five

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Theo no quiere pensar, no quiere soñar, no quiere reír. Theo solo pide existir, aunque sabe que eso conlleva reír, querer y soñar. Él no vive por sí mismo ni a través de nadie. No es más que producto de la imaginación de una chica enferma, infeliz y loca. Le duele porque ha empezado a encariñarse con esa chica, con sus pensamientos y las virtudes de las que ella no está al tanto. Le duele porque sabe cuál es el destino de esa chica y cuál es el suyo. Inexistente.

Theo Ruffini no conoce nada de la vida o la muerte, mucho menos de la matemática o la ciencia. La vida que no tiene no se basa ni en matemáticas ni en ciencias, todo es como debe de ser. Él viene de un sitio imaginario donde las personas imaginarias son producto de las mentes imaginativas [enfermas]. Marte es su primera mente enferma (y la última, es la ley) y ambos en un momento serán completamente inexistentes. Por ese Theo quiere morir antes de que su unión maquiavélica con Marte, es decir, la mente de la chica, lo mate.

Es un cuerpo inexistente de la mente se una persona casi inexistente.

Y es estúpido e inverosímil, como cada partícula de la vida —se recuerda a cada rato— que no tiene.

Por eso ese día ha intentado matar a un hombre para sentirse real, pero Marte le ha hecho un ángel y el realmente no puede hacer algo así. Solo ha conseguido manchar su camiseta con la sangre del hombre al que, luego de clavarle una navaja en las manos, ayudó a ir al hospital. Solo que él hombre no lo sabe, porque él, Theo Ruffini es inexistente.

Producto de historias y pensamientos inverosímiles se recuesta boca arriba en el pavimento, consciente de que nadie va a pisarlo y de que un auto no puedo chocarlo.

Una vez más duele más que la vida que nunca va a tener. Una vez más envidia a Marte, que aún habitando en ese cuarto oscuro en el manicomio, vive. 

De supernovas y meteoritos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora