Capítulo 9

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Nuestro pequeño experimento rindió frutos un par de días después. Al principio, la habilidad de Eva, se había comportado del mismo modo que la mía, apenas se podían percibir pequeños cambios, las pesas se movían del mismo modo que lo harían su una mano temblorosa intentara sostenerlas. Pero en cuestión de unos días ya era capaz de soportar más peso con su mente del que yo podía levantar usando ambos brazos, aunque siendo justos tampoco era el mejor punto de comparación en cuanto a fuerza.

Del mismo modo en que había estado practicando con el resto de mis habilidades, poco a poco desarrolle el control de la que descubrí el día del incidente. Ahora hablábamos de forma cotidiana usando nuestras mentes. Nuestra relación, que al principio había sido únicamente de conveniencia, se había desarrollado hasta algo muy cercano a la amistad.

Nuestra vida nunca había estado mas tranquila, incluso podía decirse que por primera vez eramos felices y disfrutábamos de usar nuestras habilidades.

Caín se presentaba una vez por semana a observar nuestras prácticas, contrario a lo que habíamos pensado no demostró ningún tipo de molestia por la destrucción del mobiliario sino que simplemente ordenó a uno de sus subordinados que se encargara de tenerlo como nuevo al día siguiente, el dinero no era ningún problema para personas como él. En sus visitas se limitaba únicamente a observar, nunca nos exigía nada, nunca pidió demostraciones de ningún tipo. Por lo cual, a pesar de hacernos sentir bastantes incómodos, estuvimos realmente agradecidos.

La aparente tranquilidad, de la que gozábamos, nos hizo dejar atrás nuestros planes de huir. En eso también había influido la conclusión a la que habíamos llegado una noche, en realidad no teníamos un lugar al cual dirigirnos.

De haber usado esas dudas en nuestra contra, Caín, seguramente habría podido usarnos para sus planes, pero para él, debido a su compulsión y psicopatía, las cosas debían hacerse a su modo y en sus tiempos. Así que durante una de sus visitas decidió que era el momento de dar el siguiente paso:

-Bien, creo que al fin están listos -afirmó de pronto-. Mañana tendrán una prueba especial. Espero que, como ustedes mismos aseguran, estén preparados para hacer lo necesario con el fin de mejorar. Nos vemos al amanecer -soltó mientras abandonaba la habitación.

La mirada de Eva se cruzó con la mía, en esa ocasión no fue necesario que ninguno dijera nada, el mensaje era claro: "Estamos en problemas".

Era temprano, para mis estándares normales de despertar, sin embargo mi mente y cuerpo se encontraban en estado de alerta. Eva y yo nos habíamos reunido en nuestra sala de prácticas en espera de la prueba a la que Caín nos sometería.

Se presentó pasada una hora, nos ordenó que lo acompañáramos hasta la azotea en donde su helicóptero estaría esperándonos para llevarnos al lugar en que se llevaría a cabo la prueba.

Una vez en el helicóptero, decidí tomar el riesgo por primera vez y me adentré en su mente. No era tan malo como había creído, al final él era solamente un ser humano, a pesar de eso me apresuré y con la mayor velocidad de la que fui posible averigüe algunas cosas referentes a la prueba. Se llevaría a cabo en unas instalaciones ubicadas a las afueras de la ciudad, al parecer llevaba mucho tiempo preparándola y aunque los detalles de lo que haríamos eran algo confusos, pude captar la expectación que se esforzaba por ocultar y mantener alejada de su fachada exterior.

Contento con la escasa información que había conseguido, e intentando ver lo menos posible hacía los rincones más obscuros de la mente de Caín, me desconecté sin que él lo notase y procedí a relatar mis hallazgos a mi compañera.

-«Lo que sea que desee que hagamos, no debes ser nada bueno si produce tanta emoción en él» -afirmó.

-«Llegado este punto, no tenemos más opción que seguirle el juego» -respondí con pesar.

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