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Despierto en ese maravilloso bosque donde vi por primera vez a Luna, me levanto del piso con los ojos hinchados y veo que ella está en la cascada, como puedo corro hacia donde ella se encuentra, cuando se voltea y me ve, abre sus brazos invitándome a estrecharla, cuando llego hasta ella la abrazo fuertemente.

- ¿Por qué? ¿Por qué me pasó esto? - Digo con la voz ahogada entre sollozos, dejando bajar las lágrimas por mis mejillas.

- Lo siento cariño cuando nació se eligió para ti, de pequeño era bueno, pero creció y se volvió un ser muy hipócrita - Dijo.

- El me destrozo la vida Luna - le dije.

- Lo se cariño, lo siento mucho, pero a veces el destino nos pone en situaciones que no queremos - dijo acariciando mi pelo y viéndome a los ojos con culpabilidad – créeme que si hubiese estado en mis manos no te habría hecho pasar este sufrimiento, pero lamentablemente no es así.

- No es tu culpa, cuando se nos eligió pareja solo éramos unos niños, los mates se eligen al nacer - dije.

- Si, pero aun así me siento culpable - comenta Luna, respiro hondo.

- A pesar de que hayamos sido tu creación hace siglos no está en ti elegir con quien estaremos toda nuestra vida, lo sé Luna, el destino a veces es cruel – digo con dolor, ella asiente.

Luego de decir esto solo nos quedamos calladas, no sé si fueron minutos u horas, pero sí que no dejaba de sentir esa opresión en mi pecho.

- Solo quiero olvidar – dije limpiando las lágrimas de mi cara.

- Está bien cariño – dice ella.

- ¿Crees podríamos entrenar? - le digo con intriga tratando de sonreír.

- Está bien vamos - dice estando de acuerdo conmigo.

Tratando de hacer caso omiso de los sentimientos que me abarcaban en ese momento me concentro en lo que ella me explicaba, al principio empezamos con controlar la rapidez, me tomo tiempo, pero logré tener un mejor manejo de esta, en ese momento ambas estábamos exhaustas, bueno, al menos yo, entonces le pregunté.

- Luna, ¿Ahora qué voy a hacer? – le pregunto volviendo a tener los ojos cristalizados.

- Tienes que ser fuerte cariño, tienes que aprender a ser fuerte para lo que te espera - contestó ella.

- Pues cuando llegue ese tiempo, seré lo suficientemente fuerte, o eso es lo que espero - susurré la última parte.

- Bueno es tiempo de que vayas a descansar - me dice y asiento.

- Luna - llamo su atención.

- ¿Sí? - voltea a verme.

- Tengo algo que decirte - digo mirándola directo a los ojos.

- Bien - dice mirándome de igual forma.

- He estado pensando - bajo mi mirada a mis manos y las muevo nerviosamente - desde que llegué y empezamos a entrenar he tomado una decisión importante – la miro y respiro hondo - me iré de la manada - le digo.

- Está bien, es tu decisión Samantha - dijo de acuerdo, yo sonrío - pero quiero decirte algo.

- Puedes decirlo con confianza - digo con el tono un poco alegre.

- ¿Te acuerdas de que te había contado de tu padre? – me dice.

- Sí – respondo.

- La manada de tu padre se llama Holy Moon - dijo de la nada.

La Reina De Los Lobos- LRDLL1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora