Todos estábamos en nuestra casa de Cordova, queríamos despejarnos un poco de Seattle y que mejor idea que aquí, donde todo comenzó.
Ahora las cosas iban muy bien, Rob, Paul, Emily y yo íbamos a estudiar la universidad el año que venia, era gracioso pero, había sido idea de Paul y a todos les agrado.
Hoy era 30 de diciembre por lo que estábamos visitando a la madrastra de Rob ya que llevábamos un regalo. En este tiempo ellos habían aprendido a llevarse bien e incluso él ya no la llamaba por su nombre, ya le decía mamá.
Rob tocó la puerta dos veces y su madrastra salió lentamente envuelta en una cobija, se veía muy graciosa, pero la comprendía.
Estábamos a 2°c y había un poco de nieve.
-Pasen chicos, que gusto verlos -dijo temblando.
-Madre, estas temblando -mencionó Rob preocupado.
-No es nada, ya pasen -dijo mientras se metía a la casa.
Rob y yo reímos y entramos a la casa.
-¿Que los trae aquí mis amores? -dijo dulcemente.
-Quería verte, al igual que Ema, te hemos traído un regalo -mencionó Rob.
Su madrastra, bueno su mamá puso cara de impresión.
Yo le extendi la caja envuelta en papel dorado, su madre la recibió entusiasmada.
Comenzó a abrirla, y casi lloro al ver el contenido.
Eran varios marcos pequeños color blanco y dorado, con fotos de su padre y Rob de pequeño, después algunas ya más adolescente y por ultimo unas cuantas del día de la boda, donde salíamos los cuatro, osea su madre, su padre, Rob y yo.
-¡Oh chicos! Creo que es un regalo hermoso -dijo entre sollozos.
-Te dije que le gustaría -dije satisfecha a Rob.
Pasamos ahí parte de la tarde y su madre nos había obligado a tomar chocolate caliente.
-Feliz año nuevo mamá -dijo Rob mientras le daba un abrazo.
-Feliz año nuevo -dije yo también con un abrazo.
-¡Oh Ema! Estas helada -dijo casi horrorizada -¿Estas bien? -preguntó preocupada.
Abrí los ojos como platos.
-Este... Si estoy muy bien, es que aquí hace frío y mi ropa no es muy caliente -era la excusa más boba que había escuchado en mi vida.
-¿No quieres ir al doctor? -pregunto aún preocupada.
-Oh no, estoy muy bien, solo que iré a casa a recostarme -dije nerviosa.
-Si es mejor que se vayan -dijo un poco mas tranquila.
Salimos de ahí lo más rápido que pudimos.
Ya en el carro Rob estaba muy serio y no había mencionado ni una sola palabra.
-¿Algún día podré decirle a mi madre lo que soy? -dijo con voz ronca y un poco molesta.
Me sorprendió su pregunta, yo pensé que el no quería que nadie supiese, pero no lo mencione.
-Es tu decisión Rob, puedes decirle lo que quieras siempre y cuando guarde el secreto -dije sin saber muy bien como decirlo.
Rob sólo asintió, pero no dijo nada mas.*****
Queríamos festejar año nuevo, y aunque no íbamos a hacer cena, nos arreglamos y compramos un buen champagne.
El espíritu navideño estaba en todos, hasta a Rob se le había olvidado lo ocurrido con su madre y ahora se comportaba como siempre y hasta tal vez un poco más feliz.
Eran casi las 12:00, así que mi madre gritó.
-¡Chicos bajen ahora!
Todos bajamos muy rápido, se veían increíbles y elegantes.
Mi madre ya tenia preparadas las copas y estaba abriendo el champagne.
11:50 y las copas ya estaban llenas y listas para brindar.
-Chicos quiero agradecer por está familia que hemos formado, todos son tan únicos y gracias a Rob, trajiste felicidad a la vida de Ema -dijo mi madre
Todos nos pusimos sentimentales y dijimos unas palabras agradeciendo a todos, fue un año muy difícil pero al final estamos todos juntos.
Eran ya las 12:00, las copas chocaron haciendo resonar el vidrio.
-¡Feliz año nuevo a todos! -dijo mi padre muy animado.
-Por que seamos felices este año y toda la eternidad. -dijo Rob a mi oído cuando me abrazo.
Todos nos abrazamos, y el resto de la noche nos pusimos a platicar de absolutamente todo.*****
Era ya 1 de Enero, y aunque no queríamos ya nos teníamos que ir de Cordova, o eso creímos.
Era casi medio día cuando alguien tocó a la puerta.
Era Johan.
-Johan -saludo mi padre.
-Josh, feliz año nuevo -saludo el de igual manera.
-Muchas gracias, igualmente -dijo mi padre agradecido.
-No es eso lo que me trae por acá, tengo que hablar contigo y toda tu familia -dijo con tono preocupado.
Todos nos sentamos en la pequeña sala y esperamos a que hablar Johan.
-Hace aproximadamente una semana, escuche rumores de algunos amigos que habían escuchado el ruido de una bestia, al principio creí que era un vampiro, uno muy salvaje, pero no había ningún muerto o algo por el estilo, así que me puse a investigar un poco, y mi conclusión no me ha dejado dormir desde entonces -guardo silencio un momento.
Entonces mi padre lo interrumpió y con voz ronca dijo:
-Hombres lobo...
Johan asintió aterrado.
¿Hombres lobo en Cordova?
-¿Existen los hombres lobo? -pregunto Emily.
-Hace mucho tiempo existieron algunos de ellos, pero con el tiempo se fueron acabando, creímos que todos habían muerto, pero al parecer no -explicó Johan.
-Y como en los cuentos, los lobos son enemigos de los vampiros -ahora era yo la que hablaba.
-No exactamente, es decir, si no te metes con ellos no tienen porque hacerte daño, pero no son nuestros mejores amigos -contestó mi papá.
-Bueno yo solo quería advertirles, me retiro y tengan mucho cuidado -dijo Johan mientras se despedía de mano de todos.
-Tu también tan mucho cuidado -dije un poco asustada.
-De mi no se preocupen, los hombres lobo no son fanáticos de matar humanos -mencionó mientras abría la puerta -o eso creo- dijo con una gran sonrisa, se subió a su carro y se fue.
-¿Tu le crees? -le pregunte a mi papá.
-Si cariño, yo mismo puedo asegurar que existieron, nunca tuve problemas con ellos pero, si es cierto lo que dice Johan, tenemos que encontrarlos y asegurarles que no queremos problemas -contestó con voz tranquila pero en sus ojos se veía la preocupación.
Pasamos un rato en silencio y juro que algo se me movió dentro de mi cuando por fin alguien hablo.
-Iremos esta noche -le dijo a todos -Rob, Paul, Ema y yo, los que sobran se quedarán en casa cuidando -término y comenzó a caminar hacia su habitación.
Rob me miró asustado, quería decirle que no se preocupara, que todo estaría bien, pero me había quedado sin palabras.
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Immortality
VampireHan pasado dos años desde que Ema se fue de Cordova, aún ama a Rob, pero no esta segura de que el sienta lo mismo. Nuevas personas llegarán a sus vidas, Rob y Ema se volverán a encontrar, pero nada será lo mismo.