Independizarse del que más dependés para ser independiente.

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Llegué a pensar que si una persona me faltaba en la vida, no me iba a poder levantar porque ella era mi fuerza, esperanza y ganas de vivir y reír. Pero al alejarme de ella me di cuenta de todo lo que podía lograr estando sola y utilizando todo lo que esa persona me había brindado. Al apartarme no me hundí como creía que lo iba a hacer, sin que salí a flote y volé tan alto como nunca creí que lo haría.

Crecer con una persona es un viaje a millones de metros sobre el suelo, y sí se puede llegar a pensar que la vida no sería nada con esa persona; pero madurar llega cuando nos crecen alas y podemos soltarle la mano para seguir allí arriba sin necesitarla constantemente como una fuente de fé, sino como una compañía y una persona adorada que nunca olvidarás, ya que fue la que te empujó a llegar a donde estás. Siempre estará en tu recuerdo por todo lo que sentiste a su lado y todo lo que cambiaste (para bien) gracias a ella.

Ahora sí que me siento independiente de ella, pero nunca dejaría de ser mi modelo, mi espejo y mi inspiración para tratar de ser cada día la mejor versión de mí.

Cuando encuentres a esa persona que te haga sentir seguro y encaminado, seguila hasta llegar a lo que desees, y después aprendé a soltarla y dibujar tu propio camino.

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