Zehila se empezó a despertar poco a poco por la poca luz que penetraba sus párpados cerrados. Acomodó su cabeza en algo suave y sintió una agradable sensación que recorría su espalda dándole un suave cosquilleo. No podía sentirse mejor en aquel momento teniendo otra vez ganas de volver a su sueño. Un pensamiento fugaz le hizo recordar con quien estaba dormido, abrió sus ojos rápidamente apoyando sus manos en algo y se alejó un poco para expandir su campo de visión. Se quedó estático al notar que Cenil lo miraba con aquella sonrisa amable típica en él y a la vez algo divertido al notar como el tritón lo miraba sorprendido.
—Buenos días, Zehila—saludó mirando detenidamente los hermosos ojos de la bella criatura frente a él. Para Cenil la noche anterior fue una de las mejores que había tenido en toda su vida, durmió tan bien que se pasó la hora en la que habitualmente se levantaba. Cenil quería morir cuando empezó a despertarse pensando que todo fue un sueño creado de su creativa y despiadada imaginación, pero la tranquilidad lo llenó cuando vio el cabello anaranjado-rojizo de Zehila flotando frente a él y sintió unos brazos rodearlo con mucha firmeza.
Zehila puso la mano en la mejilla de Cenil y la tanteó un poco revisando si lo que veía era real y no una locura suya por estar solo durante doscientos años. Cenil ladeó un poco la cabeza en dirección a la mano de Zehila ganándose una caricia de éste. Zehila suspiro de alivio al ver que Cenil era totalmente real y le sonrió al humano con alegría.
—Buenos días, Cenil-respondió volviendo a abrazarlo sin querer soltar a ese humano que le traía calidez a su cuerpo.
—Espero que hayas dormido bien, porque para mí tuve unas de las mejores noches de mi vida...—Sinceró Cenil mirando como las orejas de Zehila se ponían algo rojas al escuchar sus palabras. Zehila se separó otra vez y agarró la mano de Cenil con una mirada algo triste.—¿Por qué esa mirada triste en unos ojos tan hermosos?—preguntó Cenil alargando el brazo para acariciar el rostro de Zehila.
—Es que te tienes que ir, Cenil—respondió con pesar el tritón mientras cerraba sus ojos y colocaba una de sus manos sobre la de Cenil la cual seguía en su rostro—Desearia que te pudieras quedar para siempre...—susurró Zehila apretando la mano del humano.
Cenil observó la expresión triste de Zehila y quiso poder quedarse para siempre para jamas tener que ver esa expresión otra vez, pero no podía, tenia que ir al pueblo ya que él era uno de los mejores médicos. Cenil maldijo, por primera vez, su profesión y suspiró resignado.
—Yo también desearía poder quedarme, Zehila, pero no puedo, tengo trabajo y personas que me necesitan, no puedo simplemente desaparecer, precioso... —Cenil aparto un mechón de pelo que estaba en su rostro pasándolo por detrás de su oreja a su vez acariciando sus mejillas algo rojas fijándose en unas pecas casi imperceptible que cubrían sus pómulos y su nariz. —Te vendré a visitar cuando pueda—Agregó Cenil logrando que el tritón alzara su mirada esperanzada a él — No puedo dejar a una belleza como tu aburrida todo el rato, te haré compañía cuando pueda, es una promesa.—Cenil no había dejado de acariciar el rostro de Zehila en todo el momento.
Los ojos de Zehila demostraban alegría y brillaban más que nunca al saber que no estaría solo y Cenil lo vendría a visitar. Era perfecto. Para Zehila, Cenil era la perfección, todo en el irradiaba perfección, su cuerpo, su rostro, sus manos, sus ojos, sus labios... Todo...
Y Cenil no se quedaba atrás en esos pensamientos, ya que él veía a Zehila como lo más hermoso que alguna vez en su vida había visto, para Cenil, Zehila irradiaba belleza, una belleza pura e inquebrantable. Cenil podía pasarse horas y horas viendo el rostro de Zehila y el procuraba que jamas de iba a cansar de ver aquel hermoso rostro, podía pasar años escuchando solo su voz, y él jamás se cansaría de aquella melodiosa voz que aquella criatura portaba.
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Waterfall (Yaoi/Gay)
Fantasía"Marina, perdona lo que hice, perdona mi ignorancia, perdoname, pero librame ya de esta maldición, no lo soporto, Marina. Marina ayudame... Esta cola que me diste me esta haciendo sufrir... Marina... Lo lamento..." Todo lo decía con lagrimas de do...