6. All for you

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Javier en verdad no quería dejar a Yuzuru, pero tenía que hacerlo. Y él no era el único que no quería despedirse; el japonés parecía no querer soltarlo del fuerte abrazo en el que lo tenía atrapado. Ambos se quedaron así hasta que Brian les avisó que debían abordar el avión.

De mala gana Javier dejó ir a su novio, y después de despedirse de él tomó sus maletas y se dirigió al área de abordaje. 

En todo el vuelo no pudo dejar de pensar en Yuzuru, y aunque trataba de distraerse, simplemente no podía; las cosas eran tan diferentes sin el japonés a su lado.
Intentó dormir un poco, porque sabía que necesitaría fuerzas para cuando llegara a Japón, pero no pudo hacerlo, y se arrepintió de eso, porque en cuanto llegó al aeropuerto estaba completamente agotado, y a eso sumándole que fue recibido por cientos de cámaras y gritos preguntándole por Yuzuru, habían hecho que su cabeza doliera como nunca antes. Junto a Brian y su equipo prácticamente corrieron hasta la van que los llevaría al hotel donde se hospedarían durante la semana de la competencia.

El español le había prometido a Yuzuru que le llamaría en cuanto llegara al hotel, y así lo hizo. Y escuchar su voz, aunque fuera a través de un aparato electrónico, le dio fuerzas para sobrevivir el resto del día. Lo único que le quedaba era esperar que esa noche pudiera dormir y las cosas mejoraran en la práctica que habría al siguiente día.

Definitivamente las cosas no habían mejorado, al contrario, todo parecía haber empeorado de tal manera que lo único que quería era gritar hasta que todo desapareciera; era como si todo el estrés que había tenido en esas últimas semanas se hubiese ...

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Definitivamente las cosas no habían mejorado, al contrario, todo parecía haber empeorado de tal manera que lo único que quería era gritar hasta que todo desapareciera; era como si todo el estrés que había tenido en esas últimas semanas se hubiese juntado y le estuviera poniendo a prueba.

Cada uno de los patinadores que participarían en la competencia le hacían cientos de preguntas que hacían que su cabeza doliera. De pronto todos parecían ser expertos en su vida personal y lo criticaban sin parar, y ésto era algo que lo tenía harto. ¿Por qué no se enfocaban en sus propios problemas? Pero aunque estaba tentado a empezar a gritarle a todo el que se le acercara, tenía que mantener la calma si no quería más atención en él.

Claro que era más fácil decirlo que hacerlo, y en los escasos minutos que llevaba la práctica estaba ignorando a todos, incluyendo a Brian, quien constantemente le preguntaba si estaba bien. Y aunque su método pareció funcionarle por el resto de ésta, todo se fue por la borda cuando al acabar la práctica Mao Asada se le acercó. Javier sabía que ella era gran amiga de su novio y era entendible su preocupación por éste, pero en verdad no estaba de humor, y aunque trató de decírselo, Mao no paró de hablar.

—¿¡Podrías callarte por cinco segundos!? —gritó. Su tono de voz había sido uno que no reconocía. Él no era así. Y en el momento en el que vio como el rostro de Mao pasaba de estar lleno de preocupación a miedo se sintió como la peor persona del mundo. La chica murmuró una disculpa en japonés y se marchó lo más rápido que pudo antes de que Javier siquiera pudiera disculparse.

Se dio cuenta de la magnitud de su error en cuanto al enfocarse a su alrededor vio las cientos de cámaras que habían captado el momento. Justo lo que necesitaba.

Reflections of You | Yuzuvier mpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora