Sobrevivir

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Capítulo 9

Después de hablar, nos ponemos en marcha otra vez. El coche no cabe entre árbol y árbol, lo dejamos recargando al sol, bueno lo que queda. El cielo sigue gris.

-      ¿Tu padre vigila ciudad Grande? – pregunto esquivando una rama.

-      Si, solo esa. Pero no creas que tiene la ciudad infestada de cámaras. Que está loco, pero no tanto. Y no toda la ciudad, solo las calles más importantes y grandes.

-      Entonces, podemos ir a las otras sin ser descubiertos, ¿no?

-      Creo que sí, ¿tantas ganas tienes de perderme de vista?

-      No, tonto. Lo que quiero es hacer algo. Aquí no hacemos nada, salvo huir de los problemas. Debemos enfrentarnos a tu padre.

-      Vaya, no la había visto así. ¿Quieres ir ahora?

Asiento con la cabeza.

-      ¿En la ciudad Central hay hoteles?

-      Supongo. Considerando que las oficinas estan allí, no iría mal un sitio donde alojarse.

-      Pues sí, quiero ir ahora.

-      Que impaciente y caprichosa. Tardaremos unos… mm… ¿3 días en llegar?

-      Pues vámonos ahora, así llegaremos antes.

-      Usa la cabeza. 3 días. Sin comida, ni agua. Necesito dormir.

Esto ya empezaba a frustrarme. Además de Evan, que parece que quiere quedarse aquí y solo hace que darme largas. No quiero pelearme con él, así que dejo estar el tema. ¿Pero qué quiere que haga? Si aquí no hay comida ni agua potable… Llegamos al coche. Me abre la puerta de copiloto y dice:

-      Sube.

Me siento y cierra la puerta. Él se sienta en el sitio de piloto. Arranca y vamos en dirección contraria.

-      ¿Y que quieres hacer cuando lleguemos a ciudad Central?

La verdad es que no tenía nada pensado, aún. Pensaba hacerlo de camino allí. Tengo 3 días para pensarlo. 3 días, si no paramos en ningún sitio. Así que deben ser casi 4 días de viaje.

-      ¿cuándo haces los 18 años?

-      Ya los tengo. Hace como un par de meses.

-      Entonces tu archivo de identificación está equivocado.

-      ¿Has fisgoneado en mi archivo? Ainara no me imaginaba eso de ti – empieza a reír. En el fondo le gusta que sepa cosas de él. Sonrío.

-      Bueno, solo un poco. Quería saber tu apellido para encontrar tu casa… fue cuando te pregunté por primera vez por tu padre.

-      Ah. Es verdad.

Nos quedamos en silencio. Pero nuestros silencios ya no son incómodos. Lo único en que pienso ahora es cómo podemos sobrevivir. Creo que guardé algo de comida en mi maleta, pero no llegará para 3 – 4 días. Podríamos volver con Nev y Jess, pero no me parece buena idea, no serian muy serviciales con nosotros, por lo menos Jess no lo sería. Deberíamos encontrar un río. Sin agua sí que estamos perdidos. Pero de repente, se me cruza otra idea y digo:

-      Cuéntame lo del agujero negro – aunque no tenga nada que ver con la comida y bebida.

-      A ver, digo agujero negro para no dar muchas explicaciones. Lo digo, porque mi padre, hizo una versión en miniatura sobre… eso. Es que no sé cómo llamarlo. Era como… un agujero y negro. Por eso lo llamo así.

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