Parte XIX

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Habían pasado días, días que no durmió más que cuatro horas.

Pero no le importaba, no cuando sabía que tenía que poner un fin a todos sus pensamientos confusos.

Así que suspiró, salió de su cama la tercera vez que su alarma sonó y caminó directo a su baño para lavarse los dientes y vestirse lo más adecuado aquel uniforme escolar.

Sabía que necesitaba dormir, más la ansiedad de lo hoy pasaría le quitaba todo el pensamiento sobre descansar las horas necesarias, después de todo, el no dormir lo ayudo a despejar su mente.

Una vez estuvo por salir se cuestionó si tomar aquel característico bastón, pero antes de siquiera tocarlo negó con la cabeza saliendo de su casa en dirección a la escuela.

Estaba dispuesto a darle una respuesta a su querido pelimorado.

Caminó por la banqueta sabiéndose de memoria el trayecto que debía tomar, por lo que no le tomó mucho tiempo llegar a los grandes edificios que conformaban su escuela, para ir directo a su salón a esperar que sus clases comenzarán.

En una de sus tantas noches de insomnio comprendió muchos de sus pensamientos y decidió aceptarlos sin pesar alguno.

Su cabeza se dirigió hacia su inusual compañero, quien se notaba alegre aquella mañana.

-¿No lo recuerdas? ¡Hoy es martes de pudin! Espero llevarme varios, traje mucho dinero hoy- comentó Bonnie sonriendo -Y si gustas, podemos compartirlos- terminó su frase esperando que el moreno aceptará su petición

-¡Claro!- tartamudeo -Sólo que podría ser después de clases, este receso le prometí a Meg comer con ellas-

-Los guardaré en mi mochila entonces- aceptó el pelimorado para prestar atención al recién llegado maestro

Toda aquella mañana, Bon se sintió nervioso, sus manos temblaban y cada vez que hablaba tartamudeaba más de lo usual, sin olvidar que se alteraba demasiado cada vez que se trataba de interactuar con el ojirubi. Su ansiosa actitud no paso desapercibida por todo el salón.

Cuando la hora del descanso llegó, su compañero comentó que iría a comprar todos los pudines que pudiera, dejando que Bon se desplomara en su asiento una vez el otro ya no estaba cerca. Sus sentimientos le estaban jugado una mala situación y esperaba que no le llevaran la contra para el momento en que diría todo.

-¿Te encuentras bien chico torpe?- preguntó la albina una vez había llegado hasta el asiento de su amigo quien solo asintió con la cabeza

-Lo he estado pensando ¿Crees que mis pensamientos son los correctos?- balbuceo pensativo

-¿Es por el extravagante niño pelimorado?- preguntó -Bon, la respuesta siempre a estado en tu interior. Es sorprendente que por fin la encontrarás - cruzó los brazos con una pequeña sonrisa

-Entonces... Sí, estoy en correcto- susurro el moreno, juntando sus manos con felicidad, podía entender el ánimo que le daba su amiga peliblanca

Después de todo, Meg siempre fue quien aclaraba las dudas de Bon, guardando sus secretos y apoyandolo en muchas circunstancias. El chico estaba feliz de tener de regreso a su más grande consejera.

-¡Bon! ¡Traje tu almuerzo!- grito la rubia una vez había llegado al salón -¡Incluso traje un pudin para ti y uno para Meg! Esperó que te guste - dejó una bandeja cerca del chico entregándole un paquete pequeño con el postre a él y a su amiga

-Muchas gracias Joy- respondieron ambos chicos con emoción, esperando a comer

Y como era de esperarse, la rubia se mantuvo antenta para ayudar en lo más mínimo al moreno, limpiando su rostro ante la más pequeña mancha.
A ella le encantaba ayudar a Bon con cualquier cosa que pudiera.

Te comparto mis ojos ∆BonxBonnie∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora