5. My youth is yours

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Afortunadamente Javier tenía razón y había sido cuestión de tiempo para que los padres de Yuzuru dejaran de lado su ira inicial e hicieran las paces con él, aunque definitivamente su relación no sería la misma.

De hecho, nada parecía poder volver a ser lo mismo, ni siquiera su reputación como futura estrella de Japón. Porque cuando había anunciado su retiro por un par de meses, había miles de preguntas e insultos hacía él, incluso había estado recibiendo mensajes de todos sus compañeros de patinaje, en especial del equipo japonés, pero había ignorado cada uno de ellos; ya tenía suficiente estrés con las personas que lo rodeaban y la prensa que parecía nunca dejarlo solo.

Uno de sus principales problemas era que, al no contar con la ayuda de su federación tenía que buscar otro apoyo económico, porque aunque sus padres le habían dicho que podía contar con ellos, tenía que empezar a ser más independiente pues ahora no sólo se tendría que encargar de sí mismo, sino de otra persona que dependería completamente de él.

Por suerte Brian le había conseguido un empleo en el Ice Complex como instructor de niños que apenas estaban aprendiendo a patinar sobre hielo. Y aunque al principio dejar de entrenar por ésto le hizo querer quejarse por horas, no lo hizo, porque él había elegido eso. Además, sabía que tenía que empezar a ganar su propio dinero y mejorar su poca experiencia con niños y su nuevo trabajo lo ayudaría con ésto.
Por fin su vida parecía estar tomando forma de nuevo y aunque sabía que sería difícil, no podía rendirse.

 Por fin su vida parecía estar tomando forma de nuevo y aunque sabía que sería difícil, no podía rendirse

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Ese sería el primer día en su trabajo y su cabeza era un lío de miedo y emoción. Por una parte, estaba aterrado porque sería algo que nunca antes había hecho, y por otra no podía esperar a empezar a dar clases.

Era la primera vez que no quería levantarse de la cama, pero tenía que hacerlo aunque lo único que quería era quedarse allí todo el día, entre los brazos de Javier e ignorando el mundo a su alrededor. La única forma en la que pudo tomar la fuerza suficiente para levantarse y arreglarse para su trabajo, fue que el español lo cargara fuera de la cama y prácticamente lo vistiera. Sabía que estaba actuando de forma infantil, pero después de todo sólo era un chico con demasiada presión sobre sus hombros.

No pudo controlar sus nervios en todo el camino hasta el que sería su nuevo lugar de trabajo. Ambos entraron al edificio y pasaron hacia la pista, y Yuzuru sintió como todo el miedo que había tenido antes desaparecía en cuanto vio el grupo de niños esperando por él en el centro de la pista.

—Suerte —dijo Javier, dándole un corto beso antes de abrazarlo con fuerza.

Cuando se despidieron, Yuzuru se dio el tiempo de observar el lugar a su alrededor, notó que la pista definitivamente era mucho más pequeña que la del Cricket Club, pero aun así le recordaba a ésta última. Y estar tan cerca de la pista de hielo sin tener permiso para entrenar era como si le dieran alas y le prohibieran volar. Era una completa tortura, pero tendría que soportar ese sentimiento por los siguientes nueve meses para no poner en riesgo a su bebé.

Sin querer desperdiciar más tiempo se puso los patines y entró a la pista. Se dirigió hasta el grupo de niños que lo esperaban para su clase, y aunque todo iba bien cuando se presentó como su nuevo instructor, se dio cuenta de que sería más difícil de lo que creía cuando ninguno de los niños lo escuchó en cuanto les dijo que empezaran a patinar alrededor de la pista para calentar.

La clase estaba por acabar y todo parecía ir mucho mejor que al principio, porque ahora al menos los niños intentaban seguir sus órdenes

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La clase estaba por acabar y todo parecía ir mucho mejor que al principio, porque ahora al menos los niños intentaban seguir sus órdenes.

Sólo había uno, Donovan, que intentaba más que su corta edad de cinco años le permitía, y aunque trataba de decirle que fuera un poco más despacio, no lo hacía. Y cuando lo vio caerse gracias a su terquedad, inmediatamente patinó hasta él para ayudarlo a levantarse, y en cuanto lo hizo, pensó que el niño querría salir de la pista o parar por un tiempo, pero al contrario de eso, siguió patinando incluso con más entusiasmo. Incluso siguió así cuando la clase se acabó y era hora de irse a casa.

Le hacía recordar a sí mismo de pequeño, cuando estaba obsesionado con Plushenko y lo único que quería era ser como él aún si eso significaba tomar riegos a su corta edad. Esto hizo que el sentimiento de nostalgia le provocara también tristeza, porque recordar sus sueños de cuando era niño le hacían sentir como si se hubiera fallado a sí mismo.

Afortunadamente no pudo pensar más en eso porque escuchó los gritos de la madre de Donovan para tratar de hacer que saliera de la pista, pero cada vez que ella se acercaba a una de las entradas de ésta, el pequeño patinaba hasta el otro extremo.
Yuzuru lo tuvo que perseguir por toda la pista para lograr sacarlo, y aunque había tenido que regañarlo, debía admitir que había sido divertido.

Se sorprendió a sí mismo deseando que su hijo tuviera el mismo interés que él por el patinaje.

Javier y Yuzuru habían acordado que cuando acabara de dar sus clases, el japonés pasaría por él dada la corta distancia entre el Cricket Club y el Ice Complex, y a sus horarios parecidos, pero al parecer su acuerdo no le había importado, porque cu...

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Javier y Yuzuru habían acordado que cuando acabara de dar sus clases, el japonés pasaría por él dada la corta distancia entre el Cricket Club y el Ice Complex, y a sus horarios parecidos, pero al parecer su acuerdo no le había importado, porque cuando apenas estaba empezando a empacar sus cosas, sintió como alguien lo abrazaba por la espalda.

Al principio no había podido evitar quitarse de inmediato, pero en cuanto se giró y vio a su novio, no dudó en saltar a sus brazos. A Javier le pareció algo extraña la reacción del japonés, pero claro que no se iba a quejar. La razón de todo ésto era que Yuzuru estaba acostumbrado a pasar toda la tarde con él entrenando, escuchando sus bromas y ayudándose mutuamente, y no haberlo visto en esas cuatro horas había sido más difícil de lo que creía.

Javier le ayudó a cargar sus cosas y ambos salieron del Ice Complex para dirigirse a su hogar.

Yuzuru no paró de hablar en todo el camino, pero eso no era algo que a su novio le molestara, al contrario, le gustaba escuchar todo lo que había pasado mientras no estaba a su lado.

Cuando llegaron al departamento, Yuzuru no se separó ningún momento del español, y la principal razón de esto era que ambos tenían muy poco tiempo antes de que Javier tuviera que viajar a Japón para el Trofeo NHK. Y aunque Yuzuru quisiera ir con él, no podía permitírselo cuando ahora tendría que pagar por completo su viaje al no ir a competir.

Y a pesar de que antes de que toda su vida diera un completo giro estaba acostumbrado a que su novio viajara o viceversa, y no se vieran por días, ahora las cosas eran diferentes, y realmente no sabía cómo sobreviviría a una semana sin Javier a su lado.

Reflections of You | Yuzuvier mpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora