Waterfall (Yaoi/Gay)

3. C á l i d o

Cenil estaba en un especie de shock y Zehila estaba a punto de sufrí un colapso nervioso.

Se quedaron en esa posición por un par de minutos más. El sol ya se había ocultado y nada más había una oscuridad que era tenuemente alumbrada por las abundantes estrellas que habían en el cielo. Ninguno de los dos habló o se movió en esos minutos, hasta que Zehila reaccionó y empezó a retorcerse con desesperación para liberarse de los brazos de Cenil.
El humano reaccionó y lo apretó para que no escapara causando que el pánico de Zehila se aumentara y se retorciera más teniendo cuidado de no sacar lo que estaba de su cola del lago.

—H-Hey...tranquilo, tranquilo, no te haré daño—habló Cenil ya un poco recuperado del shock abrazando más a Zehila para que dejara de moverse con pánico. —Zehila, no te haré daño, hablo enserio, calmate, solo quiero hablar.—Repitió Cenil acariciando un poco la espalda de la criatura para que se tranquilizara. Zehila sintió la cálida sensación en su espalda haciendo que se calmara de poco a poco regulando su respiración, aunque sus latidos seguían algo agitados.—¿Ya estas mas calmado?—Preguntó Cenil a lo que Zehila asintió sin moverse. Cenil sintió el movimiento de afirmación y suspiró aliviado.—Vamos, si podrías sentarte seria maravilloso, porque aunque no lo creas pesas mucho—comentó riendo un poco para aligerar un poco el ambiente.
Zehila rodó del cuerpo de Cenil hasta quedar en la tierra, se enderezó sentándose y se arrastro para quedar sentado en la orilla del lago con la mitad de su cola dentro de éste. Cenil realizo la misma acción sólo que se cruzó de piernas a lado de el muchacho... Si es que se le podía decir muchacho. Se quedaron el silencio por otro rato Hasta mientras Cenil examinaba minuciosamente a la hermosa criatura que estaba sentada a su lado mirando su cola. Tenia muchas preguntas, demasiadas, y quería preguntar cada una de ellas, pero lo menos que quería era abrumarlo. Empezó lentamente — ¿Eres...una sirena?—Cenil sacó esa conclusión por la cola que poseía el chico, además había leído algo de eso en algunos libros de fantasía.
Zehila frunció el ceño.

—Es tritón... —Respondió confundiendo a Cenil.

—¿Ah?

—Soy un hombre, no una mujer, el nombre correcto para llamar a un hombre con cola de pez es tritón, no sirena, sirena se le dice a las mujeres con cola...—Explicó Zehila mirando de reojo a Cenil mientras que éste escuchaba atentamente sus palabras.

—Oh... Perdón...—se disculpó sin desviar la mirada. Otro silencio se presentó entre ellos, pero Cenil simplemente estaba pensando en que mas preguntar o decir ya que estaba en blanco pero a la vez estaba repleto de preguntas. —Eres muy hermoso... —volvió a repetir el humano haciendo que el tritón se sonrojara un poco y sonriera avergonzado.—¿ Tu eres el que ha hecho esos dibujos en las rocas?—preguntó al recordar los dibujos que vio sobre éstas.
Zehila asintió causando que Cenil Sonriera—Tienes un gran talento, Zehila —mencionó en un tono suave. Zehila lo miró sonriendo un poco.

—Gracias...—Zehila se sentía algo cómodo alado de aquel humano, en sus pensamientos él pensaba que Cenil se iba a espantar y saldría corriendo despavorido o en otra opción pensó que lo iba a cazar y a entregar al pueblo para venderlo. Pero nada de eso pasó, estaba hablando con el humano pacíficamente y seguía sin percibir ninguna mala intención en él. Eso lo calmo demasiado.

—Ya es de noche...—comentó Cenil empezando a pararse sacudiendo sus pantalones con sus manos para quitar lo.que había de tierra en ellas.—Será mejor que me vaya antes de que se haga más tarde.— Cenil miró a Zehila por unos momentos y le sonrió —Fue un gusto en conocerte.—Cenil se iba a voltear para irse pero una mano húmeda lo detuvo de completar esa acción.

—No... No te vayas...—susurró el tritón sujetando firmen el brazo de Cenil quien lo miraba confundido—Es decir... Ya no hay luz y este bosque por la noche es muy peligroso para que un humano lo esté rondando, además, no sabes donde queda la salida y...—todo lo dijo en un susurró algo tembloroso sin soltar el brazo de Cenil.
Cenil sonrió al ver al tritón nervioso pidiendo que se quedara.