UNA VISITA INESPERADA...

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El rubio pasó todo el camino del colegio al hogar de los Dupain pensando en lo que Chloé estaba tramando pero no sabía nada con ella, Marinette sabía que había algo mal con él con solo mirarle el rostro.

—¿Pasa algo Adrien?— Dijo Marinette mientras lo tiraba del brazo para detenerse un momento. —Desde que volvimos del descanso estuviste actuando raro.

El rubio no sabía si decirle a Marinette lo de Chloé después de todo, fue su descuido lo que provocó que la rubia supiera su identidad heroica y no quería que Chloé descubriera la de Marinette también, aunque tampoco quería mentirle a su princesa pero tenía que tomar una decisión.

—Marinette—dijo el rubio mientras tomaba a su princesa de las manos. —Creo que tenemos un "pequeño problema".

Después de eso el rubio empezó a contar todo, la foto, la cita que tenía hoy con Chloé, TODO. Marinette tenía un semblante serio, ella sabía que no era bueno que alguien supiera sus identidades y peor aún si esa persona era una chica como Chloé.

—¿Tienes alguna idea de porqué te quiere ver hoy?

—No, además no quiero ir prefiero quedarme contigo.

—Tienes que ir Adrien─ A Marinette no le gustaba nada la idea de que tuviera que ir a verla pero sabía que el rubio no iba a dejarse llevar por ningún plan que estuviese planeando Chloé. —Gatito no podemos dejar que ella juegue con nosotros además, ¿No eras tú el es que me decía siempre que Chloé era una buena chica?

Habían estado hablando de la cita del rubio en la noche hasta llegar a la panadería de los Dupain-Cheng, cuando entraron a la panadería vieron a los padres de Marinette hablando con una mujer de traje, con un mechón de pelo rojo y unos lentes; era Nathalie.

—Buenos tardes Adrien...— Dijo con su semblante de siempre en cuanto lo vio entrar. — Y Señorita Dupain-Cheng.

—¿Qué haces aquí Nathalie?— Preguntó extrañado el rubio después de todo ella ya no era su secretaria. —¿Te envío mi pad-

—Adrien— Interrumpió Sabine. —Ella está aquí para dejarte algunas de tus cosas— Decía Sabine al mismo tiempo que señalaba unas maletas detrás del mostrador.

—Es lo mínimo que podía hacer. Se que tu padre no quiso decir todo eso Adrien y me disculpo por eso— El rostro de Nathalie cambió mostrando un gran pesar parecía que en verdad le había afectado la pelea que tuvieron padre e hijo.

—No tienes porque disculparte Nathalie, el único que se debe disculpar es mi padre.

—No Adrien también es mi culpa si hubiese intervenido las cosas no hubiesen acabado así.

Adrien al ver el rostro de arrepentimiento de Nathalie no pudo hacer más que correr para darle un abrazo, esto sorprendió a Nathalie quien no sabía cómo reaccionar pero una simple caricia en los cabellos del rubio fue suficiente para mostrar los sentimientos que nacían de ella.

Nathalie se quedó un poco más para saber si todo estaba bien con Adrien pero se fue ya que solo era una parada "secreta" en los encargos que tenía que realizar para el Sr. Agreste; después de eso los muchachos pasaron la tarde haciendo la pila de tareas que tenían del día de clases aparte de la que tenían pendiente por sus labores heroicas aunque este tipo de cosas solían ser un fastidio ahora que estaba los dos parecía que el tiempo fluía con mayor prisa en la habitación de la azabache. Para la sorpresa de la azabache Adrien era increíblemente bueno en poesía al parecer mientras estaba en la mansión se leyó volúmenes y volúmenes de poesía por lo que ahora es natural para él. Su ambiente rosado fue interrumpido cuando Tom se asomó por la escotilla con un bandeja llena de croissants recién salidos del horno, Adrien veía a los croissants con ojos de cachorro hambriento.

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