ALCOHOL.

44 8 2
                                    

Alcohol:

Creo que ésta es la parte más fácil de contar o explicar que forma parte de mi vida. Todo el mundo sabe (y no es un secreto) que tomar es de mi cualidades favoritas luego de tocar una curvilínea guitarra. Desde que tengo memoria, el alcohol siempre estuvo presente en mi vida.

Incluso es increíble que la primera vez que realmente me embriagué, estaba con Jimmy en un bosque cerca de mi casa. Estabamos tomando y recuerdo escuchar los gritos de mi madre.

FLASHBACK.

—Jimmy, ¿estás seguro de ésto?—Mis pies eran bastante torpes al intentar caminar entre las ramas. Seguir los pasos de ese loco de piernas flacas y largas no era fácil. De por sí me considero bastante alto midiendo casi un metro ochenta centímetros, pero él llevándome prácticamente diez centímetros de cabeza, era imposible seguir sus pasos. Sus piernas eran tan largas que un paso mío era una zancada de él.

—Vamos, cabeza de polla. Apenas estamos llegando.—Cargaba con unas cervezas y una bebida que seguramente tendría un grado de alcohol casi de un 90% de graduación. Su locura se hacía notar, caminaba sin importarle si pisaba incluso una rana o rompía una rama. Él solo quería mostrarme aquel lugar. Intentaba seguirle el paso, casi trotando con el cuidado de no tropesarme o enganchar las cadenas de mi pantalón negro de una especie de pana.

—¿Qué es ésto, Jimmy?—Pregunté mirando todo a mi alrededor. Había un increíble lago, los grillos podían oírse, como si fuese un simple banco para él. Se sentó sobre una de las ramas del lugar, la cuál lucía bastante fuerte.

—Te presento mi lugar secreto. Cómo eres mi mejor amigo, he decidido mostrártelo. Es donde vengo cuando realmente me siento mal.—Con sus dientes, abrió una de las cervezas con sus dientes, pasándomela con una sonrisa en su rostro. Antes de que pudiese tomarla, me subí a la rama de un salto, colocando mis piernas de forma cómoda a cada lado. Aquella rubia espumosa rebosó por mi garganta a la hora de saborearla, mirando el tranquilo lago.

—Vaya, Jimmy. Es increíble, nunca creí que en la noche ésto se viera de ésta forma. ¿Crees que pueda traer a una chica aquí y follarmela sin que me escuchen?—Una risa se escapó luego de esa pregunta con mi vista fija en aquel lugar que estaba a no mucho de mi casa. Quizá a unas dos cuadras de ella en el mismo terreno.

Jimmy soltó una risa al oírme y asintió con su cabeza, sumamente seguro de aquello. Bebió de su cerveza, acomodándose sobre aquella rama tranquilamente.

Las horas pasaron en la noche y aquellas botellas quedaron completamente vacías. Apenas era lo que quedaba de la bebida blanca, qué nosotros podíamos reír hasta por una simple hoja. Me gustaba estar de esa manera. Me gustaba saber que el alcohol se apoderaba de mi cuerpo en ese momento, haciéndome casi irresponsable de mis actos.

Mi mejor amigo estaba conmigo, riendo a carcajadas por cualquier estupidez que pasara o alguna loca idea que por su mente se cruzara.

Cuando tenía mi botella en mi boca, terminando el contenido amargo de aquella botella adorada, pude escuchar un grito agudo de una mujer proveniendo de cerca de aquel lugar.

—¡Brian! ¡Brian!—Gritaba aquella mujer. Me quedé unos minutos serio, sin alguna expresión en mi rostro. Estaba ebrio, pero no era idiota. Era la voz de mi madre. Carajo, debía apurarme a salir de allí cuanto antes. Jimmy rompió las botellas, lo cuál fue peor, porque podía sentir los pasos apurados de mi madre junto a sus agudos gritos.

Las piernas apenas me daban para correr, y las risas que salían de Jimmy al verme en aquella situación no ayudaban para nada. Aunque no fue lo mucho que aguanté qué comencé a reír sin poder evitarlo. Realmente estar ebrio junto a él, era sumamente divertido.

THE REASON IS YOU. [ SYNYSTER GATES ]Where stories live. Discover now