Waterfall (Yaoi/Gay)

9. A g o b i o (I)

El aire no entraba a sus pulmones, su piel estaba pálida, sus brazos trataban de arrastrarse donde no muy lejos estaba un cuerpo casi sin vida, su fuerza se acababa, sentía que iba a morir aunque eso era imposible, pero siguió tratando de arrastrarse e ignorar los cuerpos inertes esparcidos por todo el lugar traspasados por ramas, hasta que llegó. Había una gran mancha roja en su camiseta, sus ojos lo miraban con pesar mientras trababan de mantenerse abiertos y detallar el rostro de la bella criatura en frente suyo.

—No... Te va...—“No te vayas" trató de decir el tritón con voz quebrada y defectuosa por la falta de aire.—Te... A...A...—“Te amo" no podía completar la frase que tanto tiempo había querido decir, pero no falto completarla. El moreno había entendido perfectamente y con una sonrisa apagada acerco su mano temblorosa al rostro pálido del tritón acariciando suavemente sus mejillas ya empapadas de lágrimas. No habló pero movió sus labios con suavidad formando palabras con estos, palabras que el tritón entendió bien y hicieron su pesar más grande. "Te amo..." el moreno pudo gesticular antes de que sus ojos se cerraran y el llanto ahogado del tritón se incrementara negando que lo había perdido. “No otra vez...”

12 horas antes

Zehila sintió una sensación agradable y cálida abrazando todo su cuerpo. Se removió un poco empezando a sentir un cosquilleo favorecedor en su espalda y automáticamente sonrió al saber de quien se trataba. Se movió un poco y siguió disfrutando de las carcicias que Cenil le proporcionaba. Escuchó la suave y varonil risa mientras sentía como las caricias se detenían sustituyendo éstas por un fuerte abrazo.

—Ya es hora de despertar...— la suave voz del humano le provocó un cosquilleo agradable en su estómago haciéndolo sonreír. Deseaba despertar así todas las mañanas. Se removió un poco y abrió sus ojos enfocando a Cenil, quien le sonreía mostrando su hilera de dientes perfectos, aunque uno parecía estar mas puntiagudo, pero para Zehila todo en él era perfecto. Cenil acarició las mejillas del tritón detallando el hermoso rostro que tenía.—¿Sabes? Jamás en mi vida había visto algo tan hermoso como tú... — susurró mirando las pecas que tenía el tritón por su nariz tratando de contarlas.

Zehila, por su puesto, no evitó que un tenue rojo se esparciera por su rostro. Sonrió avergonzado pero no apartó su vista.

—Y tu eres lo mejor que me ha podido pasar en estos doscientos años de vida...—susurró agarrando con sutileza las manos de Cenil sin intervenir sus caricias.

El humano ensanchó su sonrisa y besó con suavidad la frente de Zehila. Deseaba con sus fuerzas poder amanecer así todos lo que le restaba de vida. Mordió su labio inferior tratando de no llorar, su felicidad desde que él humano ha la entrado a su vida rebosaba sus limites, él hacia olvidar todo lo malo, lo hacia reír, soñar... Amar...

Amor.

Esa palabra expresaba los sentimientos de Zehila perfectamente. Amaba a Cenil y no lo negaba. Se sentía feliz a su lado y triste al estar lejos, su corazón latía rápido al tener contacto con él, sentía timidez y vergüenza al sentir los besos en sus mejillas o frente. Sus hechizos eran más poderosos últimamente, y sus ojos brillaban, literalmente, al pensar en su preciado humano.

Zehila se despegó sonriendo y se sentó sacando parte de su torso del estanque. La luz del sol se filtraba por la caída de agua que ocultaba aquella cueva. Cenil hizo la misma acción y, sin soltar la mano del tritón, salió del estanque. Zehila saltó entrando en el lago sintiendo un cambio brusco en la temperatura de su cuerpo, no era normal, aunque no hizo que su mente se concentrara en ello. Movió su cola suavemente saliendo de la cueva llevando consigo a Cenil que no dejaba de ver los diferentes peces fascinado.
Llegaron a la orilla y Cenil salió soltando la mano de Zehila, sintió un vacío al soltar aquella cálida mano.

—¿Volverás mañana?—preguntó Zehila apoyando sus brazos en la tierra húmeda que dividía el lago.

Cenil sonrió y se agachó para quedar a la altura del tritón mirando sus ojos con ese brillo turquesa que lo hipnotizaba.—Hoy no creo que tenga mucho que hacer, así que talvez regrese en la tarde, además, quiero darte algo—agarró su barbilla con delicadeza y se acercó un poco—no creo que pueda esperar hasta mañana...—susurró sin despegar su mirada. Se deleitó viendo otra vez el tenue sonrojo del tritón y besó su frente lentamente.—Nos vemos—volvió a susurrar y se paró ante la mirada abierta de Zehila. Cenil saludo a Winter que estaba ya esperándolo y se perdió entre los arboles y arbustos junto con el lobo.

Su corazón palpitaba rápidamente y una sonrisa se asomaba por sus labios denotando su felicidad. El tritón sin duda  sentía que su corazón se saldría por la garganta en cualquier momento. No se movió por unos largos minutos y cuando notó que su corazón se calmó se sumergió en el alguna dulce sonriendo mientras se mordía un labio tratando de detener sus gritos de alegría.

Sin duda amaba a ese humano...

Por otro lado Cenil estaba llegando a la salida con una sonrisa mientras pensaba en su amada criatura, hoy seria el día. Hoy sin duda iba a confesarle todo lo que sentía a Zehila. Lo decidió en la mañana mientras veía su rostro durmiente y perfecto.
Cuando llegó al pueblo se despidió de Winter y siguió su camino a su casa. Miró varios carros cruzar la zona y algunas personas caminando por las acercas revisando cosas en sus celulares. Sin duda era algo que quería enseñarle a Zehila, todo el progreso que se había tenido y las novedades que se fueron estructurando atravez de los años.

Entró su casa y se quitó las botas negras que siempre utilizaba para visitar a Zehila. Vivía sólo y su casa era algo grande gracias a la herencia de su padre. Miró su calendario de actividades y sonrió, efectivamente hoy no tenía nada, era su día libre. Caminó rápidamente a su cuarto, sacó una hoja, una pluma negra, salió de su cuarto y entro a su pequeña oficina agarrando unos lentes que se encontraban sobre la mesa de mármol. Se sentó y empezó a escribir con aquella letra de doctor muchas palabras que salían de su alma.

🌙

Perdonen la tardazan pero como he podido contar en A³ he estado muy ocupada. Pude escribir esto gracias a Lana Del Rey que siempre me inspira. Espero que les haya gustado.

Nota: Que empiece el verguero :)