Cuando nos volvamos a ver

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-¿Sabes leer?- le preguntó el castaño a su amigo después de que él agarro un libro de la estantería.
-Algo así- respondió el chico y se sentó a lado de su futuro marido. Era algo loco y a la vez bien que ya tuviera en mente a alguien con quien estar por el resto de su vida a sus casi 6 años de edad. El rubio abrió el libro de Los tres cochinitos y el lobo feroz.
Dylan le prestó toda la atención a la lectura de Thomas. El chico sabía leer bien, aunque a veces se trababa en algunas palabras, pero sabía leer.
-"No tardo mucho para que el lobo se acercara a las casas de los tres cerditos. Hambriento , el lobo se dirigio a la primera casa y dijo: – ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare!" - siguió leyendo en voz alta.
Al momento de terminar el cuento, Dylan se acercó a Thomas
-Lees muy bien
-Gracias- se sonrojó
-¿Tú crees que...me podrías seguir leyendo cuando nos casemos?
El pequeño rubio saco una pequeña risa y asintió con la cabeza

Te lo prometo





Esa última palabra retumbó por la cabeza de Dylan, sonando como ecos. Torturándolo y obligándolo a abrir los ojos. No era más que otro sueño; más bien, recuerdo de su linda infancia.
Bostezó y se le quedó viendo al techo de su habitación. No quería levantarse ni mucho menos ir a la escuela, pero la alarma y su consciencia los obligaba a regañadientes levantarse.
Después de una ducha, se arregló para ir a su último día de clases.
-Relájate Dylan- se dijo asimismo mirándose al espejo mientras se peinaba- solo un día más y ¡hola vacaciones!- suspiro al terminar de peinarse y se dirigió a la sala para agarrar su mochila y las llaves. Al momento de abrir la
puerta, se maldijo- ¡Pero que tonto soy! - regresó a su habitación rápidamente para agarrar el collar con el anillo que le había regalado Thomas en el jardín de niños, pues ya no le quedaba en su dedo. Se le quedo viendo al collar  esperando a que Thomas apareciera a su lado y le sonriera.

Esa sonrisa...esa maldita y hermosa sonrisa.


Las clases habían terminado y era de esperarse que todos gritaran y abandonaran las aulas para salir corriendo hacia la libertad y el llamado de las playas, campos o casas.
Dylan caminaba tranquilamente junto con su mejor amigo, Tyler Posey.
El castaño agarraba su collar de manera suave, como si estuviera tocando la piel de Thomas cuidadosamente, explorando un nuevo camino en su imaginación.

-¿Dylan?, oye... ¡hermano!- Tyler empezó a mover su mano en frente de los ojos de su mejor amigo- ¡Tierra llamando a lunares!
-¿eh?... ¿qué pasa?- preguntó algo atontado el pálido
-Viejo, ¿no me digas que sigues pensando en Thomas?- al ver que su amigo no emitía palabra, suspiró a la vez que rodaba sus ojos. - Amigo, ya lo hemos hablado demasiadas veces
-Si, pero no puedo evitarlo- miro a su amigo moreno-Me niego a olvidarlo.
Tyler vuelve a suspirar
-¿No te cansas de suspirar?
-¿Y tú no te cansas de pensar en él?- el azabache se le quedo viendo al castaño y esta vez es Dylan quien suspira.
-Tú no entiendes, nunca entenderás que es amar
-¡Wow! ¡wow! ¿quien de aquí ha tenido más novias?
- Tú, pero dime, ¿Realmente te has enamorado de aquellas relaciones? -Por un momento el moreno quedó en silencio, a lo cual Dylan sonrío con satisfacción- además, no he tenido novias porque sabes perfectamente que siempre Thomas ha estado en mi corazón, el jamás será remplazado por alguien más...jamás.
-¿Que me dices de Ashley? Tú ex novia
-Solamente salimos en secundaria... pero solamente salí con ella porque tú me obligaste a salir con alguien.
-Era por tu propio bien. Viejo, te llamaban "el raro "por pensar en alguien a quien jamás volverás a ver. No sé, tal vez ya tenga a alguien más o peor...que esté muerto.
A Dylan se le subió la sangre a la cabeza y miró de manera amenazante a Tyler.
-¡Te lo digo bien!- se puso a la defensiva- no sabes que está haciendo en estos momentos. A lo mejor cambió.
-¿A qué te refieres? - preguntó Dylan algo irritado.
-Me refiero a su actitud, a su físico. Ahora tal vez este gordo...o flaco... o este chaparro. Tal vez sea un rebelde sin control o no esté estudiando.
-Okay, suficiente. Tengo que ir por un café- dicho esto Dylan baja rápidamente las escaleras del instituto y se dirige a la salida sin esperar a su amigo.
-Bien, ¡te veré luego!- gritó Tyler para que lo escuchara- ¡No bebas demasiado o te pondrás más histérico e imperactivo que de costumbre!- Dylan levanto el dedo sin voltear a ver a su mejor amigo y se encaminó al centro de la ciudad.

Luego de la gran charla emotivacional de Tyler, Dylan decidió ir por su café antes de que se volviera loco. El café siempre lo calmaba.
Thomas lo calmaba. El café y Thomas era su excelente combinación.

Mientras que el castaño esperaba a que le dieran su café, siguió pensando en las palabras de su sabio amigo. A veces le irritaba sus palabras porque a veces él pensaba que todo lo que le decía podría ser cierto, y odiaba eso.
-Ugh... estúpido Tyler.
Cuando el castaño tomó su frapuccino, se dio la
media vuelta y sin darse cuenta había tropezado con una persona, derramándole todo el frapuccino a la playera del desconocido.
-¡Cuánto lo lamento! En verdad...-se había detenido a los ojos del chico desconocido. Esos ojos juró haberlos visto en otro lado. Su cara... le parecía familiar.
Luego de segundos reaccionó, no podía creerlo. Después de tanto tiempo, lo había encontrado, a su Tommy.
-N-no te preocupes- su voz había cambiado, era evidente. Habían pasado 17 años y Dylan aún no se lo creía. Tenía miedo de que todo esto fuese un sueño, porque era demasiado para ser verdad.
-Um...¿disculpa?, se me están adormeciendo las piernas- Dylan reaccionó y ayudó a levantar a Thomas. Se había percatado de que él no lo había reconocido aún.
-Heeey- contestó Dylan algo nervioso- Este...deja te ayudo a limpiar- trajo unas servilletas y le ayudó a limpiar la playera del rubio- En verdad lo lamento tanto...Thomas
El rubio se sorprendió y se le quedo viendo al castaño
-¿Cómo...sabes mi nombre?
-Me sorprende que no reconozcas a tu futuro esposo
A Thomas se le pusieron los cachetes rojos como tomate, ¿será que era posible?
-¿Dylan?
El castaño sonrío y Thomas no pudo evitar abrazarlo, ambos se habían vuelto a ver. El abrazo transmitía demasiado sentimientos, había pasado demasiado tiempo y el destino los unió otra vez.
-¡Oh maldición! - gritó con su acento británico- ahora estás manchado de café- se le quedó viendo a Dylan sin dejar de abrazarlo.
-No te preocupes, al cabo que ni tenía tantas ganas de café- comentó riéndose, no sabía porque se estaba riendo, tal vez estaba nervioso o estaba muy feliz de que por fin volvió a ver al amor de su vida.
-Te compraré uno- dicho esto, Thomas se dirigió con la cajera a pedir 2 cafés.
-No es necesario- comentó Dylan- en verdad.
-No, está bien. Quiero comprarte un café- miro a Dylan y le sonrió.

Esa maldita y hermosa sonrisa.

De rato, ambos ya estaban riéndose de las locuras que ellos decían mientras tomaban su café.
-No puedo creer que lo hayas hecho- dijo Thomas mientras seguía riendo- no has cambiado nada Dyl
-Tú tampoco, Tommy- se sonrojó el castaño- bueno, a excepción de que estás más alto que yo- ambos volvieron a reír.
El silencio se apoderó de unos segundos a la conversación y Dylan empieza a agarrar su collar, precisamente a su pequeño anillo.
-Espera un segundo, ese es...- espero a que Dylan respondiera
-Si... el anillo que me diste, ahora es collar.
Thomas sonrió y de su cuello saca un collar en donde también tenía su anillo- no pensé que aún lo tuvieras.
-Por nada del mundo perdería una parte de ti- frotó su anillo- está joyería era lo único que mantenía la esperanza de volver a encontrarte, Tommy- Thomas ya estaba colorado debido a las palabras del castaño- Me alegra que el destino nos haya vuelto a unir- rió el pálido y de poco a poco tomó la mano del otro para transmitirle el amor que él sentía hacia Thomas.
-Am...bueno yo...- tartamudeo Thomas- yo...¿Quieres conocer a mis padres?- preguntó el rubio a lo que Dylan quedó sin palabras. Estaba algo confundido pero a la vez nervioso de conocer a sus futuros suegros. Los nervios pasaron después de que Thomas acariciara la mano de Dylan.
-Claro- sonrió Dylan.

Nada podría salir mal...











Hola mis queridos garlopos. Aquí les dejo la segunda parte 💕
Nada más falta la que sigue para que termine este pequeño OS
Espero que les guste, voten y comenten que los estaré leyendo C:

Dylmas// Newtmas StuffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora