Capítulo 13. No Dejes que Jack Frost Te Congele las Orejas

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Nota previa a la lectura: hay una parte que marqué con un asterisco (*) y les recomiendo que para leer esa parte hasta el siguiente asterisco, pongan la canción cuyo enlace les dejo.

Significado de "Día nevado" en la vida de Paulette: felicidad pura

Un golpe. Dos, tres, cuatro. Cuatro golpecitos en la ventana despertaron a Paulette de su sueño.
̶ Malditos pájaros. ¡Vayan a picotear otra venta! ¡Shu! ̶ ordenó Paulette sin abrir los ojos, tirando el brazo hacia la venta.
̶ Lamento decirte que no son pájaros ̶ exclamó Evan detrás del vidrio.
̶ Hubiera preferido los pájaros ̶ contestó la somnolienta chica ̶ .Vete de aquí, es muy temprano.
̶ Son las nueve de la mañana, Paulette ̶ señaló Eva titiritando por la gélida mañana que la ciudad de Nueva York le ofrecía ̶ . Abre la ventana, me estoy congelando.
̶ Eso debiste de haber pensado antes de tocar mi ventana en vez de la puerta principal.
̶ Paulette, por favor. Anoche accediste a que hiciéramos algo en el día.
̶ Pero no accedí a despertarme antes de las diez de la mañana ni abrirte la venta. Entra por la puerta como una persona civilizada.
Evan bufó
̶ Paulette...
̶ Sh ̶ interrumpió la chica acurrucándose en la cama.
Frustrado y al borde del congelamiento (vale pues, no tan literal), Evan dio un empujoncito a la ventana, con la esperanza de que Paulette hubiera tan cansada la noche anterior y olvidado asegurar la ventana antes de irse a dormir. Pero para su mala suerte, Paulette tenía ciertas ansiedades y siempre se aseguraba de que todo estuviera bien cerrado unas tres veces antes de dormir.
̶ Abre la ventana, Paulette ̶ siguió pidiendo Evan.
̶ No ̶ negó nuevamente la chica sin mover más que los músculos de la boca.
̶ Tengo chocolate caliente y donas y si no abres la ventana, regresaré a mi habitación y...
̶ ¡Debiste de haber empezado por eso! ̶ interrumpió Paulette saliendo de un salto de la cama.
̶ Aprendes algo nuevo todos los días ̶ contestó Evan entrando, por fin, por la ventana.
̶ ¿Me repites que estás haciendo aquí? ̶ preguntó Paulette sentándose en su escritorio y "cavando" en la bolsa de donas.
̶ Anoche aceptaste ir a hacer algo conmigo, hoy.
̶ Ah, sí, eso. Entonces, ¿qué vamos a hacer? ̶ preguntó Paulette con un pedazo de dona en la boca.
̶ Es una...
̶ "Sorpresa" ̶ interrumpió la chica ̶ .Tú y tus malditas sorpresas.
̶ Te encantan ̶ burló Evan.
̶ Sigue soñando ̶ Paulette dio un sorbo a su chocolate caliente y alzó las cejas ̶. Esto está muy bueno, ¿dónde lo compraste?
̶ Las donas en Dunkin' Donuts y el chocolate lo hice yo.
̶ Alguna gracia tenías que tener ̶ burló Paulette dando una última mordida a su dona.
̶ Muy graciosa. Ya que terminaste con eso, ve a cambiarte.
̶ Mhm...No gracias.
̶ Paulette, por el amor de Dios ̶ exclamó Evan con desespero.
̶ ¿Qué?
Evan tomó una gran bocanada de aire y dijo:
̶ Voy a contar hasta 10. Y si no estás en el tu vestidor o lo que sea, voy a tener que cargarte. Otra vez.
̶ Como quieras ̶ contestó Paulette desinteresada.
̶ Paulette...
̶ ¿No me ibas a enseñar a contar?
̶ Como quieras. Uno...
̶ Une lady bug, porte-bonheur. Lady magique et lady chance...
̶ Dos...
̶ Une lady bug, lady du cœur
̶ Tres... Cuatro
̶ Être héroïque es cas d'urgence...
̶ Cinco... Seis...
̶ C'est moi chat noir, toujours présent...
̶ Siete... ocho
̶ Pour la victoire, j'en fais serment
̶ Nueve... diez. Por más buena pronunciación del francés tengas y estés cantando la apertura de una caricatura, te lo advertí.
̶ Je me ba... ¡Eh! ¡Bájame! ̶ ordenó Paulette interrumpió el verso.
̶ Te lo advertí ̶ reprochó Evan.
Debido a tanto zangoloteo, el cuerpo de Paulette empezó a resbalarse de los brazos Evan quien, por miedo a que se cayera, la dejo caer en la cama ocasionando que Paulette se pusiera de pie lo más rápido que pudo y comenzara a dar vueltas por su pequeña habitación para que no la atrapara.
̶ ¿Cómo puedes ser tan rápida si no haces absolutamente nada de ejercicio y con trabajo comes?
̶ Ya ves, así son las cosas ̶ contestó Paulette ignorando el comentario de la comida.
̶ Maldita sea Paulette, por favor detente.
̶ ¿Y yo qué gano?
̶ Una sorpresa.
̶ No me gustan las sorpresas ̶ tras decir esto, Paulette perdió el equilibrio al chocar levemente con la cama y, para su suerte, cayó en la cama de Wendy y no directamente en el piso.
̶ Maldición ̶ susurró Evan ̶ . ¿Estás bien?
Pregunta estúpida, lo sé. A mí no me reprochen
̶ Me he sentido peor ̶ contestó Paulette encogiéndose de hombros e intentando no tocar su adolorida cadera.
̶ ¿Ves lo que pasa cuando te pones de terca?
̶ Y como ya dije, ha habido peores. Me voy a arreglar ̶ y como si absolutamente nada hubiera pasado, Paulette entró al vestidor y se desapareció ahí unos quince minutos.

La Chica Que CreyóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora