14. Just hold on

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No fue hasta la sexta semana que Yuzuru sintió como si su vida estuviera empezando a ser como era antes. Aún no podía cargar cosas pesadas o entrenar como estaba acostumbrado, pero al menos podía hacer algo de ejercicio. Había empezado con simples estiramientos y algo de yoga para principiantes, pero eso no era lo que quería. Lo que más deseaba era volver a patinar, y durante todo el tiempo que no había podido entrenar en la pista lo había estado haciendo en su mente, imaginando los saltos como si él los estuviera haciendo. También había visto una y otra vez sus programas de la temporada pasada para ver cuáles eran sus errores y cómo podía corregirlos.

Ese sería el día en el que finalmente la espera acabaría y podría volver a patinar. Al principio no había podido contener su emoción, pero había tenido que controlarse y prometerle a su madre, quien cuidaría de Shoma mientras estuviera fuera con Javier, que se controlaría. Sabía que tanto Yumi como su novio estaban preocupados de que regresara a la pista porque aún no se recuperaba por completo de la cirugía, pero en verdad quería patinar. Y ésto se vio reflejado en cuanto salió del auto cuando Javier apenas se había estacionado frente a la entrada del Cricket Club.

El español había tratado de decirle que lo esperara, pero Yuzuru no quería perder tiempo; sólo podría estar allí un poco menos de una hora y que su novio caminara tan lento no sería un impedimento para que aprovechara cada segundo. Para cuando Javier logró alcanzarlo, el japonés ya se encontraba sentado en una de las bancas frente a la pista mientras se colocaba sus patines. Brian estaba junto a él, recordándole cómo debía patinar como si no fuera el actual dueño del récord mundial en el programa corto.

—No te exijas demasiado o le diré a Javier que te saque de la pista, ¿entendido? —dijo Brian, sin poder evitar reír ante la forma en la que Yuzuru respondió un rápido "sí" para prácticamente correr hasta el interior de la pista.

Estar de nuevo sobre el hielo hacía que una gran sonrisa se formara en el rostro del japonés mientras la cálida sensación en su pecho se negaba a desaparecer. Había esperado tanto ese momento que parecía irreal que estuviera patinando libremente por la pista después de nueve largos meses. Sentir el frío viento golpear su cara mientras tomaba más velocidad lo hacía sentir tan vivo. El patinaje artístico había sido su vida desde que tenía memoria, y no se había dado cuenta de cuánto extrañaba patinar. Había echado de menos el frío que hacía dentro de la pista y el sonido de sus cuchillas deslizándose sobre el hielo, pero sobre todo echaba de menos el sentirse como si fuera uno solo con su patinaje.

Javier estaba feliz de ver a Yuzuru tan emocionado de poder regresar al Cricket Club aunque fuera por unos minutos. Verlo reír mientras patinaba de un lado a otro hacía que se enamorara aún más de él. ¿Cómo había logrado hacer que alguien tan perfecto como Yuzuru se encontrara a su lado?

No podía apartar su vista del japonés; él siempre lucía tan ligero sobre la pista y lograba transmitir sus sentimientos con delicados y elegantes movimientos. Sin poder resistir más se colocó los patines para entrar a la pista junto a Yuzuru. Y aunque al principio creía que su novio lo ignoraría para poder patinar, se dio cuenta de que no sería así cuando Yuzuru se acercó a él en cuestión de segundos. Javier dejó que el japonés tomara su mano y lo guiara a través del hielo. Por un momento sintió como si hubiera regresado a aquellos días donde las cosas eran más fáciles y sólo eran dos chicos conociéndose y jugando en la pista sin ninguna preocupación más que prepararse para las competencias.

Pero la realidad era una completamente diferente, aunque tampoco le molestaba el hecho de que saliendo de ahí irían al departamento donde cuidarían de Shoma por el resto del día.

Yuzuru quería que el tiempo se detuviera para poder vivir en ese momento para siempre, pero era imposible, y en menos de lo que quería su tiempo en el Cricket Club se acabó. Al principio había luchado contra Brian, quien le había gritado una y otra vez que saliera de la pista, pero no pudo resistirse cuando Javier lo cargó para sacarlo. Lo único que quería era volver a patinar, y ante sus suplicas su entrenador le había prometido que lo dejaría hacerlo el día siguiente. Yuzuru sabía que no podía exigirse mucho, pero con el sólo hecho de poder patinar le hacía sentirse muchísimo mejor al saber que estaba un paso más cerca de recuperar por completo su vida.

Reflections of You | Yuzuvier mpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora