Nuestro lugar...

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Habian pasado unos cuantos días desde que Adrien se declaró a Marinette enfrente de toda la clase y el rumor de que el modelo e hijo de Gabriel Agreste estaba saliendo con una chica empezó a llegar a los medios los cuales empezaron a acosar al rubio sin descanso, para la suerte de la azabache los reporteros aún no sabían cuál era la chica que salía Adrien Agreste.

—Perdoname por no poder salir de nuevo Marinette— se disculpaba el rubio por teléfono mientras miraba con tristeza a la ventana.

—No te preocupes. Debe de ser difícil que los paparazzi te sigan a todos lados— debido a eso Adrien ya no transformarse en Chat Noir desde su casa ya que había riesgo de que algún fotógrafo lo vea.

—No es que sea difícil—El rubio miraba al techo mientras hablaba con Marinette. —Lo que más me molesta es que no puedo puedo pasar contigo my princess.

—Sabes Adrien...—la azabache puedo dejar salir lo que en verdad sentía. —Puede que no podamos vernos tan seguido como quisiera pero recuerda que siempre tendremos mi balcón.

Esas palabras tuvieron un gran efecto con el rubio que empezó a sonreir solo en su habitación, Marinette aún no sabía el efecto que sus palabras podían causarle al rubio.

—¿Vas a dormir temprano hoy?— pregunto el rubio mientras una idea llenaba su mente.

—Pues no, pensaba arreglar algunos de mis diseños. ¿porque?

—Digamos que un gato travieso va a darte una visita hoy— decía Adrien mientras dejaba salir un ronroneo.

Después de eso el rubio empezó a planear el cómo se escabulliria en la noche sin que nadie se de cuenta para darle una sorpresa a su querida Marinette mientras que la azabache solo se dejaba llevar por sus pensamientos y lo mucho que había cambiado su vida ahora que Adrien era su novio. Para Marinette esta era su primera experiencia en el amor y no estaba segura de cómo debería actuar ahora que era novia de alguien; preguntas como ¿lo estoy haciendo bien? ¿También será su primera vez?

Pero antes que esas preguntas la empezaran a volver loca un sonido relajante vino a su mente, era el sonido del cascabel de Chat Noir, era extraño cuando Adrien era Chat siempre buscaba el momento para coquetear con ella por lo que ella había aprendido a escuchar el cascabel de su cuello para saber cuando él venía y así poder escapar de sus conquistas pero desde que cada uno descubrió la identidad del otro la azabache estaba atenta al mismo sonido para saber cuando su gatito juguetón se acercaba a ella y esperarlo para darle un abrazo sorpresa, con el tiempo ese sonido logró convertirse en algo que le sacaba una sonrisa y la calmaba en momentos de tensión.

Marinette se tumbó en su cama y vio al mega poster que tenia pegado en el techo con la imagen de Adrien y no pudo evitar sentirse tonta por no darse cuenta del gran parecido que tenía con Chat, vamos, solo le pintabas unas orejas, algo de negro y vualla, modelo de día, superhéroe de noche. «Eso suena como algo para una saga de películas» pensó para sí misma la azabache mientras dejaba escapar una sonrisa.

Eran casi las 2 de la mañana cuando el rubio al fin había decidido comenzar con su plan de escape, primero envió a Plagg para que viera que no hubiese algún fotógrafo alrededor de la mansión mientras que él acomodaba su almohadas en su cama por si venía Nathalie, en el momento que terminó de hacer eso Plagg llegó y le dijo que no había nadie cerca.

—¿Estás seguro de esto chico?— decía Plagg mientras comía su camembert.

—Pues tengo un lugar al que ir, una chica a la que quiero ver y una pequeña sorpresa que entregar. No puedo estar más seguro Plagg— en cuanto acabó de hablar el rubio tomó espacio y se transformó en Chat Noir y de un brinco se aproximó a la ventana de su cuarto y justo cuando iba a saltar a las calles de París recordó que le faltaba algo, rápidamente tomó una pequeña caja que estaba sobre su escritorio y salió a toda prisa por la ventana.

Mientras Chat usaba su bastón para atravesar la ciudad a toda prisa hasta la casa de Marinette varios pensamientos daban vueltas en su cabeza, estaba nervioso de no saber qué hacer cuando llegase al balcón, ¿Marinette se molestara? ¿Qué hago si no le gusta? Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que ya había llegado al balcón. Se acercó sigilosamente esperando encontrar a la azabache pero no la vio, pensando que talvez se quedó dormida Chat entró por la ventana de la azabache sin hacer ruido y dando un rápido vistazo la vio, Se había quedado dormida en el escritorio sobre todos sus diseños.

—¿Quién...Ahm... anda ahí?— decía una somnolienta Tikki mientras restregaba sus ojos para ver mejor a la persona que estaba en la habitación de Marinette. — Oh, pero si eres tú Adrien o debería decir Chat Noir ¿Qué haces aquí y tan tarde?

—Pues tenía pensado encontrarme con Marinette en el balcón— decía mientras deshacía su transformación. —Pero no pensé que se durmiera tan pronto.

—Si quieres la despierto...

— No no no, yo me encargo pero si quieres ayudarme ¿Me darías tu opinión de esto?— preguntó mientras abría la pequeña caja dejando ver un precioso anillo de plata con el nombre de Marinette grabado y en el centro estaba un corazón con los colores de una mariquita.

—Se va a desmayar pero le va a encantar, eso te lo aseguro.

—Gracias Tikki, espero que si le guste.

Adrien posó la mirada sobre la azabache , no sabía si era correcto despertar a su bella durmiente por lo que con sumo cuidado la cargó hasta su cama esperando que no se despertara, no pudo evitar sonreír al ver el rostro de la azabache tan tranquilo.

La recostó y la cobijó con cuidado de que se despertara, pensaba que sería lo correcto dejarla dormir de todos modos mañana la podría sorprender pero al menos haría que este viaje por medio París valiera la pena. Se acercó hasta el rostro de Marinette y le dio un beso en la frente como una dulce despedida para su princesa.

A-A-A-A-A-ADRIEN!!!— la azabache se había despertado y lo primero que vio fueron los labios de Adrien que se le acercaban. —¿Qué haces aquí?

—Pues esperaba que mi princess estuviera despierta para hablar conmigo pero cuando llegué estabas dormida.

—Perdón pero pensé que no ibas a venir y me concentré en acabar unos diseños en los que he estado trabajando, lo último que recuerdo es que estaba dibujando.

—Pues ya que despertaste y yo estoy aquí... ¿Quisieras salir a nuestro lugar por un momento?

Una vez en el balcòn el rubio buscó en su bolsillo la pequeña caja con el regalo para Marinette, tomó la mano de la azabache y colocó con suavidad en su dedo anular.

—Marinette... Durante todo este tiempo que he pasado contigo me di cuenta de algo, eres lo mejor que le ha pasado a mi vida, eres una chica sensible que siempre ve por los demás, eres hermosa y no podría imaginar mi vida sin que tù fueras parte de ella— la azabache solo podìa observar mientras procesaba todo lo que el rubio le estaba diciendo.

—Se que aún no podemos hacer esto pero...— Adrien tomó un momento para juntar el valor para decirle a la azabache lo que su corazón sentía.

¿Aceptarías a este gato tonto como tu compañero para compartir tus sonrisas, ser tu héroe en tus momentos tristes, ser por siempre el amor más grande de mi vida y sobre todo... Ser mi esposa?

La azabache no pudo contener la felicidad que llenaba su corazón y solo puedo dar un pequeño "Si" mientras que sus ojos no paraban de llorar de la alegría. Adrien selló este momento con un beso cobijado por la noche.



CONTINUARA...

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