Impotencia

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La joven Marinette estaba encerrada en su cuarto tratando de concentrarse en el gorro que estaba tejiendo para Adrien pero no podía sacarse de su cabeza todo lo que le dijo Chat Noir «Gato tonto».

La mente de la azabache estaba hecha un desastre al punto que se olvidó de las escaleras y terminó rodándolas hasta terminar en la sala.

— ¿Estas bien Marinette?— le pregunto su madre al verla de cabeza en las escaleras.

— Si mamá, solo me enredé con algo.

— Marinette debes ser más cuidadosa— le regañaba mientras servía el desayuno en la mesa. — Sinceramente hija no sé cómo te las arreglas para ser tan torpe.

— Lo sé, algunas veces pienso que herede su mala suerte— decía con una risa burlona.

Si tan solo supieran que pasó toda la noche tejiendo un gorro para su querido Adrien y que por eso no había dormido casi nada. La azabache estaba tan ilusionada de darle el regalo a Adrien, pero a la vez tenía miedo de que no le agradase o que simplemente no tuviera el valor para dárselo en persona, la última vez olvidó poner su nombre en la bufanda que le hizo, pero esta vez iba a ser diferente, esta vez la azabache tenía planeado esperarle en la entrada del colegio "Françoise Dupont" antes de que comiencen las clases para dárselo.

Marinette se arregló lo más rápido que pudo y salió disparada al colegio, en su mente solo había una misión y era darle el regalo a Adrien pero parece que el destino no quería que le dé el regalo al rubio.

— AYUDAAA!!!!!! — alguien gritaba en la entrada del colegio. — No te quedes mirando y ayúdame Sabrina.

—....

— ¿Te comió la lengua el gato? Mis niñas esta será la última vez que escuchare sus insolencias, en especial tú, Chloé.

Al parecer la Srta. Bustier había sido akumatizada y empezó a atacar a los estudiantes quitándoles su voz. Marinette sabía que Ladybug debía aparecer y salvar el día así que busco un callejón para transformarse sin que nadie la viese.

— Vamos, Tikki Mo-

— ¿Marinette?— una voz muy familiar salió detrás de un basurero.

— Alya, ¿Qué estás haciendo aquí?

— Pues la señorita Bustier empezó a atacarnos y me escondí, pensé en aprovechar el momento para esperar a Ladybug y grabar algo para mi blog. Y tú ¿qué estás haciendo aquí?

— Bue-bueno yo... estaba... y tú...— Marinette no sabía si su amiga vio cuando estaba a punto de transformarse.

— Oye Marinette hay algo que me ha estado intrigando. ¿Qué es esa cosa roja en tu bolso?— Decía mirando la cabeza de Tikki que había quedado fuera de su bolsa.

— Ah, esto es...mmm. Un muñeco. ¡Si! Eso es, es un muñeco.

— ¿Segura? Me pareció que se movía cuando llegaste y empezaste a decir algo. — La mirada de la chica estaba penetrando los ojos de Marinette como si buscasen un secreto. — Bueno, ni importa. Lo que importa ahora es Ladybug.

Nuestra heroína estaba en un gran dilema, no podía transformarse en Ladybug enfrente de Alya pero tampoco podía dejar que la Srta. Bustier siga dañando a más gente inocente. De pronto escuchó una voz que la alivio de más de una manera. Era Chat Noir que llegó en el momento justo.

Chat peleaba con más energía que la última vez y volvió a tener su sonrisa; sin darse cuenta Marinette había traído paz a la mente del felino y podía volver a como era antes.

— Mire Señorita, me haría un gran favor si se entrega in pelear. Sabe, estoy llegando tarde a clases y no quiero más problemas.

— Nadie puede detener a Lady Silence, en especial un gato tan parlanchín como tú.

— Dicho eso mi querida dama. Veamos si puedes hacer que este gato se coma su lengua. — Dijo Chat Noir mientras hacía girar su bastón preparándose para la batalla.

Para ser una profesora de lengua le estaba dando batalla a Chat Noir esquivando casi todos los ataques que él lanzaba sino también por que usaba la energía de las voces que robo para potenciar todos sus movimientos y reflejos. Chat Noir estaba siendo acorralado poco a poco y lo único que tenía en la cabeza era ¿por qué no aparecía Ladybug?

Si tan solo supiera que Ladybug estaba teniendo su propia batalla tratando de convencer a su mejor amiga de irse de ahí y poder ayudar a su compañero.

— Parece que Chat Noir está en problemas— Alya parecía estar disfrutándolo mientras grababa la pelea. — Porque no aparece Ladybug, quiero tener una buena toma de ella también.

— Tal vez está atrasada, digo, puede que ni siquiera sepa que hay un villano peleando al frente de nuestra escuela— La azabache ya no sabía qué decir para sacar a Alya de allí. — Alya es peligroso estar aquí porque no nos vamos y vemos si hay alguien que necesite nuestra ayuda.

— Y perderme la pelea para mi blog, no lo creo Marinette

— Pero Alya...

— Mira Marinette— Dijo Alya mientras bajaba su celular. — Sé que tienes miedo pero esto es importante para mí. Algún día tendrás que dejar de correr de todo y pararte firme Marinette.

— De que hablas, yo no huyó de los problemas. ¿O sí?

— Lo haces, es más, te puedo decir del problema al que más temes— Aunque Alya no había dicho nada aún Marinette sabía exactamente qué era lo que iba a decir «Adrien».

Pero no pudieron terminar de hablar ya que una figura negra caía encima de ellas. Chat Noir estaba casi sin energía, así que cuando recibió el último ataque de Lady Silence cayó sin reparo al callejón donde se encontraban Marinette y Alya.

— Uff...Uff... Salgan de aquí— Chat Noir trató de pararse pero sentía que sus piernas ya estaban al límite y no iban a dar un paso más.

— Parece que el gatito ya no puede más. Que dices si me das tu miraculous y tomas un descanso— decía sonriente mientras se acercaba para tomar el Miraculous de Chat.

— ¡ALÉJATE DE ÉL!— Marinette no aguanto más y se lanzó contra la villana sin importarle el hecho de que no se había transformado.

Ya no podía seguir viendo a Chat Noir peleando solo contra la Srta. Bustier, le dijo a Tikki que se esconda en su blusa mientras tomaba su bolso y lo lanzaba contra Lady Silence. Aunque no le hizo daño pudo apartarlo por unos segundos de Chat, al menos lo suficiente como para llegar a él y sacarlo de ahí.

Lady Silence al ver que se llevaban al héroe uso sus poderes para quitarle la voz a Chat Noir, si no tenía voz sería más fácil buscarlo ya que solo tendría que buscar a un muchacho que no hablase. Cuando lanzó el hechizo pensó que eso era todo hasta que vio a la joven azabache dejar en el piso al felino e interponerse entre él y el hechizo y aunque le dolió en su mente solo había un pensamiento.

Tomó el brazo del muchacho, lo puso detrás de su cuello y empezó a correr con todas sus fuerzas dejando a una villana enfurecida por el cambio de planes y a su amiga preocupada por lo que pudiese pasarle.



                                                                 CONTINUARA...


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