Capítulo 3 "Aun te amo"

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Todos estaban muy animados, menos Rob y yo. Aunque él intentaba disfrutar de la reunión se le notaba incómodo, yo era menos obvia pues todo el rato me había puesto a hablar con Ivan y su amigo Alex, Paul también se había unido a la conversación y hasta Anne intentaba seguirnos, pero Rob se quedaba ahí viendo hacia la nada.

-Chicos vamos por una cerveza -Dijo Alex.
-Me parece perfecto -contestó Paul.
Alex, Ivan y Paul se pararon, y fueron hacia la cocina.
El ambiente se tornó incómodo y no me quedo de otra más que seguir a los chicos, vi de reojo que Anne le preguntaba en voz baja que le pasaba a Rob y el solo negaba con la cabeza.
-Ema -saludo Ivan
Sonreí.
Me dieron una cerveza y nuevamente todos regresamos a nuestros lugares.
-Bueno chicos es hora de cocinar, todos afuera. Las chicas que se queden aquí. -explicó Alex.
Mierda. A quien se le ocurría eso, no dije nada Ivan y Alex comenzaron a caminar hacia el patio volteé a ver a Paul, pero el también ya se había ido y aunque no lo esperaba detrás de él iba Rob.
-Entonces ¿cómo te llamas? -pregunto Anne.
-Ema Brooks -Conteste fríamente.
Esto era insoportable.
-Ah, yo soy Anne Black. –dijo sin que yo le preguntara.
-Que bien -musité
Estaba siendo grosera, pero no me importaba.
-Hace cuánto que vives aquí. -preguntó
-Este... Hace como dos años -respondí rápidamente.
Rob estaba en la puerta y había escuchado eso.
-Oh cariño aquí estas. -le dijo Anne a Rob.
Desvíe la mirada de los dos.
-¿Tu conocías a Rob? -La pregunta era para mí.
Muchas cosas pasaron por mi mente. Respire profundo y finalmente conteste.
-No, es la primera vez que lo veo.
Me pare y fui hacia el patio, al pasar junto a Rob tenía una expresión de... tristeza.

*****

Al salir los chicos estaban cocinando carne, no se me antojaba en lo absoluto, di unos pasos atrás y entonces tuve náuseas y me tambalee, Rob tomó mi brazo, para que no me cayera.
-¿Estas bien? -preguntó preocupado.
Negué con la cabeza.
-¿Dónde está el baño? –pregunte en voz baja.
Rob me señaló una puerta, me soltó y fui hacia el baño.
Ya dentro no sabía que me había pasado, supuse que era porque en años nunca había si quiera olido comida humana, y ahora ya me era insoportable tenerla cerca, tome agua fría en mis manos y puse un poco en mi frente y atrás de mi cabeza.
Al salir Paul me esperaba.
-¿Que te paso? -Preguntó confundido.
Negué con la cabeza.
Paul entendió a la perfección que quería irme de ahí, y era verdad no podía más con esto y de algún modo me sentía agotada.
-Le diré a Ivan.
Salió, yo cerré los ojos y recargue mi cabeza en la pared. Escuche que alguien venía y creí que era Ivan.
-¿Qué haces aquí Ema? -pregunto Rob.
Abrí los ojos.
-¿Qué? -conteste confundida.
-Sí que haces aquí en Seattle, en esta casa con nosotros, en serio. –dijo muy molesto.
-No, ahora no Rob. -contesté con expresión triste.
El me miró, y negó con la cabeza. Estaba a punto de decir algo cuando entro Paul con Ivan.
-¿En serio se tienen que ir? -pregunto decepcionando.
-Nos veremos otro día Ivan -conteste cortante.
El asintió y me dio un beso en la mejilla, se lo devolví y salimos por fin de esa casa.

*****

Habían pasado tres días desde que había visto a Rob y lo cierto era que no me sentía bien, nuevamente me sentía mal, no quería hacer nada.
Ivan me había venido a ver al siguiente día, pero no quise verlo, al siguiente día insistió, pero nuevamente me negué, aunque ya me había desesperado de ver tantas llamadas y mensajes suyos.
Desde ese día Paul no me hablaba.
Era de madrugada y tenía claro lo que quería hacer, iba a regresar un tiempo con mis padres, los necesitaba.
Fui a ver a mis tíos, estaban en la sala.
-Ema -saludo Orlando.
-Tíos, me gustaría hablar con ustedes. -dije nerviosa.
-Claro Ema -respondió Elsa con voz dulce.
-Este... bueno, quería agradecerles por dejarme vivir aquí, pero ya es hora de que regrese un tiempo con mis padres.
- ¿Ya no te sientes bien viviendo aquí? -pregunto Orlando.
-No, no es eso, pero me gustaría pasar tiempo con mis padres. –miento.
-Entiendo, no te preocupes Ema, puedes volver cuando quieras. -me dice Elsa.
-Gracias por todo. -les digo con una sonrisa.
Ellos asienten y doy por terminada la conversación.
Subo a mi habitación y empiezo a empacar mis cosas, dejó algunas cosas por si algún día vuelvo.
La mañana llega y ya tengo todo listo, paso a despedirme de mis tíos y al preguntar por Paul me dicen que salió desde temprano, pido que me despidan de él y subo todo a mi carro.
Comienzo a conducir con tristeza hacia mi casa, al llegar noto que no hay nadie, llamo a mí madre y me dice que están de viaje, no digo que estoy en casa y cuelgo.
Al entrar no sé qué hacer, todo esta tan solo que hace que me deprima más. Voy a mi habitación y guardo todo para perder tiempo, escucho sonar mi teléfono, no conozco ese número así que contestó.
-Bueno -contestó torpemente.
-Ema -dice una voz familiar.
Es Rob.
-¿Cómo conseguiste mi número? -pregunto confundida.
-Eso no importa, nos podemos ver -pregunta.
Pienso en si es buena idea, claro que no es buena idea, pero contestó algo diferente.
-Claro.
Rob estará en mi casa en menos de 20 minutos.
Espero nerviosa y cuando menos lo espero suena el timbre, bajo rápidamente y ahí esta Rob.
-Pasa –digo amablemente.
-Gracias –contesta Rob con frialdad.
Lo hago pasar a la sala y nos estamos frente a frente, ninguno dice nada hasta que Rob habla.
-¿Por qué me dejaste? -Pregunta con voz... triste.
-Es complicando -explicó
-Eso no importaba, podrías haberme contado, Ema yo te amaba y hasta cierto punto todavía lo hago pero cuando me dejaste, no tienes ni idea de cuánto sufrí, pero aún más cuando supe que tú nunca habías sentido por mí. -dice molesto.
-Oh Rob -musito
Respiro profundo.
-No tienes ni la menor idea, te amaba tanto que tuve que mentir, estabas en peligro y eres lo mejor que tenía en la vida, quería protegerte aunque eso implicará alejarme de ti.
-Pero ahora ya es tarde para explicaciones, solo quería saber eso. -contesta fríamente.
-Entonces puedes irte -digo dolida.
Rob no dice nada, solo se para y va hacia la puerta.
Volteo a verlo y el en la puerta también se para a verme.
-Ojalá que pueda perdonarte, porque aún te amo, más que a cualquier otra persona en el mundo –dice con un poco de tristeza.

Se da la media vuelta y se sube a su carro.
Ojalá repito dentro de mi cabeza.

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