Problemas

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Hola a todos n.n/ se que es un milagro que publique en tan poco tiempo pero me sentí animado durante la madrugada y tenía que escribirlo. Tengo que decir que ya llegamos a los 100 votos y me siento super feliz de que lean mi historia en especial a 2 personas que me han apoyado mucho.

@MarazcaDaz

 @FG020042002

Este capítulo esta dedicado a ustedes y también quiero darle una gran GRACIAS a KuroNekoChanMLC ya que empecé a escribir después de leer tus fanfics n.n

Sin nada más que decir ahí les dejo el capítulo. Disfrútenlo

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La mañana siguiente París amaneció consternada y no precisamente porque algún villano akumatizado estuviera causando destrozos en la ciudad o hubiera alguna emergencia en alguna parte de la misma sino porque en la portada de todos los diarios de París se mostraba una foto del hijo del famoso diseñador Gabriel Agreste besando una chica de pelo azabache en el balcón de un edificio con el encabezado:

Una historia de cuento de hadas, El Romance de Adrien Agreste con la "princesa" Dupain-Cheng

Lo que el rubio menos quería que pasara se volvió realidad, habían descubierto a Marinette y seguramente ahora los paparazzi la acosarian sin descanso. Marinette nunca había sido buena cuando de ser el centro de atención se trataba y ahora no solo tendría que preocuparse de Hawk Moth y de los akumas que causaban estragos en todo París ahora tendría que agregar a los fotógrafos y reporteros molestos a su lista de "Cosas que me arruinan el día".

Lo que le intrigaba al rubio era el hecho de cómo el paparazzi les tomó la foto, estaba seguro de que no había nadie alrededor de su mansión así que la teoría de que alguien lo siguió desde ahí era imposible además que si ese hubiera sido el caso hubieran sabido que él era Chat Noir y eso hubiera sido noticia de primera plana. Otra posibilidad era que el paparazzi estuviera cerca del edificio donde vivía Marinette pero de nuevo, debía haberlo visto llegar como Chat y es más hubiera sido raro que primero llegara Chat Noir al balcón de la azabache y de la nada apareciera Adrien Agreste besando a la azabache y de nuevo apareciera Chat Noir para la despedida, digo, cualquiera pudiera ver un patrón ahí.

—Adrien— Nathalie llamó a la puerta sacándolo de sus pensamientos. —Tu padre quiere verte así que baja al comedor porfavor.

El rubio no sabía de qué quería hablar su padre con él pero algo en su interior le decía que no era nada bueno y lo supo mejor en cuanto vio la mirada de Nathalie al otro lado de la puerta.

—¿Pasó algo malo?—preguntó nervioso Adrien

—Pues... no sabría que decirte Adrien solo te puedo recomendar que no hagas esperar más a tu padre.

Adrien apresuró el paso hasta llegar al gran salón donde lo esperaba su padre con un diario en la mano y con su mirada inmutable en la portada del mismo. Adrien sabía a donde se estaba dirigiendo todo esto y no le gustaba para nada el final que se estaba dibujando en su cabeza.

—Buenos días padre— Adrien forzó una sonrisa en un intento vano por cubrir su nerviosismo. —Nathalie dijo que querías hablar conmigo. El señor Agreste no dejó de mirar el diario ni por un segundo y solo se limitó a tomar un sorbo de la taza que estaba frente a él.

—¿Padre...? ¿hice algo malo?—Esta vez el rubio no pudo controlar el nerviosismo en su voz.

—Adrien— Gabriel Agreste por fin abrió sus labios para decirle algo a su hijo aunque lo que iba a salir de ahí no eran palabras sino cuchillas. —¿Quien es esa chica?

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