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Las agujas del reloj se mueven lentamente, es de noche. No hay ningún rumor, todos están dormidos menos yo.

Me giro en la cama intentando encontrar una posición cómoda sin ningún resultado. Cierro los ojos con fuerza, ya no soporto más todo esto... Estoy cansado mentalmente y físicamente.

Un ruido me hace saltar como un muelle, miro a mi alrededor.

Decido no darle mucha. Grave error, diez segundos después se vuelve a oír pero esta vez más fuerte. Mis ojos se abren como platos.

Salgo fuera de la habitación con el corazón en la garganta y mi mente ya empieza a crear posibles y absurdas situaciones que podría explicar ese ruido. Veo una luz que proviene de la cocina y una risa femenina, esperad... Yo conozco esa voz.

- ¡Circe! - grito incrédulo apenas la veo. Está tumbada en el suelo con el jardinero sobre ella. ¡Dios mío! - ¿Qué estás haciendo?

- Nada. ¿Y tú? - empieza a reírse, está borracha.

El jardinero Bob, Dimitri o como diablos se llame me mira avergonzado. Paso de él y ayudo a mi Circe a levantarse. - Ve y metete en la cama antes de que te vea la tía.

- Claro guapo. - con el dedo índice me toca la punta de la nariz antes de irse.

Suspiro.
Siento la mirada del rubio sobre mí, me pone nervioso.

- Puedo explicarlo... - le oigo decir.

- No hay nada que explicar. Vete.

- La estaba ayudando. - continúa. - La encontré en el jardín vomitando.

- Bien. - me muerdo el labio inferior y me giro hacia él. - Gracias.

- De nada.

Él sonríe. ¿Por qué diablos está sonriendo? Lo miro molesto, por alguna razón no lo soporto. Se ve tan perfecto y bueno, da asco. Su belleza da asco.

- Me iré a dormir. - dice y va hacia la puerta. En el camino su espalda se golpea contra la mía, lo ha hecho aposta. - Buenas noches, Nathaniel.

- Me caes mal. - suelto de la nada. Me sorprendo hasta yo, no suelo decir estas cosas. Me las guardo para mí y hago todo lo posible para ignorar estos sentimientos, sensaciones.

Pero ahora es distinto, quiero hacérselo saber. No sé porque. ¿Por qué se lo he dicho?

- No me sorprende.

Sonríe de nuevo.
¿Pero no se le cansa nunca la mandíbula de tanto sonreír?

Un deseo para Lucifer [Adrinath]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora