DROGAS.

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Drogas:

Tercer y no menos importante pilar de mi vida.

Cuando eres músico sabes desde el comienzo que estarás rodeado de drogas, de ''cosas raras'' pero que al fin de cuentas, te encantan y te divierten. No estoy orgulloso de decir que me encanta estar en las drogas cuando me siento mal, qué son mi escapatoria a una realidad ficticia. 

Desde que empecé en Avenged Sevenfold las drogas estuvieron de por medio. Hay fotos que pueden comprobarlo en antiguos conciertos en los qué simplemente no puedo conmigo mismo. El sudor se hacía presente en mi rostro y una sonrisa con mis ojos perdidos eran captados en una simple fotografía.

Mis inicios fueron así. Brownies de Marihuana en cada gira, tabaco, cigarros o un simple ''churro'' para fumar. Abanos, todo lo que pudiese fumarse se hacía presente allí y se mezclaba con el mal más terrible con el que se puede mezclar una droga.

Poco a poco para los chicos de la banda esas adicciones fueron desapareciendo, fueron desvaneciéndose lentamente de sus vidas, cómo si solo hubiese sido una etapa emocionante por ser artistas reconocidos en el mundo del Metal. Sobre todo luego de la muerte de Jimmy, todos se juraron no volver a tocar una droga más que no sea el cigarro.

Pero por mi parte, todo fue lo contrario. Aquella muerte tóxica había sido el punto en el qué mis adicciones habían crecido. Y conforme el tiempo pasaba, que ese infierno ardía cada vez más, mis adicciones crecían con ello. Era la leña que encendía el fuego del mismísimo hogar de Satanás.

En mi casa o en cada lugar en el qué habito suelo tener un estudio solo para mí. Es mi lugar de distracción cuando tengo mi cabeza llena de problemas. Allí, en aquellos cajones en donde deberían haber miles y miles de púas o afinadores para mis exclusivas guitarras se encontraban en mezcla de las mismas, brotes de la planta de cannabis y alguna que cierta cantidad de cocaína.

Solía componer un rato, dejar salir aquel dolor o aquella angustia que llenaba por completo mi ser. Mis dedos tenían una gran destreza para armar un porro luego de destrozar la flor por completo. Mi lengua sellaba con cuidado los bordes de aquella hojilla y una vuelta se daba en ambos finales. Posaba aquella adoración en mis labios, esperando a que el fuego de mi encendedor prendiera y le diera marcha al viaje.

Una calada y podía sentir como aquello amargo recorría mi garganta, quemándome de cierta forma. Mis ojos se cerraban esperando e intentando hacer llegar la paz a mi cuerpo. Una seca tras la otra hasta que por fin, mi viaje comenzó. Me quedaba mirando aquel techo blanco y liso mientras qué mis brazos colgaban a cada lado de aquella silla giratoria cubierta de un cuero negro un tanto desgastado.

Mi cuerpo que se encontraba completamente rígido comenzó a liberarse poco a poco. Mis ojos se cerraban y podía sentir la debilidad de mis dedos índice y pulgar para sostener aquello. Apenas quedaba una calada más, para que luego fuese hacia la basura el filtro. No dude en un segundo en terminarlo, tirando el sobrante del producto.

Podía sentir la calma recorrer mi ser y como miles de ideas y pensamientos se cruzaban en mi mente en aquel mal viaje. Podía sentir mis ojos llorosos y mi mirada perdida en el techo. Una sonrisa se dibujó en mi rostro y una risa que probablemente haya sido la risa más estúpida del mundo salió de mí. Mis pies que podían tocar perfectamente el suelo hacían que mi silla se moviera de forma lenta de un lado a otro. Era como estar en el cielo, tranquilo y completamente liberado. Podía sentir como mi torso pesaba de lo relajado que estaba y cómo mi cuerpo comenzaba a dormirse.

Las horas pasaban y miles de conversaciones pasaban por mi cabeza, miles de recuerdos se hacían presentes en ese instante, reflexiones, pensamientos que podían hacerme olvidar qué era lo que estaba haciendo con mi vida en ese mismo momento. Cerré mis ojos en ese momento y tragué una gran cantidad de saliva. Mierda, tenía muchísima sed y hambre en ese momento.

THE REASON IS YOU. [ SYNYSTER GATES ]Where stories live. Discover now