Me llamo Bonnie, un placer ...–

–Soy Bon– contestó

–¡Un placer conocerte Bon! Nos vemos mañana– despidió alzando la mano, alejándose del otro quien al saber que estaba lejos, soltó un pesado suspiro.

Sabía que al enterarse sobre su problema se alejaría al igual que los demás.

No podía encariñarse con nadie, pero un poco de compañía no hace daño... ¿Verdad?

Te comparto mis ojos ∆BonxBonnie∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora