Soledad y Dolor

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— ¿Te parezco la imagen de la perfección?— Marinette había terminado su transformación ante la mirada incrédula de Chloé. — Sé que todo el mundo piensa que nunca me equivoco pero no es así, aprendí que no importa cuánto lo intentes en algún momento vas a cometer un error y eso no tiene nada de malo—

Chloé no procesaba lo que está ante sus ojos, la chica que siempre sonreía, aquella que era adorada por todos a así alrededor, a la cual siempre trataba de fastidiar era Ladybug.
—Perdón— Fue lo único que pudo decir. —Perdóname por todo lo que te hice.
Marinette sabía que mucho que decía Chloé era falso, las mentiras, los insultos eran su forma de defenderse ante los otros y no mostrarse vulnerable pero hasta ella tenía un límite de lo que podía aguantar sola.

—Escucha Chloé— Marinette tomó un momento. —No puedo decir que entienda cómo te sientes porque sería una mentira pero lo que te puedo ofrecer es mi amistad— Marinette agarró del brazo a Adrien y lo acercó.
—La mía y de Adrien, ya no necesitas guardarte todo lo que vives para ti, así que, cuando sientas que necesitas desahogarte o hablar solo búscanos.

Chloé seguía sin decir nada hasta que las lágrimas volvieron a brotar. Habían pasado años desde que había sentido que podía deshacerse de su máscara, sabía que había hecho daño a muchas personas y qué muchas no creerían que cambie de la noche a la mañana pero gracias a su "rival" ahora parecía posible conseguirlo. Ya no estaba sola.

Era el turno del gato de decir algo a su amiga. —Siento que soy el peor amigo del mundo— Él nunca imaginó que su amiga sufría tanto. —Te prometo que de ahora en adelante estaré para ti cuando me necesites— Sin pensarlo le dio un abrazo que sentía que necesitaba. —Ahora podrás acompañarnos cuando el padre de Marinette prepare croissants.

—Ahora entiendo por qué estás un poco más cachetón— Dijo la rubia con una pequeña sonrisa. —Creo si no te cuidas pronto el traje te quedará ajustado.
—Me-me voy a cuidar desde ahora— El rubor del rubio era notable. —Además, parte de la culpa la tiene Marinette.

Después de eso las lágrimas desaparecieron de la habitación convirtiéndose en risas y así las horas pasaron hasta ya entrada la noche. Al día siguiente Chloé decidió disculparse con todos en su clase en especial con Sabrina, Alya y Alix se mostraron escépticas pero con la ayuda de Marinette y Adrien los ánimos se calmaron, para todos era extraño ver a Chloé y Marinette hablando sin tratar de sacarse los ojos aunque el que peor la pasaba era un rubio celoso al cual le estaban quitando tiempo de calidad con su preciada princesa.
—Vamos viejo— A Nino le divertía mucho ver a su amigo celoso. —Deja que tu chica tenga a alguien a parte de ti.
Adrien resopló tratando de ignorar a su amigo. —Creo que las prefería cuando eran enemigas.

Pasaron los días y la nueva Chloé empezó a ganarse el corazón de todos en su clase aunque había momentos en el que salía su faceta de reina pero no duraba. Por otro lado los héroes de París se enfrentaban a nuevos desafíos inesperados, Hawkmoth había desaparecido del radar dejando a nuestros héroes con muchas preguntas pero menos trabajo, ahora se dedicaban a patrullar y ayudar a los parisinos con pequeños problemas o inconvenientes y cuando el día era tranquilo nuestros héroes aprovechaban para descansar o enseñar a un rubio las labores del hogar, a Marinette le sorprendía que Adrien no supiera los básico en la cocina o como se debía usar la lavadora y secadora aunque tenía buenos maestros que lo convertirían en un experto en poco tiempo.

Así pasaron 3 meses, el rubio se sentía como parte de la familia Dupain-Cheng, Nathalie los visitaba, al principio para ver cómo iba Adrien pero con el tiempo se volvió muy cercana con Sabine pasando más tiempo en sus visitas con ella que con el rubio. Gabriel Agreste por otro lado se había arrepentido de su decisión a los pocos días pero su orgullo le impidió ir en busca de su hijo y esto empeoró después de escuchar lo feliz que era su hijo con la familia Dupain, poco a poco esto empezó a a afectar en su faceta profesional, diseños aburridos, roces con sus modelos, entre otros empezaron a ser el pan diario para el diseñador.
—Señor no cree que debería hablar con Adrien— Nathalie no podía soportar ver cómo Gabriel se desmoronaba frente a ella. —Estoy segura que Adrien podrá perdonarlo.
—Sé que él me perdonaría Nathalie pero no sé si yo pueda perdonarme.
Aunque Gabriel Agreste sentía en su momento que los que hacia su hijo era solo un capricho con el pasar del tiempo vio que en realidad era el grito desesperado de su hijo, un grito que el siempre ignoró pensando en cómo volver a aquel feliz pasado pero que solo le trajo soledad a su vástago. El escuchar lo feliz que era en su nuevo hogar solo hacía que empeore su situación pero hubiese sido egoísta de su parte apartar al rubio de su felicidad. Ahora solo quedaba un triste viejo en una enorme mansión que se volvió cada día más sombría.

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2020 ⏰

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