Al cruzar el límite de la manada me mantuve manejando en dirección contraria a esta, alejándome cada vez más, se hizo de noche y paré en un motel al lado de la carretera, al obtener la habitación, subo a la segunda planta y me acuesto en la cama a descansar, ya que estaba lo suficientemente lejos para no preocuparme por los lobos de mi antigua manada, me quedé viendo hacia el techo, pensando en los chicos, puse la mochila a un lado de la cama y me sumergí en un profundo sueño.
Así pasaron los días, parándome en los moteles cuando estaba cansada, solo pensaba en alejarme todo lo que pudiera de la manada, en las noches entrenaba con mamá, aprendía cada día a dominar un poco más mis poderes.
Al pasar unos dos meses encontré una ciudad bastante hermosa, me alojé en uno de sus hoteles y decidí salir a correr por el bosque, tomo el todoterreno y conduzco hasta las afueras de la ciudad donde inicia el bosque, salgo del todoterreno, me pongo unos audífonos y me adentro en el bosque trotando, pasan un par de horas y ni siquiera me doy cuenta, un poco cerca de donde estoy se ve una cabaña de dos plantas, extrañada al ver esta en medio del bosque, me acerco, desde afuera se ve hermosa, cuando veo el letrero de en venta una extraña alegría me invadió, le tomo una foto al letrero y con alegría vuelvo hacia donde está el todoterreno para irme al hotel.
Cuando estoy en la habitación y haberme dado una ducha decido llamar al número que ponía el letrero de la cabaña, tomando así una decisión, me quedaría en esta ciudad.
3 meses después
Corría como de costumbre todas las mañanas pensando en lo bien que había quedado mi casa, cuando me mudé le hice algunos arreglos y hace una semana ya estaba todo en su lugar, los autos que habían dejado mis padres ya estaban aquí, eso sí, tomé mis precauciones para que si seguían a las personas que habían ido a buscar los autos, no pudieran saber dónde me encontraba, de pronto escucho una rama crujir, me pongo alerta y miro todo a mi alrededor con cautela, al voltear, habían dos niños frente a mí, me veían son sus ojos inyectados en miedo, percibí que ellos eran lobos, fijo mi vista en el niño que se ve más grande y junto a él está el que creo es su hermano. Me acerco un poco a ellos.
- ¿Qué hacen en el bosque niños? – les pregunto mirándolos con ternura y cariño, al escucharme dejaron de verme con tanto miedo.
- Estamos solos – dijo entrecortadamente el mayor llorando, mientras tenía abrazado a su hermano con mucha fuerza.
Trato de avanzar hacia su dirección, ellos me miran indecisos, entonces avanzo lentamente, cuando estoy frente a ellos me acuclillo para quedar a su altura.
- ¿Dónde están sus padres? – les pregunto, ellos lloran con más fuerza.
- Están muertos – dice el más grande entre sollozos.
- No lloren pequeños – les dije afligida – vengan aquí – los abrazo a ambos y ellos se mantienen llorando sobre mi pecho con un poco de receptividad.
Por alguna extraña razón sentía una conexión con esos niños.
Conexión mental
- La razón de eso es que sus lobos se conectaron con nosotras y crearon un lazo, por ese motivo es que sentimos esto y ahora sabemos que ellos dos son parte de nosotras – me dice Erin.
- Pero ¿cómo? – pregunto confundida.
- Así lo quiso el destino, sus almas se crearon un espacio en nuestro corazón – responde.
- Ya entiendo, por eso siento que son parte de mí – digo.
Fin de la conexión mental
Me separo de ellos, les acaricio un poco el cabello y les limpio las lágrimas con mis manos.
- ¿Cómo se llaman? – les pregunté.
- Yo me llamo Aaron y tengo 7 años – dijo el más pequeño.
- Y yo me llamo Edward y tengo 9 años – contestó el grande.
- Está bien, yo soy Samantha, pero también me pueden decir Sam ¿Sí? – les dije.
- Si – contestaron ambos
- ¿Tienen hambre? – pregunto a ambos.
- Si - Responden avergonzados – lo siento, si no tiene nada – interrumpo al más grande.
- No importa pequeño, tengo comida para que puedan comer – dije mirándolos tiernamente, tengo que entenderlos, no confían en nadie, deben tener un buen tiempo sin alguien que los cuide, espero y en un futuro se sientan seguros conmigo.
- ¿Enserio? – dijo Aaron.
- Si – le sonreí mientras le revolvía el cabello – les parece si vamos a mi casa allá tengo comida y..... – el más grande me interrumpe.
- ¡¡No!! – grita y se aleja de mí llevándose a su hermano con él.
- Bien pequeño, no les haré nada malo, sólo quiero ayudarlos – dije con las manos en alto.
Ambos se me quedan viendo unos minutos y luego preguntan.
- ¿De verdad? – dicen con los ojos llorosos.
- Sí pequeño, todo estará bien – les digo a ambos, ellos se acercan de nuevo con mucha cautela, les indico el camino y ellos vienen junto a mí, al estar frente a la cabaña me ven sorprendidos.
- ¿Vive aquí? – pregunta el pequeño.
- Si – le respondo - ¿Entramos? – les pregunto.
- Si – dicen a la vez, los llevo directo hacia la cocina y empiezo a sacar panes para hacerles algo.
- ¿Puedes hacernos un sándwich? – preguntó el pequeño.
- Claro que si pequeño – le dije respondo.
Después de que les di los sándwiches a los niños, nos mantuvimos charlando de diferentes cosas, no me imagine que Edward y Aaron se oirían como todos unos adolescentes hablando, aunque no fue mucho lo que hablaron, pero creo que las circunstancias que han vivido, los llevaron a madurar a temprana edad, noté que Aaron tenía sueño al igual que Edward.
- ¿Tienes sueño? – le dije a Aaron acercándome a su lado.
- Sí – responde.
- ¿Y tú? – dije volteando a ver a Edward.
- Si – respondió.
- Pues vamos – les dije indicándoles el camino, me pongo a la par de ellos y los veo un momento y noto que casi no caminan por el sueño, así que con uno de mis poderes nos hago aparecer en una de las habitaciones de huéspedes.
- ¿Cómo hiciste eso? – preguntó Edward.
Ambos se sentaron en la cama y yo me senté en el sillón que hay en la habitación.
Verán niños, ¿Saben quién es la Diosa Luna? – les pregunto.
- Si, nuestros padres no contaron que ella es nuestra protectora y es como si ella fuera nuestra madre. – dijo Edward.
- Pues, bueno yo soy la hija de la Diosa Luna y ella me ha otorgado varios dones, el que vieron fue uno de ellos – les dije lentamente para que ellos me pudieran entender.
- ¡Eso es genial!, la Diosa nos ha enviado a alguien, gracias por traernos – cuando Edward dijo eso se me cristalizaron los ojos.
- Sí, gracias – afirmó Aaron. Los abracé a mí, dándole las gracias al destino y a Luna, por ponerlos en mi camino.
- Lo siento, no lo vuelvo a hacer – me separo de ellos al notar que los he abrazado muy fuerte.
- ¿Qué tal si ahora se van a dormir? – les dije.
- Está bien – dijo Aaron.
- Cualquier cosa estaré en la habitación del fondo – les digo, ellos asienten y luego salgo de la habitación en la que se están quedando, tomando rumbo hacia la mía.
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¿Cómo vamos? ¿Qué les parece hasta ahora?
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La Reina De Los Lobos- LRDLL1
Manusia SerigalaSinopsis Hace varios milenios hubo una Guerra entre razas, en la que el Rey de los Alfas peleó hasta el final para defender a su raza, en aquel entonces existía una Gran Bruja, la Bruja de Magia Blanca. La Gran Bruja predijo: L...