Un día agitado... Parte 2

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Los héroes más grandes de Paris habían superado todo tipo de imprevistos gracias a la perspicacia de Ladybug y la valentía de Chat Noir eran un dúo increíble, quien diría que serían tan torpes en cuanto al amor se refería.

Después de escoger una película sobre de romance, sobre dos chicos que cambiaban de cuerpos cada vez que dormían y todo estaba bien hasta que llegaron casi al final donde la pobre Marinette no pudo aguantar las lágrimas.

— Marinette— Decía el rubio acercándole una caja de pañuelos. — Si sabía que esto te iba a poner triste hubiese puesto algo diferente.

— ¿A ti no te parece triste?

— Pues la primera vez que la vi si me sorprendió, se puede decir que casi me saca una lagrima.

— No lo escuches niña— Plagg voló cerca de Marinette. — La primera que vio esta película se acabó una caja de pañuelos. Lo hubieses visto llorando.

— PLAGG!!!— El rubio lanzó un cojín a su travieso amigo pero este lo esquivo sin ningún problema.

— Calma Adrien, no hay nada malo con llorar un poco— La azabache no pudo evitar sonreír al imaginarse a Adrien llorando. — Aunque una caja completa de pañuelos es...demasiado.

El rubio tenía la cara roja de la vergüenza y paso casi todo el resto de la película con un puchero en su cara hasta cerca del final de la película donde ya no pudo aguantar más y tomo un pañuelo para el pequeño río que recorría su mejilla.

Después de eso solo se dedicaron a hablar y hablar entre ellos mientras tomaban una botella que el ojiverde fue a buscar a escondidas a la cocina.

— ¿Estás seguro Adrien?— Preguntaba la azabache antes de llevar la copa de vino a sus labios.

— Tranquila Marinette, tenemos una gran bodega de vinos y tome uno que estaba hasta el fondo— Decía el rubio mientras se servía una copa. —A demás solo una copa como celebración de todo lo que hemos hecho. Dicho esto el rubio tomo su copa y con leve gesto acerco su copa hasta la de Marinette y dándole un ligero golpe con la suya hizo un brindis por los héroes más grandes de Paris.

— Tikki...Hic... ¿Por qué debo decir motas para transformarme?— Marinette había tomado 3 copas pero por cómo estaba hubiese parecido que tomo 3 botellas.

— Estas segura de que te encuentras bien— El rubio no salía del asombro de que alguien se pueda emborrachar tan rápido.

—Ohhh Adrie-en— La azabache trato de levantarse pero cayó sin remedio al piso haciendo que el rubio fuer a su rescate y llevándola en brazos hasta su cama.

— Vamos My lady solo relájate y descansa un poco por favor.

— No quiero!!!— La azabache empezó a patalear y hacer berrinches mientras el rubio pensaba en una manera de que Marinette se duerma. — Wiiiii t-tu cuarto está dando vueltas

El rubio batallo unos minutos hasta que Marinette al fin calló rendida y se durmió, regresó a ver su despertador para ver qué hora era y para su sorpresa ya casi era la una, apenas habían pasado unas horas desde que la azabache llegó pero para el rubio le parecían minutos.

— Es linda, no es verdad?— Tikki voló suavemente hasta aterrizar cerca del rostro de Marinette.

— Claro que lo es.

— A veces es algo torpe, siempre anda chocándose con cualquier cosa y tiene la peor de las suertes que he visto en toda mi vida— decía la pequeña criatura mientras movía unos cabellos del rostro de Marinette. — Pero tiene una gran voluntad y sobre todo pone a los demás antes que ella misma.

— ¿Todas las Ladybug han sido así?

— Más o menos— Tikki dejó a Marinette y se acercó a Adrien para susurrarle algo. — Aunque es la primera vez que una Ladybug se enamora de Chat Noir.

— ¿Enserio? Siempre pensé que...tú sabes...Ladybug y Chat Noir estén destinados a estar juntos.

Plagg que había estado saboreando pedacitos de queso solo dijo— Es lo que pensarías pero la realidad es que siempre terminaban enamorándose de otros y siempre por la misma razón "Nunca revelar su identidad al otro".

— Pera esta vez no pasara— Adrien no podía imaginarse a Marinette en los brazos de otro hombre que no fuera él. — Ella es My princess y My Lady ahora.

— Lo que tú digas Romeo pero no crees que se te olvida algo— decía Plagg mientras tomaba su último pedazo de queso. — Como vas a llevar a tu Amorcito de vuelta a su casa.

Era verdad con Marinette en ese estado no era seguro que pudiese transformase, mucho menos que pudiese balancearse por las calles de Paris hasta su casa y para empeorarlo todo ya era tarde como para pedir buscar una taxi.

— Talvez debería usar "eso"— dijo Tikki mientras miraba a Plagg.

— Oh vamos tu sabes que eso me deja muy cansado— Replicaba Plagg con un puchero.

— ¿Qué es exactamente "eso"?— preguntaba el rubio.

Tikki al ver que Plagg no quería hablar decidió explicarle mejor a Adrien. — Digamos que ustedes aún no descubre todos sus poderes. Tú por ejemplo, aparte de tu cataclismo tienes más poderes como por ejemplo el poder cortar el espacio lo que te permite viajar a cualquier parte que quieras.

— ¿Y porque nunca me lo dijiste Plagg?

— Porque nunca preguntaste...DUH

— Luego hablamos sobre eso y ¿cómo hago para usarlo?

— Primero transfórmate y yo te guio. — decía la pequeña kwami.

Dicho esto el chico se convirtió en el héroe Parisino y empezó a escuchar atentamente lo que decía Tikki.

— Primero visualiza el lugar a donde quieras ir—

— Listo, ¿Qué sigue?— El rubio había cerrado los ojos para concentrarse aún más.

— Presta atención. Ahora con tu mano rasguña al frente tuyo sin dejar de pensar en el lugar.

El rubio hizo lo que dijo Tikki sin dudar un segundo y cuando abrió los ojos vio un portal oscuro que se empezaba a abrir hasta que vio que del otro lado del portal estaba el cuarto de Marinette.

— Estoy impresionada— Decía la kwami mientras volaba en círculos. — Según me dijo Plagg casi ninguno pudo hacerlo a la primera. Deberías sentirte orgulloso. El felino levantó a Marinette en sus brazos y cruzaron el portal hasta su cuarto para su sorpresa el portal se cerró justo después de que cruzaron. La habitación lucia completamente distinta en la noche y oscuro, por suerte la visión nocturna de Chat evito que chocara con todas las cosas que había en el piso.

Al llegar a la cama de Marinette en lo alto de la habitación vio como un bulto que estaba debajo de las sabanas pero antes que se empezar a preocupar la pequeña criatura moteada le mostro que en realidad eran almohadas.

— Marinette las dejo así solo por si sus padres subían a verla.

Adrien suavemente coloco a Marinette en la cama y antes de acobijarla por completo le dio un beso en la frente.

— Gracias My princess. Me divertí mucho ojalá pudieses venir más seguido.

El rubio se despidió de Tikki y trató de usar su nuevo poder para poder volver casa pero esta vez no se abrió ningún portal, intentó una y otra ve pero nada sucedía hasta que decidió hacerlo a la antigua, salir por la ventana e ir por los tejados de Paris.

El solo pensar en esta noche hacia que el rubio saltara alocadamente hasta llegar a su mansión, por suerte había dejado su ventana sin seguro y podría entrar sin problemas pero cuando estaba a punto de entrar vio a una pequeña mariposa morada que empezaba a volar por la noche estrellada.



CONTINUARA...

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