Me he perdido en la profunda belleza de un par de ojos color café, el café más hermoso y encantador; suaves, tiernos, luminosos, llenos de bondad e inteligencia. Dicen que la vida suele ser una caja de sorpresas, llena de experiencias, lecciones y amores pasajeros que sólo irán construyendo a su paso un camino de sabiduría que te hará llegar hasta los brazos de tu verdadero amor, sin embargo, con él no visualizo un camino más allá de su preciosa alma. Es como si todo a mi alrededor se desvaneciera poco a poco cada vez que lo veo sonreír, como si una luz divina bajara del cielo y sólo lo enfocará en él, haciéndome creer cada vez más que no habrá otros, que es él, que simplemente no recorreré el camino restante en busca de mi gran amor porque iré tomada de su mano.
Sus labios acarician los míos provocándome una sensación hechizante, siento una mano suave acariciar mi nuca y otra apoderarse de mi cintura con determinación, y yo sólo trato de seguir el delicioso beso de la mejor manera posible, asimilando aún que al fin ha llegado el momento, el momento que he estado esperando y deseando desde que fui consciente de la intensidad de mis sentimientos.
Poco a poco la música que antes llegaba a mis oídos con claridad va disminuyendo, convirtiéndose junto con las paredes de esta habitación, en los únicos testigos de este acto de entrega mutua. Su camiseta cae y me quedo sin aliento... ¿cómo puede existir una persona tan hermosa y que al mismo tiempo me haga perder la cordura de maneras inimaginables? Su piel es adictiva para mí, suave, delicada y... mía.
Más besos, más prendas en el suelo y me siento tocar el cielo cuando el peso de su cuerpo casi desnudo me presiona contra su cama, sus manos suben lentamente hasta posicionarse en mis pechos dejando delicadas caricias y besos húmedos. Su rostro ahora está en mi cuello, besando, lamiendo y sacando gemidos de mi interior. Al instante siento su voz en mi oído diciendo lo hermosa que soy, y mis ojos se llenan poco a poco de lágrimas que sé que serán imposibles no derramar, ya que el valor de sus palabras es insuperable.
Y así pasó... así fue como sentí por primera vez en mi vida que el amor en realidad existe, porque si esto no es amor ¿Entonces qué lo es? Lo supe desde el momento en que sus manos separaron mis piernas y sus ojos conectaron con los míos mientras que con mucho cuidado, timidez y pasión entraba en mí, haciendo que mi cuerpo reaccionara al suyo creando la armonía más especial y perfecta del mundo. Fui suya y él fue mío a medida que nuestros gemidos llenaban el lugar y nuestros besos decían todo lo que con simples palabras no podemos expresar. Un "te quiero" salió en un gruñido de sus labios cuando juntos encontramos la liberación y justo en ese instante pensé: "Te estás enamorando de este hombre".
-Mila
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Este No Es Un Diario
De TodoBuscando un lugar para plasmar con palabras lo que mi mente y mi corazón no quieren dar a conocer en voz alta.