Joaquin

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Querido diario: Ayer quedamos en que mi madre me dijo quién era mi padre. Luego que me lo dijera comencé a buscarlo y lo encontré. Era dueño de un montón de empresas, era millonario, estaba casado y tenía cuatro hijos. Averigüe donde él estaba siempre y era una empresa que quedaba a unos pocos kilómetros de donde yo vivía. Así que un día tuve la valentía y me fui a buscarlo, llegue a una recepción y le dije a la secretaría que quería hablar con Joaquín Frankfurt y ella me indico cómo llegar para hablar con él. Cuando llegue a una oficina estaba él -era alto, ojos color miel y muy elegante- junto a su esposa -una mujer muy hermosa y seria- En ese momento, me quedé congelada en la puerta, hasta que él me miró y me preguntó que necesitaba -en eso su mujer se retiró molesta de la oficina-, pensó que yo iba a vender galletas (obvio tenía 13 años ¿qué más podría estar haciendo ahí?)  Le dije quién era yo, rápidamente se le borro la sonrisa, me agarró del brazo y me llevo hasta la Puerta de su empresa, diciéndome entre dientes que no quería volver a verme nunca más porque yo no debía haber nacido, que él tenía una gran familia y no necesitaba más integrantes; llegamos a la puerta y me advirtió que la próxima vez me sacaba la policía...
Nunca espere nada de él, pero por un momento se me habían hecho ilusiones de que se arrepentiría y querría formar parte de mi vida, pero no. Después de eso no quise saber más nada de él, así que volví a casa y se lo conté a Ingrid. Ella miraba con una cara de asombro, pero al ver mí cara me dijo que no me preocupara porque él era el que salía perdiendo y me prohibió que volviese a ese lugar. A mí madre no le dije nada porque ya hacía un tiempo que no hablábamos; ella empezó a hacer como si yo no estuviera (nunca supe porque) Lo único que me decía Ingrid es que le diera tiempo...

Mañana sigo me voy que está sonando el timbre. Saludos Soledad...

Soledad (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora